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Black Angel vol. 1 (1997)

Black Angel vol. 1
107 min.
5,7
54
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Teaser (JAPONÉS)
Sinopsis
Ikko, la hija de seis años de un jefe yakuza presencia el brutal asesinato de sus padres y únicamente es salvada del mismo destino gracias a la ayuda de una asesina conocida como Black Angel. Años después, tras escapar a América, Ikko regresa a Tokyo como mujer. Adopta el nombre de Black Angel y va en busca de su venganza. (FILMAFFINITY)
Género
Acción Yakuza & Triada
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Kuro no tenshi Vol. 1
Duración
107 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
8
Los ángeles visten de negro
No posee una verdadera identidad, su pasado es fruto del engaño, desde el día en que nació su vida estaría marcada por la violencia, la muerte y el sufrimiento.
Despojada de una infancia y testigo del asesinato de su familia, ha vuelto años después para enfrentarse a los culpables en una sangrienta cruzada de venganza cuyas consecuencias serán inimaginables.

Como ya he contado más de una vez, mientras pasaba las navidades en Japón con mi prometida y su familia, frecuenté un videoclub de barrio donde me lanzaba a buscar películas sin rumbo fijo, sin embargo me concentré, cómo no, en las de yakuzas; de este modo descubrí unos cuantos títulos del género, y éste que nos ocupa fue uno de ellos. Con "Gonin 2" (que su existencia es un misterio para mí), Takashi Ishii pretendió de muy mala manera repetir el éxito conseguido con "Gonin", hoy por hoy su obra maestra indiscutible; claro está el tergiversador experimento (cambiar de un reparto masculino a uno femenino) no le salió nada bien.
En realidad dicho producto quedó como una falsa secuela sin pies ni cabeza de la que es mejor hacer como si no existiera. Tras esto, y antes de retornar de forma progresiva al género del "pinku-eiga" en el nuevo siglo, el director se embarcaría en un díptico otra vez engarzado en el universo yakuza y con mujer protagonista (aunque no llamada Nami, para variar): "Kuro no Tenshi", cuyos orígenes se hallan en el manga homónimo que él mismo escribió a comienzos de los '80. En él conocemos a Ikko Amaoka, una niña de seis años apartada de su madre al nacer, y cuya identidad permanece oculta, que vive junto a los que ella considera sus padres.

Su abuelo Mitsuru, líder de un poderoso clan yakuza, y la segunda esposa de éste. Una noche serán enviadas dos asesinas para matar al jefe y a los demás miembros de la familia; esta carnicería, organizada por la propia hija de Mitsuru y su amante Nogi, quien tenía un asunto pendiente con el anterior, ha sido presenciada por la pequeña, a la que ha salvado una implacable asesina llamada Mayo, aunque apodada por todos "Ángel Negro", que trabaja para su abuelo. Años después, Ikko, en compañía de un joven maleante, regresa a Japón desde EE.UU. con un solo objetivo.
Hallar a los responsables de la muerte de sus padres adoptivos y hacérselo pagar con sangre, tomando para ello el sobrenombre de su protectora, de quien ignora su desgraciada vida actual. Con "Black Angel", Ishii vuelve a demostrar gran talento a la hora de sumergirnos en sus enrevesadas historias cuyo epicentro siempre son la codicia y la venganza, situándolas en ese mundo tan despiadado como es el de los yakuza aunque centrándose en la figura femenina como desencadenante principal de caos y confusión (así ocurría en "Alone in the Night" y "A Night in Nude"). De este modo, las múltiples intrigas y secretos familiares, propios de la tragedia melodramática, estarán conducidos por tres mujeres que pivotan alrededor de un eje masculino, Mitsuru.

Chiaki (su hija), Mayo (su empleada) e Ikko (su nieta), quien inspirada por la anterior adoptará su nombre, estilo y profesión, insistiendo en la figura del doble, cuyo último efecto será la culpa y la vergüenza. Mayo, sombra de lo que fue tiempo atrás, no podrá evitar verse reflejada en la chica y sentirse repugnada consigo misma al traicionarla; la idea del doble metafísico y revelador también se presentará ante Nogi (al mirar a Ikko a los ojos se acuerda de cuando era un joven en busca de venganza). Ishii usa este método para encerrar a sus personajes en un círculo eterno de sufrimiento y culpa.
Personajes nacidos bajo el signo de la desgracia, zarandeados por el destino, que disfrutan con su propia violencia y sadismo (Nogi prefiere dejar libre a Ikko en lugar de asesinarla), revulsivos para proseguir una existencia abocada a la destrucción y degeneración más absoluta, en definitiva los clásicos perdedores que pueblan ese universo imaginado por el director tan abundante de cinismo y brutalidad; así lo acabará expresando Ikko ("¡¿cómo has podido traerme a este mundo tan asqueroso?!"). Para Ishii la salvación y la esperanza, así como la redención, no son más que sueños inalcanzables.

Continuando con las claves de su cine, remite al más puro género negro y de yakuzas heredado a partes iguales de Fukasaku y Gosha, algo de Peckinpah, y desplegando estilizadas secuencias de acción, que por lo trepidante parecen sacadas de un "thriller" de Woo o Besson (podría ser ésta una versión nipona de aquella "Nikita"), además de una atmósfera "pulp" que exuda violencia, suciedad y sordidez, una atmósfera que se tornará más inquietante y asfixiante al avanzar la trama (siendo el cénit esa escena grabada cámara en mano en la que Ikko intenta escapar del edificio pero se ve constantemente rodeada por los secuaces de Nogi).
Ishii recurre a sus antiguos colaboradores Kippei Shiina y Jinpachi Nezu, que vuelven a ofrecer memorables actuaciones, acompañados de unos geniales Daisuke Ijima y Miyuki Ono; mientras, una guapa y chillona Riona Hazuki resulta tan desquiciante como (muy a ratos) soberbia interpretando a Ikko, con la que es difícil empatizar. En realidad todos estos abyectos personajes, algunos irregulares (Mayo, a la que da vida Reiko Takashima, debería haberse desarrollado mejor) o simplemente innecesarios (el rubio chiflado encarnado por Yoshiyuki Yamaguchi, que uno desea ver muerto a los segundos de su aparición), no logran nunca la simpatía del espectador, más bien acaban provocando repulsión y lástima en él.

Intrigante y descorazonadora fábula de planteamiento simple (búsqueda y venganza), buen desarrollo y sorprendente desenlace que presenta todos los temas y tics del cine de Ishii. Dos años después nos traería una segunda entrega desligada de la que nos ocupa (como hizo con "Gonin"), aunque manteniendo al personaje de Mayo (interpretado por otra actriz).
Quentin Tarantino daría buena cuenta de la influencia de "Black Angel" en su díptico "Kill Bill".
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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