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The Propaganda Game (2015)

The Propaganda Game
97 min.
6,4
2.332
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Tráiler HD (ESPAÑOL)
Sinopsis
Documental en el que se analizan las diversas técnicas y estrategias de la propaganda, centrándose en el sorprendente y siempre llamativo caso de Corea del Norte. La película ha sido rodada aprovechando el acceso privilegiado a filmar en Corea del Norte de la mano de Alejandro Cao de Benós, el único extranjero que trabaja para el gobierno comunista. El film analiza las estrategias utilizadas por los diferentes "jugadores" para manipular la "verdad" y sus intereses. Noticias falsas, medias verdades y polémicas surrealistas sirven para que el espectador llegue a sus propias conclusiones y reflexione sobre lo difícil que es saber la verdad. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Propaganda
Dirección
Reparto
Documental
Año / País:
/ España España
Título original:
The Propaganda Game (The Korean Dream)
Duración
97 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2015: Premios Goya: Nominada a mejor documental
2016: Premios Platino: Nominado a mejor documental
6
Sólo sé que no sé nada acerca de Corea del Norte
Pocas veces, por no decir ninguna, he tenido una sensación tan extraña después de haber visto una película.

Corea del Norte es el único régimen comunista puro que queda en el mundo, pues los otros tres países que se reclaman comunistas, China, Vietnam y Cuba, aplican en mayor o menor medida fórmulas de economía mixta.
Entré en el cine conociendo por encima la información sobre este país que ha puesto en circulación la propaganda estadounidense, fielmente transmitida por los medios de comunicación españoles. Salí del cine sabiendo mucho menos, y dudando de alguno de los tópicos pintados con brocha gorda en mi imaginario personal.

He de decir que me considero un privilegiado pues no sólo fui espectador de esta película, sino participante en un coloquio muy animado, que se celebró al finalizar su pase, con el Director, Álvaro Longoria, y con un personaje realmente singular, Alejandro Cao de Benós de Les y Pérez, catalán perteneciente a una familia aristocrática que, según el programa: "Es el único extranjero que trabaja para el gobierno comunista de Corea del Norte". En la película aparece como un ser abducido por el sistema político norcoreano. Cuando uno lo ve en la sala, piensa: "Seguramente se habrá caído del caballo, como San Pablo, y habrá visto la luz". Pues ¡qué va! Sigue igual de abducido, aunque he de decir en honor a la verdad que tuvo el valor de enfrentarse a cuerpo descubierto con el público asistente a la proyección —no diré que hostil, pero sí muy crítico— y se defendió con solvencia y habilidad de la catarata de preguntas que le cayeron encima.

¿Se puede sacar algo en limpio de la película respecto a Corea del Norte?

Vamos a intentarlo:

1 ) Se ha inculcado a la población norcoreana la necesidad de estar prevenida por si se produce un conflicto armado con Estados Unidos o con alguno de los países considerados sus epígonos: Japón, Corea del Sur… Lo que les ha llevado a unos gastos en Defensa desorbitados —del 18% del PIB— y a una obsesión —finalmente conseguida— por disponer de armamento atómico.

2 ) El culto a la personalidad a su líder máximo, Kim Jong-un, y a sus antecesores Kim Il-sung y Kim Jong-il, es absolutamente desmesurado, pero en la película, a través de muchas entrevistas, se muestra como algo normal, como un principio de funcionamiento que lubrifica a la sociedad. Se consideran una gran familia en la que el líder es el cabeza de la misma. Mención aparte merece el adoctrinamiento de los niños respecto a esta hipertrofia de veneración por su líder.

3 ) No se reconocen las denuncias acerca de la conculcación de derechos humanos ni las atrocidades aparecidas en la prensa occidental sobre ejecuciones practicadas por motivos pintorescos. Se niega autoridad a Amnistía Internacional, influenciada, según ellos, por el imperialismo.

4 ) Al parecer no hay partido único sino tres partidos y la posibilidad de presentarse a las elecciones como independiente. Al menos, eso fue lo que me respondió Cao de Benós cuando le pregunté al respecto.

5 ) La desconfianza hacia los medios de comunicación extranjeros y la limitación de su libertad de movimientos —en el caso de que se les deje entrar al país— se justifica por la necesidad de preservar secretos militares.

6 ) El culto de las distintas religiones no está prohibido, aunque la película levanta acta de "una sospechosa espontaneidad" en la única ceremonia religiosa que aparece en toda la filmación.

7 ) No se constatan diferencias económicas significativas en la población. Se nos dijo que el salario máximo sólo es el doble del mínimo, que los mayores sueldos son para los trabajos manuales más ingratos, que hay pleno empleo, que el Estado cubre las necesidades básicas de Vivienda, Educación y Sanidad y que no se pagan impuestos.

8 ) Tanto la película como el testimonio del Director en el coloquio dibujan un país que aparentemente funciona, sin las lacras que habitualmente se le adjudican, que lo aproximan a un Estado fallido.

9 ) No se respondió a la pregunta recurrente que se hace durante toda la proyección de qué país proporciona recursos económicos para que Corea del Norte pueda abordar la inmensa obra pública que ha emprendido en los últimos años.

En resumen: Película interesante, pero bastante frustrante respecto a saber la verdad acerca de lo que está pasando, hoy por hoy, en Corea del Norte, aunque, según el testimonio de su Director, no era ése su objetivo, sino mostrar hasta qué punto puede ser engañosa la propaganda —hasta tal punto que, como en este caso, nos impide conocer la realidad de lo que ocurre, en un sentido o en otro—.
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61 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Arma arrojadiza
La propaganda es un arma arrojadiza.
Una forma de meter una idea en la cabeza a unas personas para que piensen como uno quiera, y que actuen como uno quiera.
Con esta premisa Álvaro Longoria construye un interesante documental que intenta romper con esa idea tan claustrofobica y tan deshumanizada que se tiene de Corea del Norte. Pero, sin tampoco ponerse de su parte, ni ponerse de parte de los enemigos de Corea del Norte.
Para ello busca la objetividad y la honestidad, y aunque es difícil de alcanzar, se podría decir, que las roza. Intenta que hablen ambas partes.
Álvaro Longoria ha realizado un gran trabajo, honesto, complicado de realizar e interesante que espero que sea nominado al Goya al mejor documental.
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18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
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