They Call It Sin (1932)

En todas estas películas precode siempre busco algo un poco licencioso o insólito que rascar aunque en esta ocasión no hay mucho donde hincarle el diente.
Se trata de un agradable y plácido drama, con promesas de conflictos y tentaciones morales por doquier que se disuelven como el azúcar, no en vano, tenemos a la dulce y hermosa Loretta Young al frente del reparto y era imposible pensar que esta muchacha pudiera perder en algún momento la sensatez ( o algo peor).
Si acaso, demuestra cierta ingenuidad, aunque no tanta como su compañero de reparto (David Manners), un joven gerente de una empresa, recién comprometido con la hija del jefe, que por motivos de trabajo viaja a una pequeña población donde conoce a Young por la que sentirá una atracción irresistible.
El idilio no se hará esperar y, claro, como siempre, al aturdido joven se le olvidará mencionar el pequeño detalle de sus próximas nupcias, toda vez que el flirteo era del todo inocente y se irá prolongando irremediablemente, por lo que regresará triste y alicaído a Nueva York sin saber muy bien por qué.
Young controla bastante más las paparruchas esas de leer en sus propias emociones y lo tendrá muy claro. Saldrá pitando en el próximo tren y se plantará en su casa, justo en el momento en el momento en el que !huy!, Manners se acordará de decirle que está comprometido pero se ofrecerá muy amablemente a ayudarla a triunfar en su carrera musical.
Young no le hace un corte de mangas (aunque debería) porque es muy educada por muy periodo precode en el que nos encontremos y, simplemente, desaparece.
Aquí entran en juego todos los demás actores del elenco que aportan sal y gracia a la historia empezando por Una Merkel, en un papel muy divertido como compañera de piso de Young y aspirante a reina del vodevil (sin volteretas, por favor), George Brent como guapo doctor, amigo y consejero de Brent y, por supuesto, Louis Calhern, lujurioso y pérfido productor que tratará de llevar a Young a su cama.
La cinta resulta de atmósfera agradable y entretenida, aunque sin mucho misterio y con un final bastante artificial y forzado ( es lo peor, corran un tupido velo). Pero también contiene a lo largo de su metraje bastantes escenas de interés que lo compensan consiguiendo equilibrar un tanto el resultado así que, al final, tampoco lo considero un film fallido.
A Manners dan ganas de darle dos cachetes. No se empana de la misa la media.
Young está fantástica y hermosísima, aunque ese título (que me he tomado la molestia de traducir)...casi, casi, pero no. Young no cae (espero que esto no sea un spoiler). Para pasar un rato agradable, sin pretensiones.