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La casa de muñecas de Amityville (1996)

La casa de muñecas de Amityville
93 min.
3,7
228
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
La familia Martin acaba de mudarse a una nueva casa, van a empezar una nueva vida. Han construido su nueva casa encima de otra que se quemó. En el cobertizo todavía conservan una replica de la antigua casa, una casa de muñecas. En el cumpleaños de la hija menor, los padres deciden restaurar el juguete y regalárselo a su hija. Pronto, todo tipo de accidentes horribles e inexplicables empiezan a suceder. La familia deberá luchar contra el terrible diablo que ha invadido sus vidas. (FILMAFFINITY)
Género
Terror Sobrenatural Casas encantadas Secuela
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Amityville: Dollhouse
Duración
93 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Amityville
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3
Se acabó... hasta el remake
Última entrega de la saga original de películas que viven bajo el nombre de Amityville. En este caso, el mal se encuentra en una casa de muñecas, redondeando así una franquicia en la que los villanos han sido una lámpara, un reloj, un espejo y la casa de muñecas de este octavo asalto.

Steve White dirige la película con más capacidad técnica de la saga desde la segunda película de la misma. White nos deja un trabajo pobre, aunque más o menos original si lo comparamos con anteriores capítulos de Amityville. El guion corre a cargo de Joshua Michael Stern, que nos presenta una película en la que el infierno entra directamente en el mundo de los vivos (y viceversa) y nos encontramos con demonios frente a frente. Eso lo aprovecha White para, gracias a un maquillaje decente para ser una película que fue lanzada directamente a alquiler, poner ante nosotros algunos momentos que huyen de la vergüenza ajena más de lo que nos habíamos acostumbrado en la saga. Lo cierto es que no se puede hablar bien ni mal en términos generales de la película, aunque puede decirse que no deja de ser una película que puede asustar a los más pequeños de la casa pero puede aburrir de sobremanera a la mayoría de los adultos. White no hace ningún desastre pero tampoco se luce: simplemente está ahí, disponiendo las cámaras con lógica y ya está, aunque lo de la lógica tras las cámaras es un puntazo visto lo visto en otras Amityvilles.

Robin Thomas protagoniza la película siendo uno de los pocos protagonistas decentes que han pululado por todo aquello bautizado con el nombre de Amityville desde que pasó la primera película. Starr Andreeff interpreta a la pareja del protagonista y, aunque tiene un par de momentos bastante buenos, su labor no pasa de ser normalita, algo que también es un elogio en esta saga. El trío de hijos está interpretado por un muy sobreactuado Allen Cutler víctima de la sociedad de Melrose Place, por la joven y acertadísima Rachel Duncan y por el repelente (pero en un sentido muy distinto al de su personaje) Jarrett Lennon.

Resumiendo, que es gerundio: La casa de muñecas de Amityville es una pobre película que sirve de ceremonia de clausura a una saga muy, muy mala en general, en la que única y exclusivamente se salva la primera película (un clásico con un nivel cinematográfico alto) y, en menor medida, la quinta entrega (por su originalidad dentro de la saga). A veces, menos es más y esta es una de esas veces. Amityville merece algo mejor.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
LA MEJOR AMITYVILLE DE LOS 90 (AUNQUE ESO NO SUPONGA UN GRAN LOGRO)
Se acabó lo que se daba, con la salvedad de un par de intentos en absoluto desdeñables o malogrados de reactivar la franquicia (cinematográfica) a gran escala en las décadas siguientes. Y como la cabra siempre tira hacia el monte, la serie de la casa encantada retoma su leit movit germinal al tratar sobre... ¡una casa encantada! O lo diré en plural si también contabilizo la que da título al que iba a ser el último episodio del pasado siglo.
Abreviando. Una familia imprudente -y van demasiadas- compra el terreno en el que se edificó la mansión maldita. E incurren en la temeridad de meterse en obras y construir la nueva choza sin repasar el solar con una desbrozadora bendita. Súmale otro cacharro superviviente del destrozo -¡una casa de muñecas!- a lo que quede de la morada endemoniada... ¡y otra vez follón! Tampoco ayudará a restarle hierro al asunto que la chimenea intacta de la primera mansión sea un portal al infierno.
Como es tradición -bueno, en los mejores precedentes de la saga- la cosa mejora progresivamente a medida que el ruido y la pirotecnia, los F/X y el despelote se van apoderando del invento. Tanto como para que estemos ante la mejor Amityville de los 90 (cosa que no deja de ser un logro discutiblemente meritorio).
¿El reparto? Con decir que el de la malograda Lisa Robin Kelly -Laurie Forman en 'Aquellos maravillosos 70'- es el nombre que más popularidad alcanzó nos hacemos una idea aproximada del resto. Aunque a los más aficionados del género fantástico les gustara reencontrarse con Jarret Lennon, el niño enjuto con cara de viejo de 'Highway to hell' (1991, Ate de Jong) convertido ya en todo un adolescente enjuto con cara de viejo. A su cargo queda un chascarrillo final tan desconcertante como su propia expresión: "tu padre parece un buen tipo, pero me inquieta que tenga licencia de construcción".
Dirige un tal Steve White. Tanto gusto de conocerle.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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