Xchange (2001)

La película empieza con una premisa muy sugerente: en un futuro cercano la tecnología se encuentra tan avanzada que los ejecutivos de las grandes corporaciones empresariales se trasladan de una ciudad a otra intercambiando sus mentes en cuerpos ajenos. A este medio de transporte se lo denomina "Xchange".

No obstante, tras los 15 primeros minutos el film se desfonda argumental y visualmente hasta convertirse en un telefilm más de los sábados por la tarde que termina con un final tan estúpido que ofende.

Una pena, porque esta historia con un mejor desarrollo y en manos de directores con más gusto por la ci-fi como Alex Proyas o Andrew Nicool, o incluso más comerciales como Spielberg, Cronenberg o Verhoeven podría haber sido un éxito.

Por lo tanto, sólo recomendable para fanáticos de la ciencia-ficción que se las quieran ver todas. Ya me entendeis.

LO MEJOR: el punto de partida, las aplicaciones prácticas del Xchange que muestran, Kyle MacLachlan bordando su papel y la canción "Heaven" de Bryan Potvin.

LO PEOR: Stephen Baldwin (¿que tiene este tío para que todavía le dejen hacer películas?), las tres escenas de sexo mal rodadas, de las que dos no vienen a cuento y que son con tías que no están ni aceptables y por último, la indiferencia que te deja tras verla.

En esta película de bajo presupuesto resulta cómico y simpático encontrarnos con supuestos escenarios futuristas que no son más que ciudades comunes del 2001 (año de rodaje), lo automóviles, que reflejan siempre el paso del tiempo son los mismos de 2001, no se intentó ocultar ningún detalle que delate el año del momento de la filmación; esto hace que se pierda bastante impacto cuando se trata de películas que ocurren en el futuro. Así que sobre este aspecto, simple y llanamente hay que hacer la vista gorda, o para ser más claro, hacer de cuenta que este craso error no existe si nos interesa continuar viéndola.

De cualquier forma el argumento es también absurdo; nadie en su sano juicio aceptaría transferir su mente a otro cuerpo para viajar; por más que se dijera que es totalmente seguro y varias personas lo hubieran logrado, cambiar la mente de cuerpo es algo totalmente delirante e inaceptable, por lo que a mi parecer el argumento es ridículo y no se puede jamás tomar en serio; simplemente sirve para entretener y hay que entenderlo de esta forma para que así suceda.

Aceptando todo lo anterior tengo que decir que es bastante entretenida, la verdad es que la pasé bien mirándola, se me hizo divertida.

PD: Nótese que en un momento se usa un dispositivo tipo teléfono celular con pantalla táctil…¿Visionarios?