Trailer (SIN DIÁLOGOS)
- Sinopsis
- Rosa (Carmen Machi) es una mujer casada para la que no hay nada comparable a la íntima satisfacción de ver el plato humeante servido con admirable puntualidad a la hora de la comida. La película narra 24 horas de su vida doméstica, laboral y sexual, una vida de la que una noche escapa, y cuenta todo lo que le pasa en esta fuga, que dura lo que dura la noche. Y es que cuando llega la noche otro mundo aparece. Absurdo, humorístico y negro... (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Comedia
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2009 / España
- Título original:
- La mujer sin piano
- Duración
- 95 min.
- Guion
- Fotografía
- Compañías
Premios
La mujer sin vida
24 de septiembre de 2009
Tras realizar varios cortos, Javier Rebollo debutó en los largometrajes con su personal y curiosa "Lo que sé de Lola", una obra que no era brillante ni se notaba especialmente pulida, pero que dejaba algunos momentos dignos de un director con posibilidad de mejorar y aportar algo a la industria del cine español. "La mujer sin piano" es el siguiente paso lógico en su carrera, un drama intimista, con momentos cómicos, que ha sido acertadamente equiparado a alguna película de Tati, por su sutileza, por su ritmo, por su calidad.
Machi interpreta a Rosa, una mujer atrapada en la rutina, con un marido distante y una vida de mierda: es depiladora y su día a día no es especialmente emocionante, pasándose el día escuchando frivolidades en la consulta donde trabaja. Una noche, decide romper con todo e irse lo más lejos que pueda, empezar de cero, no sin antes descolgar de la pared de su casa un cuadro que muestra una escena horrible. En la estación de autobuses conoce, al azar a un polaco que ha escapado de su país... dándose así inicio a una extraña pero atractiva relación que se desarrolla enteramente esa noche, a lo largo de 6-7 horas.
Rebollo podría haber enfocado su película como la brillante "After Hours" de Scorsese, pero prefiere dedicarse a mostrarnos una historia banal sobre una mujer cuya vida es, efectivamente, banal. La nada más absoluta se adueña de la pantalla mientras se suceden escenas que arrancan carcajadas, hacen sonreir y se consigue cierta simpatía con los personajes. Machi, actriz esencialmente cómica, hace un papel contenido, más cercano a los tics del cine mudo -hay poquísimo diálogo-, funcionando todo mediante gestos. Cuando no hace falta más, no es obligatorio forzar. El final es cruel, pero a la vez moralista. Queda esperanza, a pesar de todo. Rebollo, con su segundo largometraje, firma una obra personal, atractiva y lúcida que, eso sí, ha dividido a la crítica en San Sebastián: un grupo de gente la considera una tontería y otra una genialidad. Por mi parte, lo dejo en un término medio.
Machi interpreta a Rosa, una mujer atrapada en la rutina, con un marido distante y una vida de mierda: es depiladora y su día a día no es especialmente emocionante, pasándose el día escuchando frivolidades en la consulta donde trabaja. Una noche, decide romper con todo e irse lo más lejos que pueda, empezar de cero, no sin antes descolgar de la pared de su casa un cuadro que muestra una escena horrible. En la estación de autobuses conoce, al azar a un polaco que ha escapado de su país... dándose así inicio a una extraña pero atractiva relación que se desarrolla enteramente esa noche, a lo largo de 6-7 horas.
Rebollo podría haber enfocado su película como la brillante "After Hours" de Scorsese, pero prefiere dedicarse a mostrarnos una historia banal sobre una mujer cuya vida es, efectivamente, banal. La nada más absoluta se adueña de la pantalla mientras se suceden escenas que arrancan carcajadas, hacen sonreir y se consigue cierta simpatía con los personajes. Machi, actriz esencialmente cómica, hace un papel contenido, más cercano a los tics del cine mudo -hay poquísimo diálogo-, funcionando todo mediante gestos. Cuando no hace falta más, no es obligatorio forzar. El final es cruel, pero a la vez moralista. Queda esperanza, a pesar de todo. Rebollo, con su segundo largometraje, firma una obra personal, atractiva y lúcida que, eso sí, ha dividido a la crítica en San Sebastián: un grupo de gente la considera una tontería y otra una genialidad. Por mi parte, lo dejo en un término medio.
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26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre todo cine
23 de abril de 2012
En parte tengo la sensación, sobre todo leyendo críticas, de que está película causa más miedo e incomodidad a la gente, de lo que la gente cree de sí misma. La Mujer Sin Piano es una película sobre la frustración. Resulta evidente cuando desde el principio te están enseñando una vida anodina, sin motivaciones, y con un incómodo e interminable zumbido. ¿Representa el zumbido el constante recordatorio de su propia insatisfacción? ¿Representa el piano el motivo de la frustración? Si me lo he llegado a plantear significa que en parte, aunque no necesariamente sea la intención del director (que al parecer sufre la misma afección de la protagonista). En cualquier caso no creo que tenga mayor importancia. Lo verdaderamente importante es que lo transmite. Ahí esta el miedo y la inquietud. Esta película te enseña esa frustración o frustraciones que, de una u otra manera, todos, absolutamente todos, tenemos.
Esa frustración lleva a Rosa a una “anodina” odisea nocturna, un viaje repleto de pequeñas frustraciones (dependientes que no te atienden, prohibiciones, carteles de cerrado), y pequeños y anodinos placeres. Un viaje del que, aunque parezca mentira teniendo en cuenta el final, no se puede retornar. Una vez que abres los ojos y ves la realidad puedes volver a cerrarlos, pero la imagen vista no se puede borrar. Y tú haces ese viaje con Rosa, pero también contigo mismo, y con el resto de personajes. Es interesante el afán de Rebollo de salir momentáneamente del punto de vista del personaje interpretado por Carmen Machi durante unos instantes (la prostituta, el chico del bar...), demostrando que ellos también tienen rutina, también tendrán frustraciones, también viajan...
Kaurismaki, Hou Hsiao Hsien, Jarmush, Guerín... Varios nombres me vinieron a la cabeza viendo la película. Creo que todos justificados, aunque también me vino a la cabeza Javier Rebollo, porque el tipo tiene estilo. Es en global un estupendo trabajo cinematográfico, purísimo cine, como dice Jordi Costa y estoy de acuerdo con él: es un trabajo íntimamente ligado a su propio medio. Particularmente me han producido placer los encuadres. Creo que tiene un trabajo de sonido fantástico. Destaco también un montaje atrevido, tanto a nivel de cortes como, sobretodo, al ritmo cinematográfico, y las interpretaciones (Kaurismaki again). Y me gustan ,aunque parezca una tontería decirlo (teniendo en cuenta su escasez), los diálogos. En la calle se habla así.
Esa frustración lleva a Rosa a una “anodina” odisea nocturna, un viaje repleto de pequeñas frustraciones (dependientes que no te atienden, prohibiciones, carteles de cerrado), y pequeños y anodinos placeres. Un viaje del que, aunque parezca mentira teniendo en cuenta el final, no se puede retornar. Una vez que abres los ojos y ves la realidad puedes volver a cerrarlos, pero la imagen vista no se puede borrar. Y tú haces ese viaje con Rosa, pero también contigo mismo, y con el resto de personajes. Es interesante el afán de Rebollo de salir momentáneamente del punto de vista del personaje interpretado por Carmen Machi durante unos instantes (la prostituta, el chico del bar...), demostrando que ellos también tienen rutina, también tendrán frustraciones, también viajan...
Kaurismaki, Hou Hsiao Hsien, Jarmush, Guerín... Varios nombres me vinieron a la cabeza viendo la película. Creo que todos justificados, aunque también me vino a la cabeza Javier Rebollo, porque el tipo tiene estilo. Es en global un estupendo trabajo cinematográfico, purísimo cine, como dice Jordi Costa y estoy de acuerdo con él: es un trabajo íntimamente ligado a su propio medio. Particularmente me han producido placer los encuadres. Creo que tiene un trabajo de sonido fantástico. Destaco también un montaje atrevido, tanto a nivel de cortes como, sobretodo, al ritmo cinematográfico, y las interpretaciones (Kaurismaki again). Y me gustan ,aunque parezca una tontería decirlo (teniendo en cuenta su escasez), los diálogos. En la calle se habla así.
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