La leyenda de Terramar (Miniserie de TV) (2004)

Desastroso intento de adaptación de la novelas "Un mago de terramar" y "Las tumbas de Autan" de Ursula K Le Guin. La verdad es que no soy particularmente fanático de las novelas de Le Guin; tampoco soy un "purista" que quiere ver la novela calcada en la pantalla; pero este caso es el colmo:es indignante observar como arruinaron la historia, modificándola hasta hacerla casi irreconocible de burda y estúpida. Los personajes fueron totalmente distorsionados; por decir algo, ya en el comienzo de la película el protagonista, que en la novela era un muchacho preadolescente de tez oscura, maltratado y explotado brutalmente por su padre fue reemplazado por un rubicundo veinteañero (Shawn Ashmore), que desobedece con insolencia a un padre benigno y tolerante.
Es increible ver como tergiversaron desde el grueso de la historia hasta detalles, como el nombre 'verdadero' del protagonista (que es 'Ged' y no 'Gavilán') siendo el asunto de los nombres de especial relevancia en la trama de la novela.

A los que gusten de libros de fantasía, les recomiendo que lean "un mago de terramar" , que es superior a la gran mayoria de los libros del género de 'espada y hechicería' e infinitamente mejor que esta patética bazofia televisiva.

Lictor de Thrax

Los libros de Terramar, de Ursula Kroeber Le Guin, constituyen una de las mejores obras de fantasía jamás escritas. Apta para todas las edades, admite numerosos niveles de lectura gracias a la naturaleza de su historia: un rico tapiz de leyendas, sentimientos, aventuras e inigualable belleza, a partir del cual el lector puede profundizar tanto como desee.

Esta "película" para la televisión que toma elementos de los dos primeros libros ("Un mago de Terramar" y "Las Tumbas de Atuan") es un claro ejemplo sobre cómo destrozar una gran historia, quedándose con los detalles más terrenales, eliminando su alma y haciendo las modificaciones más tontas que uno pueda imaginar (inventando personajes sin razón de ser, invirtiendo el sentido de los nombre verdaderos y los comunes en la historia e incluso no respetando el color de la piel de los protagonistas). Lo más grave del asunto es que esto NO es Terramar, sino una burda mezcolanza de clichés con perspectiva comercial y enfoque de serie B cutre (la propia Le Guin casi muere del susto al ver la película...). Por suerte, siempre nos quedarán los libros para volver y disfrutar en el auténtico Terramar...