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El cementerio indio (1983)

El cementerio indio
82 min.
2,6
161
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Sinopsis
Un grupo de estudiantes de ciencia descubren las ruinas de una antigua civilización india. Pronto, un espíritu malvado se meterá dentro del cuerpo de uno de ellos, y el estudiante poseído intentará matar a todos. (FILMAFFINITY)
Género
Terror Serie B Slasher Sobrenatural Fantasmas
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Scalps
Duración
82 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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2
Olen Ray haciendo el indio
No se puede atacar una película por tener pocos recursos...pero de usar tan mal los pocos que se tiene sí. Las ''apariciones'' de los espíritus indios no podrían ser más risibles...por no hablar del león humano, digna mascota de un equipo de baseball. El metraje es irregular, concentrando toda la acción en la parte final, no siendo capaz de captar el interés hasta entonces...la banda sonora, de juzgado de guardia.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
"Árboles negros...no vayan por allí"
Sí, porque a veces escuchar las sabias palabras de un nativo americano resulta provechoso. Si alguna vez te cruzas con uno y te dice eso no vayas allí donde los árboles negros están...o podrás convertirte en carne de hoguera para los torturados espíritus que rondan en el territorio.

A lo largo de la Historia de las producciones de serie "B" siempre ha habido realizadores que se han aferrado con toda su alma a dicho cine y han permanecido en él cómodamente en lugar de probar suerte en los grandes estudios hollywoodienses y jugarse el cuello ante exigentes ejecutivos. Sin remontarnos mucho Tobe Hooper, Lamberto Bava o Wes Craven podrían servirnos de perfecto ejemplo...pero incluso ellos tuvieron su momento de gloria gracias a uno o dos títulos que han aguantado el paso del tiempo; por eso sólo resta extrañarse ante un caso tan curioso como el de Fred Olen Ray.
Como algunos de sus acólitos y coetáneos (tal es el ejemplo de Jim Wynorski o el húngaro Tibor Takács), éste ha conseguido sobrevivir la friolera de cuarenta años en la industria a base de fabricar toda clase de productos (acción, ciencia-ficción, terror, "thriller"...) de ínfima calidad, invisible talento y una falta de originalidad a unos niveles que es difícil concebir (ya no estamos hablando de serie "B", sino de una "sub-Z" tirando por bajo). Se podría decir que este señor es una especie de Ed Wood de los '80, pero eso sí, sin ninguna leyenda tras él (porque no la debería haber).

Lo que se puede afirmar sin peligro a equivocación es que se divierte haciendo lo que hace; al fin y al cabo si uno cuenta con el apoyo de un equipo y algo de dinero puede hacer lo que le plazca. Tras su "mítica" primera obra, "Alien Dead", el director decidió ponerse al frente de la película de terror más barata y sencilla que nunca antes se hubiese hecho, y así, con el esfuerzo conjunto de tres personas al guión, nada más y nada menos, llegaría "Scalps" (o "El Cementerio Indio", como se conoce en España), que nos narra las desventuras de unos jóvenes al hallar un antiguo territorio donde una tribu nativa fue masacrada.
El inicio, con esa especie de monstruo-león apareciendo de repente que eriza el vello y quita el hipo por lo cutrísimo de su aspecto (¿puede alguien esperar unos efectos especiales mejores?), no augura nada bueno y ya nos pone sobre aviso de la clase de film que vamos a ver. ¿Pero por qué querríamos arriesgarnos? El caso es que de un prólogo extraño y aberrante pasamos a los universitarios que han de ir a explorar en lo profundo del desierto californiano, por mandato de su profesor (un chiflado vestido como los aventureros de aquellos seriales de los años '30), los supuestos restos enterrados de la susodicha colonia india.

Estos chavales, que el que quiera creerse que son estudiantes de arqueología allá él, no se desmarcan del clásico grupo de amigos de película "slasher" de los '80, donde desde el principio sabemos que perecerán todos (no podrían tener el letrero escrito en la frente con más claridad) salvo el más raro de ellos, en este caso D.J., una "freak" apasionada por el esoterismo, la única en escuchar las palabras de advertencia de un indio que se encuentran en una gasolinera y la primera en advertir la presencia del Mal en ese descampado donde no hallarán nada salvo la muerte.
En otros casos lo normal es sentir algo de simpatía por estos personajes a quienes no se quiere que liquiden, pero en esta película ocurre lo contrario, pues todos y cada uno resulta detestable (parecen estar compitiendo por su estupidez) y lo único que se puede desear es que desaparezcan lo más rápido posible. Ray distribuye los signos de misterio y el peligro alrededor de los chicos, atrapados a merced de las almas indias...pero en absoluto existirá ninguna sensación de peligro, ni de suspense, ni de nada, pues no hay ritmo que guíe las incoherencias de la estancanda trama.

Y lo que es peor, las "apariciones" y los ataques se sucederán durante la noche, que difícilmente podremos ver, salvo un par de veces, por la horrible fotografía de la que goza el film. Uno de tantos detalles técnicos a tener en cuenta además de la espantosa filmación de Ray (dan asco ver algunos encuadres y planos), que impide que averigüemos qué narices está pasando y a quién, unos efectos especiales de quinta o sexta categoría y para rematar una repulsiva banda sonora a base de espeluznantes teclados cuya intención sólo es la de incomodar al espectador hasta el punto de forzarle a meterse un alfiler por los oídos (más o menos como hacía Kakihara en "Ichi, the Killer").
Tampoco se puede destacar una actuación por encima de otra porque todas son pésimas. A Frank McDonald, Richard Hench, Barbara Magnusson y Carol Flockhart dan ganas de matarlos, a Jo Ann Robinson simplemente de partirle la cara; mientras, los veteranos Carroll Borland y Kirk Alyn tienen ocasión de brindar una patética aparición. No se puede esperar nada bueno, nada, de una producción como ésta, donde hasta las escenas más sencillas están ejecutadas con una torpeza técnica y actoral de padre muy señor mío.

"Scalps" palidece ante otras producciones similares como "Disturbios en el Cementerio" o "Los Fantasmas de Sodoma", cutres de por sí, pero más simpáticas (quizás juegue a favor de ellas el estar realizadas por directores italianos). Lo cierto es que la película podría haber tenido incluso algo de gracia en manos de un director más competente; John Carpenter o Enzo G. Castellari se servían de poco presupuesto, pero tenían ingenio e imaginación.
Una obra de género hecha sin medios, ni dinero ni imaginación no vale para definitivamente nada, pero hay que rendirse ante lo evidente: Fred Olen Ray no es buen director, y es algo que no le ha importado ir demostrando a lo largo de su carrera. Lo mejor de "Scalps" es su póster, lo más aterrador es su banda sonora.

Sí, es la peor película que he visto en mucho tiempo...
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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