El último guardaespaldas (2010)

Una trama interesante, una interpretación mas que aceptable y una ambientación muy buena. No se llevaría ningún premio pero es una película que se ve con muchísima facilidad y que da gusto. Yo no sabía que venía de un libro e igual si lo sabes acaba desmereciendo no se, no es mi caso. La música también me ha parecido muy bien escogida.
En definitiva, creo que está bastante mal valorada y es una película que merece ser vista para pasar un buen rato.

Los que lean la sinopsis de esta película podrán ver que esta es la ópera prima de William Monahan, guionista de Los Infiltrados y ganador de un Oscar por ese trabajo. Sin embargo no crean que "London Boulevard" es fruto de la imaginación del señor Monahan, pues está basada en la obra homónima de Ken Bruen. No podría decir dónde termina la historia original y dónde empieza a meter mano la imaginación del ganador del Oscar, ya que no he tenido el placer de leer el libro de este caballero y dudo mucho que lo haga ahora.
Para la que escribe estas líneas "London Boulevard" es el ejemplo perfecto de que unos buenos ingredientes no siempre dan un buen resultado. Y es que esta película prometía mucho con sus seléctos ingredientes. A saber:
- Un director con un Oscar bajo el brazo.
- Un reparto más que digno.
- (Quizá) Una buena obra en la que basarse.
El resultado de tal mezcla es una mediocridad como la copa de un pino, y es que si dieran premios a la mediocridad apuesto mi coche a que el señor Monahan se llevaría más de uno. Parece que la dirección se le queda grande a este guionista, que se queda sin voz ante la magnitud del proyecto. La película en sí no es mala, pero la pasividad con la que se lleva a cabo no es suficiente para mantener al espectador pegado en su butaca. Araña en vez de morder. Irrita, pero no muerde. Su falta de carácter es tan patente cómo la inexistente química entre los dos protagonistas, que (todo hay que decirlo), son muy buenos por separado. Por desgracia la profesionalidad del dúo protagonista y del resto del reparto no es suficiente para sacar a flote esta película, que se hunde ante la inexperiencia del capitán.
¿Metió demasiado la mano William Monahan en la obra de Ken Bruen? ¿O quizás se quedó corto? Sea como fuere lo único claro es que el resultado es un "quiero y no puedo" del que el señor Monahan no puede escapar. Me pregunto si este buen hombre no haría mejor en volver al asiento de "guionista", donde parece nadar con más seguridad.