Las gemelas de Sweet Valley (Serie de TV) (1994)

Varios hechos indican que el verano llega, a saber:
- Elevadas temperaturas.
- Ropas en tonalidades claras.
- Pelearse por un sitio en cualquier terraza.
- Las gemelas de Sweet Valley en la parrilla televisiva.

Así lo recuerdo yo, desde mi más tierna infancia. Y como tal debe entenderse esta serie. Veraniega, fresca y sin intención de crear un antes y un después en las series juveniles. Llena de típicos tópicos y rompiendo uno muy extendido: una chica guapa no tiene por qué ser tonta. De ejemplo, tenemos a Elizabeth.
Al ver la serie, te asaltan un gran número de dudas: ¿de dónde sacan una casa así? Si se supone que son menores de edad porque van al instituto, ¿dónde están sus padres? ¿Cómo sacan dinero para sobrevivir y comprase tantos y tantos modelitos? ¿Por qué una chica guapa y lista acaba saliendo con un hombre que sólo tiene tiempo para el deporte?
Y ahora pregunto yo... ¿quién no se ha hecho estas preguntas, refiriéndose a la vecina del 2º, a la prima de tu amiga o a la hija de tu dentista? Salvando las distancias, puede llegar a ser una serie con la que te puedes identificar en determinadas situaciones. Y, cuando no es así, es la serie perfecta para ver mientras desayunas en una calurosa mañana de verano.

¡Disfrútenla!

Mi nota es elevada, lo sé, pero han sido muchos años y tiene un valor histórico.

Pésima serie que nos presenta a dos hermanas gemelas: una muy buena y estudiosa y otra perversa y malévola. Un guión muy poco creíble, una serie muy superficial y unos problemas nimios hacen que esta sitcom sea totalmente prescindible y poco recomendable.