Alí-Babá y los 40 ladrones (1944)

Realizado pr Arthur Lubin, el film se basa libremente en la cuento del mismo título de "Las mil y una noches". Se rueda en 1943 en exteriores de Coral Pink Sand Dunes (Utah) y Red Rock Canyon State Park (CA), en decorados y plató. Producido por Paul Malvern, se estrena el 14-I-1944 (EEUU).

La acción tiene lugar en Bagdad y alrededores a mediados del s XIII. Alí, hijo del Califa, y Amara, hija del príncipe Cassim, de 12 y 10 años aproximadamente, comparten juegos y se juran amor eterno, poco antes de la ocupación y sometiemiento de la ciudad. Alí huye y salva la vida. Es recogido por Babá (Fortunio Bonanova) y su banda de 40 ladrones. A la muerte de Babá, Alí (John Hall) se convierte en el líder del grupo.

La película forma parte del conjunto de films de evasión que se ruedan en los momentos más álgidos de la IIGM. Es una de las obras que se ruedan dentro de una corriente efímera que pone de moda los temas exóticos: "Las mil y una noches" (1942) "La reina de Cobra" (1944), etc. Aprovecha el tirón popular de María Montez, que en 1944 rueda 4 películas. De nombre real María-África Gracia Vidal, nacida en la Rep. Dominicana, era hija del diplomático español Isidoro Gracia García. El film se sirve del efectismo del costoso technicolor, que da brillo y espectacularidad al relato. La dirección se pone en manos de un profesional de la Universal, especialista en obras de terror, aventuras y comedias. La adaptación del cuento original es tributaria de los hechos de guerra que rodean la producción: ocupación alemana de Europa, régimen despótico nazi, líder tiránico que se considera amo del mundo, colaboracionistas, etc. El negro de los mongoles es el de las SS, el rojo y blanco de los que luchan por la libertad son los de la bandera americana, las frecuentes combinaciones de azul, blanco y rojo evocan los ideales de libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución francesa. La estética suma elementos "kitsch" y "camp": gusto vulgar, baja calidad y falsas apariencias ("kitsch") junto a exageraciones ostentosas ("camp"). El humor se hace presente a través de Abdullah (Andy Devine). No faltan escenas sugestivas (persecución de Abdullah) y tomas ingenuamente deliciosas (marcha a caballo de los ladrones). El tono general del film está impregnado de un aire marcadamente naíf.

La múscia, de Edward Ward ("Copacabana", 1943), reproduce una partitura original grandilocuente, de melodías triunfales (ladrones) y dramáticas (mongoles). La fotografía aporta travellings emocionantes, efectos especiales artesanales, colores intensos, contrastes almibarados y composiciones sorprendentes (formación a caballo de los ladrones como un escuadrón de caballería de un "western"). Las caracterizaciones de los protagonistas buenos son las de moda (bigote de Alí, calzado de Amara, cabello de Jamiel). Es meritoria la intervención del español Fortunio Bonanova. Película entretenida, de indudable valor documental.

El cuento de "Las mil y una noches" (con la cueva, los ladrones, las tinajas de aceite y el grito de Sésamo abrete) adaptado en un guión en donde se incluye una invasión mongol y la usurpación de el trono con asesinato del sultán de turno...puede parecer muy tópico hoy en día dicho argumento (que lo es) pero en su momento la Universal Pictures fue pionera en explotar el technicolor en esta aventura arabizante, ingenua, entretenida y deliciosa que, con sus colores chillones, su Bagdad de cartón piedra y su escenografía parece un cómic llevado a la pantalla...
Vista en VO los diálogos son de un humor involuntario y aun hoy sigue fascinando la presencia cinematográfica de aquella actriz tan pésima como encantadora a partes iguales que fue Maria Montez.