El mago rojo (1929)

Erik den Store está pasando por los mejores años de su profesión como prestidigitador e hipnotista y ahora es reconocido internacionalmente. Aunque ya su mediana edad comienza a quedar atrás, den Store se siente ahora perdidamente enamorado de su nueva y joven asistente, Julie Fergeron, a la que complace cuanto puede. Pero llega un día en que el mago decide tomar como nuevo y segundo bufo a un joven vagabundo que descubre robando la comida de su cuarto… y cuando la juventud entra en escena, los amores desiguales entran en claro peligro.

“EL MAGO ROJO” fue la primera película que pudo estrenar Pál Fejös en los EEUU y fue un éxito comercial que consolidó su carrera y le aseguró la acogida temporal de Hollywood, donde podría hacer luego ”El último momento”, “Soledad” y “Broadway”, títulos que lo consolidarían como un director de clase A… aunque llegaría el instante en que la industria norteamericana terminaría incomprendiéndolo… lo sacaría de varios proyectos… y el director húngaro terminaría optando por irse de nuevo a Europa para poder seguir haciendo los filmes a su manera.

Interpretada magníficamente por Conrad Veidt, recordado intérprete en grandes clásicos como “El gabinete del Dr. Caligari”, “El estudiante de Praga”… o la posterior “Casablanca”, su personaje del mago se mueve de nuevo entre el carácter atormentado y semi-demoníaco que ya le habíamos visto en otras ocasiones, aunque también demostrará que es capaz de otras cosas que enaltecen el alma humana. A su lado, la ex-reina Mary Philbin, inmortalizada en “El fantasma de la opera” (1925), logra un romántico personaje que despertará la obsesión de su encumbrado maestro, al tiempo que su corazón se va entregando a esa nueva esperanza que ha llegado a su vida. El triángulo se completa con Fred MacKaye como el joven pupilo que quizás alcance lo que para el mago es tan solo un sueño, y Leslie Fenton -actor que luego pasaría a la dirección-, es el bufo Black, uno de esos instrumentos del universo que ponen a prueba el temple del ser humano.

Un filme gótico y dramático; con un brillante y significativo juego de sobreimpresiones; con una que otra composición magnífica como aquella en que la gigantesca sombra del mago envuelve al par de enamorados; y con una historia que nos habla, otra necesaria vez, de la obligación que tenemos de acoger con agrado y sin retrospectivas añoranzas la nueva edad alcanzada, “EL MAGO ROJO” puede sumarse a las obras cinematográficas de marcada brillantez que nos ha legado un director digno de los mayores aplausos.