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Gente en domingo (1930)

Gente en domingo
74 min.
7,1
528
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Escena (Película Muda)
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Sinopsis
Una mezcla de ficción y documental que retrata a los berlineses de 1930 durante un domingo. Obtuvo muy buenas críticas y dio la oportunidad a sus creadores (Siodmak, Ulmer, Wilder, Zinnemann) de dar el salto al cine de ficción. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Documental Amistad Cine mudo Cine experimental
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Alemania Alemania
Título original:
Menschen am Sonntag (People on Sunday)
Duración
74 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Links
7
La vida y nada más
Interesante filme que mezcla lo documental con lo ficticio, su relevancia se hace patente desde variados puntos de vista.

Efectivamente, viene a ser como la cara b del célebre documental experimental de Rutmann, "Berlín, sinfonía de una gran ciudad", paradigma de todo un género que haría de la observación de los ritmos urbanos, de su captación futurista, su razón de ser. En este caso las imágenes tienen menos ambición formal, menos obsesión por los aspectos materiales inherentes a lo urbano, y se centran en la observación de las personas disfrutando de su ocio, escogiendo para ello a unos personajes corrientes -no profesionales- cuyas relaciones tienen cierto aire romántico, no por ello desprovisto de cierto humor mordaz (señal de que Wilder rondaba por ahí). Viéndola, la película me ha recordado a otras dos posteriores y sin duda muy diferentes, pero que opino se han visto influidas por esta; me refiero, en primer lugar, a "Una partida de campo", de Renoir (aunque se trate de la adaptación de un escrito de Maupassant, resulta muy similar el modo en que Renoir enmarca y desarrolla los sentimientos de los personajes en el ambiente dominical y campestre). Muchos años después (1953), y en un contexto totalmente diferente, encontramos "El pequeño fugitivo" de Morris Engel, una de las primeras películas del cine independiente norteamericano, y que al igual que la cinta que nos ocupa, utiliza un personaje y argumento mínimos para mostrar, con afán documental, la vida ociosa de la clase media estadounidense.

Otro modo de acercarse al filme es a través de sus variados e importantes creadores, que en el momento en que la realizaron eran muy poco conocidos; al parecer la idea partió de Curt Siodmak, y Wilder se encargó de guionizarla (escribiendo el guión en servilletas de papel en el Café Romanisches de Berlín), mientras que Robert Siodmak y Edgar Ulmer dirigían, y Schüfftan se ocupaba de la fotografía, asistido por un no acreditado Fred Zinnemann. Siempre se ha discutido quién realizó realmente el filme, pero ello no me parece importante y prefiero quedarme con el testimonio de Wilder, según el cual todos hacían de todo, con poquísimo dinero y una sola cámara que tuvieron que pedir prestada, animados por cierto espíritu de amor al arte. Dado que los otros nombres mencionados son sobradamente conocidos -y sus obras aún más-, me referiré únicamente a Schüfftan para recomendar a los aficionados el visionado de sus películas, todas ellas soberbiamente fotografiadas (citemos, por ejemplo, "Le Quai des Brumes" de Carné, "Barba Azul" y "Extraña Ilusión" ambas de Ulmer, "Ojos sin rostro" de Franju o "El Buscavidas" de Rossen, por el que ganó un Oscar).

Otra vía de reflexión interesante es la que plantean mis predecesores, fijándose en el contraste que supone esta visión serena y despreocupada de las clases trabajadoras alemanas, con los acontecimientos terribles que sucederían pocos años después. En mi opinión, y como bien sugiere uno de los citados predecesores, nada de lo que vemos en esta película hace presagiar lo que ocurriría, pero eso da pie a una reflexión más terrible, pues podemos dar en pensar que muchos de esos personajes felices, despreocupados y ociosos que nos muestra la película acabaron votando por Hitler; y es que lo terrible del mal, lo que lo hace auténticamente pavoroso, es que puede surgir en cualquier momento, en cualquier ambiente.

En todo caso, creo que tales reflexiones nos llevan un poco lejos del asunto central en el filme, que es ese afán por mostrar el ocio dominical de la gente corriente, de esa gente siempre sometida al trabajo y sus rutinas y para la cual el domingo es la vida, y nada más.
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Vivamos lo mejor que podamos porque, quizás, no dure para siempre
¿Quién podía presagiar que, la gran calma que se vivía en la Alemania de los años 1930, tenía los días contados?, ¿Cómo permitir que por la mente de alguien pasase el menor pensamiento turbio, cuando los cuatro millones de habitantes que había en la Berlín de entonces, estaban consagrados al trabajo en su gran mayoría y solo anhelaban la llegada de los domingos para poder recrearse en familia o con los amigos?, ¿Quién, viendo el sosiego en las calles y la paz en que vivían tantísimos ciudadanos, podía apostar que, pronto, desde la misma Alemania se abrirían las puertas del infierno para azorar a la nación entera y expandir el horror al resto del mundo?

<<HOMBRES EN DOMINGO>>, es de esa suerte de películas cuyo gran mérito se asienta en el presagio. Puede ocurrir que la idea ni siquiera haya pasado por la mente de sus realizadores, pero de repente, el filme se convierte en un nostálgico y especial último registro de una paz a solo tres años de comenzar a cubrirse de nubes grises y los más atroces cambios políticos. Por ésto, imagino que los alemanes -y seguramente muchos ciudadanos de otros países que se vieron alterados por la guerra- en los años 30, 40 y 50, al ver este sencillo, pero, fiel registro documental, lloraban de tristeza al recordar aquella paz que hasta hace poco tenían, convertida ahora en desolación, en miedo y en tristeza.

Éste filme, significó el debut en la realización de, Robert Siodmak, un hombre que, muy pronto, haría historia con una larga lista de filmes hechos en Alemania, Francia y los Estados Unidos de Norteamérica. No obstante haber sido rodado, en 1930, fue, éste, su único filme mudo y, Edgar G. Ulmer, le sirvió como co-realizador... y aquí surge el segundo motivo que convierte a, ésta mezcla de documental y ficción, en un producto con historia:

Se parte de un reportaje de, Kurt (Curt en América) Siodmak, hermano menor del director, quien también tendría un significativo lugar en Hollywood. Se incluye una aventura entre dos parejas, como paliativo para la rutina reflejada en lo documental… y ésto fue escrito por nada menos que, ¡Billy Wilder!... y el asistente de fotografía –sin que hubiera merecido crédito- fue, ¡Fred Zinneman!, nombres todos que dejarían una enorme huella y que aquí aparecían todavía como novatos.

A, Robert Siodmak, éste documental le vale de inmediato un contrato en el noticiero semanal de la UFA, y en pocos años, la crítica captaría la asociación, Alemania en paz - Alemania en el infierno, y el filme adquiere, entonces, su gran valor histórico y sociológico... y así, a Siodmak se le abren las puertas de la gran industria.

Lo que es para ti, vendrá de cualquier manera.
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15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
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