El fantasma de la ópera (1998)

Varias vueltas de tuerca a la historia del fantasma de la ópera carentes de interés –ahora no es un ser deforme, sino un hombre criado por ratas que posee unas habilidades físicas sobrehumanas; ahora su atracción hacia Christine es casi más sexual que musical–, unos secundarios italianos malísimos –de esos que interpretan a voces y gesticulando casi tanto como los actores japoneses de Bioman– y un presupuesto escaso hacen que esta mezcla de terror tontorrón, erotismo y ketchup sea patética.
Entre tanta mierda, lo que recuerdo como peor es la escenita del "recolector de ratas", que, junto con sus conductores, parece más sacada de una película de Javier Fesser. Bueno, y lo del fantasma explicando su doble naturaleza después del polvoete ya es para taparse los oídos y esperar a que pase la risa.

De lo poco bueno que este cineasta ha aportado al mundo, lo mejor es una hija que está de toma pan y moja.

"El fantasma de la ópera" es un famoso libro de Gaston Leroux que ha sido adaptado a la pantalla innumerables veces, incluso se realizó una versión musical. Todas eran fieles a la obra de Leroux. Sin embargo, aquí el maestro Dario Argento dirige una versión del libro "a su manera" por así decirlo. Es fiel en el argumento, pero el resto está totalmente cambiado, ya que contiene varias escenas gore (bien logradas, por cierto) y los asesinatos cometidos por el fantasma son brutales y alguno incluso original. Seguramente debido a este radical cambio respecto al libro no le ha gustado a mucha gente, ni siquiera a los fans de este director, e incluso ha sido menospreciada en numerosas ocasiones. Yo, la verdad, opino que no está tan mal. La veo como una película bien hecha, técnicamente es buena ya que tenemos una genial ambientación, destacando sobre todo los decorados que están muy trabajados y logrados. El maestro Ennio Morricone trabaja de nuevo con Argento tras hacerlo en otros films suyos como "El pájaro de las plumas de cristal", "El gato de las nueve colas" o "El síndrome de Stendhal" (me niego rotundamente a llamarla "El arte de matar", el horrendo título que le han plantado en España) y, como de costumbre, compone una buena banda sonora aunque no es tan destacable como otras suyas. Las interpretaciones tampoco son malas, en general todos los actores cumplen, pero destaca Julian Sands como el fantasma ya que es un papel que le pega bien. Y como ya dije, los asesinatos y escenas gore son sin duda lo mejor de la película. Aceptable y entretenida, no tan buena como las obras maestras de Argento ("Rojo Oscuro", "Suspiria", "Inferno") y que si la ves teniendo muy en mente la obra de Leroux te va a decepcionar enormemente, hay que verla como un film que poco tiene que ver con ella.