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La cigüeña se demora (1950)

Sinopsis
Cantantes y bailarines de mucho éxito, Kitty (Betty Grable) y Jack Moran Jack (Dan Dailey) son también una feliz pareja de casados... hasta que deciden complementar su hogar con la esperanza de un hijo. Entonces tienen que verse abocados a pensar en adoptar a un bebé. (FILMAFFINITY)
Género
Musical Romance Comedia Adopción
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
My Blue Heaven
Duración
96 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1950: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión musical
6
La adopción realizada con amor devuelve la esperanza
Esta película tiene un propósito relevante en la sociedad de hoy, pues estimula la adopción de niños en su sentido básico: el pequeño gana un hogar y obtiene unos padres en los que podrá ver un ejemplo para formarse. Y los padres ganan el hijo ansiado que les brindará tanto cariño, ternura y alegrías como él mismo pueda sentir. Como siempre, habrá excepciones, pero pocos serán tan agradecidos como un joven o una chica que saben del responsable compromiso que, para con ellos, asumieron aquellos padres que, sin haberlo(a) engendrado, decidieron procurarle una vida digna y segura de la mejor manera que les fue posible.

Jack y Kitty Moran son dos artistas de éxito. Cantantes y bailarines en diferentes musicales, hacen también una popular labor en la radio y todo parece marchar de maravilla. Hasta el cielo se ha puesto de su lado y ahora Kitty se entera de que va a ser madre de un ansiado niño, pero algo sucede, y de pronto, la pareja termina emulando a sus grandes amigos Walter y Janet, quienes, no lo sabían ellos, viven su vida en un profundo compromiso con la existencia.

Mucho mejor en su lado humano donde, además de ver la comprometida labor de aquellas instituciones que asignan, cada adopción, tras un concienzudo estudio de las personas que la solicitan, podemos apreciar el compromiso que asume una madre y el favor inmenso que se le hace a la humanidad dándole afecto y seguridad a un niño, “LA CIGÜEÑA SE DEMORA” debió centrarse mucho más en estos aspectos, porque, cuando se convierte en musical pierde notable peso con unas canciones y coreografías donde lo único rescatable son esas piernas de millón de dólares (en eso se las aseguró la Fox) y ese precioso rostro de Betty Grable enmarcado en un technicolor de la más alta calidad.

Sabedor del enorme éxito que traía la bella modelo, y del gran atractivo que tenía con el público masculino, el director Henry Koster, repite con la Grable tras haberla tenido en “La calle de las tentaciones”, pero para el musical hollywoodense, de fuerte acogida en las décadas del 30 y el 40, se acercaba su canto de cisne, pues ya el público estaba hasta el cogote de ver bailar… y cantar…. y enamorar a primera vista…… en un millar bien largo de películas.

Si usted y su pareja no han podido tener un hijo, mi recomendación es que no forcen a la naturaleza con esa serie de tratamientos para engendrar. Preferible, me parece, es que piensen en la posibilidad de que el universo los haya elegido para que adopten y, asi, sean ustedes otra gloriosa pareja, dispuesta a darle una vida plena a un niño abandonado. Quizás, ver este filme les dé ese impulso que están necesitando.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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