Colombo: De las cenizas a las cenizas (TV) (1998)

Este es uno de los episodios en los que el teniente Colombo pega más la murga al sospechoso casi sin pruebas. En el primer encuentro, el estirado Patrick McGoohan (quién dirige el episodio además) que fue el antiguo número 6, de la serie El prisionero, ha visto a Colombo en su negocio de Pompas Fúnebres, le ha tomado por un pordiosero que se había colado y le ha indicado la puerta de salida. No queda más remedio que reírse porque sientes pena por el asesino que se cree que no lo va a volver a ver y no sabe la que le espera.

Está claro que Peter Falk con su gabardina, (gabardina de su propiedad que adquirió en un viaje en Italia) puede quemar la sangre a cualquiera por mucha paciencia que tenga, o que necesite. Los asesinos, como en este caso, deben sudar la gota gorda cuando le ven y es como si de un momento a otro, ya hartos de su presencia y de la célebre “una pregunta más”, fueran a confesar con tal de que le dejen en paz. De hecho al final se va solo como un corderito al coche de policía (debía llevar los nervios destrozados el pobre).

Lo bueno de esta serie es que el asesino termina confesando por agotamiento cerebral porque bien mirado, las pruebas finales con las que juega el teniente, en algún caso como éste en el que hace gala de sus hábiles deducciones sobre un jarrón mortuorio, da la impresión que no serían muy determinantes frente a un buen equipo de abogados que defendieran al acusado.

Columbo: Ashes to ashes (Colombo: De las cenizas a las cenizas) es un telefilm dirigido por Patrick McGoohan en 1998, tercero de la decimotercera temporada y, sesenta y siete de la serie, anteriormente había dirigido Crisis de identidad en 1975, El último adiós al comodoro en 1976 y Agenda para el crimen en 1990. El descanso eterno ofrece diferentes caminos entre los cuales el de la funeraria Haverland Prince en Sunset Boulevard, regentada por Eric Prince (Patrick McGoohan), seguro en su trabajo personal, convincente vendedor de descansos eternos y mejor empresario que no duda en ofrecerse a las desconsoladas viudas en los momentos más difíciles. Un travelling de retroceso nos permite ver la ubicación y el glamour que desprende el entorno de la funeraria.

Un decidido primer plano nos muestra a Verity Chandler (Rue McClanahan) la periodista del cotilleo y el murmullo de los famosos, cree que ha llegado el momento de saldar algunas cuentas pendientes del pasado con el estirado funerario. Por medio de diferentes escenas sobre las actividades cotidianas en los servicios fúnebres, el realizador Patrick McGoohan nos introduce en las intimidades de la profesión donde solo el personal autorizado tiene acceso...y alguna indiscreta reportera.

El inesperado y tenso encuentro entre la periodista cotilla y el empresario de pompas fúnebres, genera gran diversidad de primerísimos planos y planos detalle que nos previene sobre lo que está a punto de acontecer: el momento más oportuno para Eric Prince y el más desafortunado para Verity Chandler, pretendiendo destapar un pasado de apropiaciones indebidas y de comportamientos sociales de muy dudosa honestidad.

Las multiples actividades en Haverland Prince hacen que su director deba de actuar con la suficiente celeridad en dos escenarios contiguos y distintos en tiempo real: la sala de preparaciones y el salón de responsos. En el primer escenario la impertinencia de Verity la ha llevado a su desaparición, en el segundo Prince asiste a la desconsolada viuda Liz Houston (Sally Kellerman) durante el responso en honor a su difunto marido a cargo del padre Fred (Aubrey Morris).

La denuncia interpuesta por Roger Gambles (Spencer Garrett) secretario personal de la periodista tras su desaparición, lleva a Colombo (Peter Falk) hasta su hogar, recabando primeras impresiones e informaciones que unidas a algunas pistas encontradas, no tardará en producirse los controvertidos encuentro entre Colombo y Prince el funerario, en un claro contraste de sensaciones muy diferenciadas entre ambos personajes.

Desde los primeros movimientos en la investigación nuestro detective husmea en el ambiente algo turbio del pasado que de alguna manera asocia a la victima desaparecida, con el funerario, el flirteo, el desengaño entre ambos y el destino de alguna joya desaparecida. Ante tan abrumadora presión Eric Prince salva la situación de la manera más efectiva, con lo que no contaba era con que, no todo lo que va al horno crematorio termina en cenizas. Entretenido telefilm en el que su director nos pasea con acertada ironía por la vanidad de los vivos con ciertos toques de humor negro.

Complemento genealógico. Colombo cita a su mujer en siete ocasiones, otro personaje lo hace en dos ocasiones, también cita Colombo a un primo suyo en cuatro ocasiones (una de ellas referida a su descendencia paterna), otro personaje también cita al primo en dos ocasiones; finalmente, Colombo cita a un cuñado suyo en una ocasión.