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Diario de un cura rural (1951)

Diario de un cura rural
120 min.
7,5
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Tráiler (FRANCÉS)
Sinopsis
Film inspirado en la novela homónima de Georges Bernanos. Un joven sacerdote llega a una pequeña localidad del norte de Francia, donde se hace cargo de su primera parroquia. A pesar de que desarrolla sus labores sacerdotales con diligencia y humildad, es ignorado e incluso rechazado por sus feligreses. Convencido de que ha fracasado como pastor de almas, sufre una profunda crisis de fe. En tales circunstancias, tendrá que afrontar, además, una grave enfermedad. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Religión
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Journal d'un curé de campagne
Duración
120 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1951: Festival de Venecia: Premio OCIC
1953: Premios BAFTA: Nominada a mejor actor extranjero (Claude Laydu)
1954: National Board of Review: Top Mejores películas extranjeras
9
Sólo muere la mano que te escribe
1) Suciedad

En la novela de Georges Bernanos, el cura de Torcy le cuenta al cura de Ambricourt la historia de la sacristana de su antigua parroquia. La sacristana limpiaba la iglesia de manera compulsiva, no cejaba en su empeño de aniquilar la suciedad. La casa de Dios resplandecía como nunca. Cada mañana, por supuesto, una nueva capa de polvo cubría los bancos de la iglesia. Hongos, telarañas. El domingo, después de la Santa Misa, se quedaba hasta altas horas de la noche, frotando y encerando a la luz de una candela. Se pasaba el tiempo fregando de rodillas la suciedad dejada por los fieles. Y tosía. Hasta que, en una crisis de reumatismo articular, el corazón cedió.

“En cierto sentido, no se puede negar que es una mártir. Su error no consiste en haber querido luchar contra la suciedad, sino en haber pretendido aniquilarla, como si ello fuera posible. Una parroquia está forzosamente sucia.”

Este episodio no aparece en la película, pero ahí está la suciedad, en el barro y dentro de las almas.

En ‘Diario de un cura rural’ el cura y el mundo están enfermos... y encharcados...


2) Gracia

“La manera de cortar [de relacionar un plano con otro] es una puerta por la que entra la poesía.” (Bresson, citado por Santos Zunzunegui)

Susan Sontag, en ‘Contra la interpretación’, utiliza a Simone Weil para explicar la «antropología» bressoniana:

“Todos los movimientos naturales del alma están controlados por leyes análogas a las de la gravedad física. La única excepción es la gracia. La gracia llena espacios vacíos, pero sólo puede entrar cuando hay un vacío para recibirla, y es la gracia misma la que permite la creación de un vacío.” (Gravedad y gracia, de Simone Weil)

Aplanar la imagen. Destilar el sonido. Crear el espacio vacío y necesario en el espectador y en la pantalla. Dejar la puerta abierta.


3) Imagen y sonido

No cuenta el fotograma aislado, habla la secuencia, la relación de planos entre sí. Más importante que lo que se ve es, si cabe, lo que no se ve. Lo que se sugiere o intuye, lo invisible, lo indecible o no mostrable. También el mapa sonoro, los sonidos que configuran el espacio más allá del cuadro. Y el uso del silencio.

La cámara se acerca, con temblor contenido y sobria intensidad, al rostro. Lo encuadra en primer término. Y, cuando parece que ya no puede avanzar más, diluye el plano con un fundido suave en negro. Es una forma magistral de, por un lado, decirnos que la imagen no puede ir más allá y, por otro, de señalarnos el camino.

Leo en la novela: "No soy, como se suele decir, buen fisonomista, pero recuerdo las voces, jamás las olvido, siento amor por ellas. Los ciegos, cuya atención no se dispersa, pueden aprender muchas cosas de las voces."

Ahí está la clave para oír (y ver) las obras de Robert Bresson.
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82 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
CUADERNO, VOZ, ROSTRO
1/ Bresson recrea la novela de Bernanos ciñéndose al núcleo: la evolución espiritual del protagonista, la lucha en su alma.
Con una conciencia microscópica de los materiales, Bresson aplica el filtro estilístico, poda el lado anecdótico del argumento e intensifica lo esencial: un legible diario es escrito, una voz en off dice ese mismo texto. Duplicar ahonda la emoción. El rostro de quien escribe y dice es filmado en corto: refleja el proceso interior.

“No creo hacer nada malo anotando aquí, cada día, con total sinceridad, los humildes e insignificantes secretos de una vida sin misterio”.

2/ Fondo para el proceso: Ambricourt, primera parroquia de un joven cura. Su estómago sólo tolera vino azucarado y pan. Mal recibido en la aldea.
Turbulencias en el chateau: un conde duro con los granjeros, una condesa hundida por la muerte de un hijo, una institutriz intrigante, una hija adolescente rebelde.
Las niñas en la catequesis hostigan al cura. Los paisanos discuten con él por tarifas. El párroco vecino, de vieja escuela, le señala errores, implacable: sufres más que rezas, agitado, sin sentido práctico, nervios de punta como un niño…
La banda sonora concreta ese fondo rural: ladridos, cencerros, disparos de cazador, campanadas, runrún de un coche, chirridos de verja…
La música de Grundenwald, climática, expresa las emociones mudas.

Un médico: Lo del estómago es serio. ¿Ha pensado en todo el alcohol que bebieron por usted antes de que naciese?

3/ Incidente central: el cura aborda el duro rescate del alma de la condesa, hundida en abúlica amargura. Las carencias envenenan el aire. Consigue una titánica imposición de la paz.
“Qué maravilla dar lo que no tenemos. Milagro de las manos vacías”.

—¿Qué palabras usó para borrar su amargura?
—Las de un secreto perdido. Lo encontraré y lo volveré a perder.

4/ Extractos sintéticos del ‘Journal’:

“Otra noche horrible.”
“Oración, necesaria como aire para pulmones”
“Tras de mí, nada; ante mí, un muro negro.”
“De pronto, algo roto en el pecho. Temblor una hora.”
“Los santos tenían estos desfallecimientos.”
“Bocabajo en el suelo, en gesto de aceptación total.”
“Misma soledad, mismo silencio.”
“Dios se apartó de mí, seguro.”

5/ Tachaduras, garabatos. Ojeras, enflaquecimiento.

—¿Qué me reprochan?
—Le reprochan ser quien es. No odian su sencillez: se defienden. Usted es un fuego que puede quemarles.

Desfallecido en el bosque, sobre la tierra helada, mancha roja en la astrosa sotana.
Temor a la muerte. La imaginación dice: Huerto de los Olivos. Íntima certeza de conocer el sitio: la prisión de la santa agonía. ¿Cómo escapar?

6/ Cielo brillante sobre campo frío. Visita al doctor en Lille. Luego, la buhardilla del compañero ex seminarista, quien le expone justificaciones intelectuales. Plano de tres minutos del blanco rostro del cura, que escucha; sus palabras de más tarde, citadas por el intelectual en carta mecanografiada: “¿Qué más da? Todo es gracia”.
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50 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
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