La sombra amiga (1942)

Cuando tan solo alcanzaba la edad de 12 años, Andrew Jackson (1767-1845), se unió a la Milicia Revolucionaria que luchaba contra el ejército británico en la llamada Guerra de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica (1775-1783). Fue hecho prisionero de guerra y el maltrato y las heridas que recibió en prisión, lo convertirían desde entonces en acérrimo enemigo de los ingleses. Cuando se produjo la nueva guerra anglo-estadounidense de 1812 –ya que los británicos no se resignaban a su derrota y aprovecharon que la paz, aunque acordada, no había sido aún ratificada en el congreso-, ya Jackson, como General, se hallaba al mando de tres mil efectivos + un millar de piratas… y pronto les infringieron una severa derrota en La batalla de Nueva Orleáns. Este hecho, sería el que allanaría su camino a la presidencia de los EEUU en 1828, siendo el primer presidente por el nuevo partido Demócrata y el primero en ser elegido mediante el voto.

Por este aguerrido personaje, el joven contable Andrew Long, siente casi reverencia, al punto que conserva una imagen suya en el apartamento que ahora ocupa, en la que resalta una frase que, para su insigne tocayo, es ley: “Un solo hombre con valor representa la mayoría”. Y resulta que, ahora Long está en apuros porque, fiel a su ídolo, también siente en su alma que “mejor es abandonar esta vida antes que la virtud y la honradez”… y luce dispuesto a que se sepa la verdad cuando, al hacer el balance de Shale City, su ciudad natal, encuentra que hay un desfalco de ¡1.240 (mil doscientos cuarenta) dólares!... una suma de la que, muchos, hoy se reirían, y también los jefes de Long están en plan de hacer la vista gorda.

Entonces, las razones del faltante son tergiversadas hasta volverlas contra el contador… y cual si hubiera invocado al hombre que le enseñó la honorabilidad contra todas las consecuencias, el espíritu de éste se aparece en su cuarto… y cuando, Andrew Long, sea puesto de patitas en la cárcel, grandes figuras de la justicia norteamericana, George Washington, Benjamin Franklin, Thomas Jefferson… ¡incluido Jesse James!, van a servirle como “consejeros jurídicos”… y crean que vale la pena recordar (o averiguar) ¿por qué precisamente ellos?

“LA SOMBRA AMIGA”, es una fantasiosa comedia, dirigida con bastante atractivo por el talentoso Stuart Heisler, la cual parte de la obra “The remarkable Andrew” (1941), que escribiera y también convirtiera a guión el renombrado Dalton Trumbo. En un estilo que, inevitablemente, remite a las edificantes comedias de Frank Capra (sobre todo a “Mr. Deeds goes to town” con la escena del juicio), Heisler también nos trae un divertido cuento que se propone rememorar a los grandes héroes y exaltar los más preciados valores morales, en una época (II Guerra Mundial), en que estos venían siendo pisoteados muy fácilmente. Así, la obra ofrece tres de las cosas más necesarias en aquellos cruciales momentos: alegría, nacionalismo e integridad.

Protagonizado por un jovencísimo, William Holden, que resulta muy carismático como el contable en apuros. Con Brian Donlevy, en una desabrochada caracterización del general Jackson. Y con la muy bella, Ellen Drew, como la novia dispuesta a defender lo que ama, esta comedia asegura un rato muy divertido… y nos recordará grandes y poderosos valores que ahora cualquiera tira por la alcantarilla.

Vale terminar con otra de las citas de Andrew Jackson:

“Has lo correcto. Eso es lo que toda ley pretende”.