Campo de sangre (2001)

Jorge Ronzatti, capitán de la Armada y funcionario del Gobierno, esta casado desde hace ocho años. Sin embargo, Jorge engaña a su mujer, se enamora de una joven funcionaria quien lo ve como el hombre que puede brindarle un futuro mejor. A partir de esta lucha de pasiones, sucede lo imprevisto.

La trama de la película está basada en un hecho real ocurrido en La Pampa, Argentina en 1969, durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, llega al cine a través del film "Campo de sangre".

El guión plantea un caso de la crónica policial. Un capitán de la armada, funcionario del gobierno pampeano y miembro del servicio de inteligencia naval, se enamora de una joven, pero como no puede divorciarse de la esposa porque ello implicaría el derrumbe de su promisoria carrera, decide llevar a cabo un plan por el cual pagaría por ello.

Cuando se comenzó a investigar la historia, esta se tornaba cada vez más atractiva para hacer el film, porque tiene que ver con la locura que puede desencadenar un amor enfermizo.

La versión oficial dice que el capitán de la Armada murió de un paro cardíaco en la cárcel en 1976. Pero nadie cree eso en La Pampa. La mayoría piensa que el oficial participó de los grupos de tareas y que se exilió en Paraguay.

Virtuoso largometraje dirigido por Gabriel Arbós.

El argumento se centra en el verano de 1969 y tiene como protagonista absoluto al capitán Jorge Ronzatti (José Luis Alfonzo), un importante funcionario del entonces gobierno impuesto en La Pampa, provincia argentina intervenida por la dictadura militar que presidía Juan Carlos Onganía desde 1966. Ronzatti se encuentra distanciado de su esposa "Nelly" (Gabriela Salas) ya que, por más que lo intenten, no pueden traer un hijo al mundo. A la par de esto, una joven y bella mujer (Jimena Anganuzzi) ingresa a trabajar como recepcionista en la municipalidad de Santa Rosa, capital de la provincia anteriormente mencionada.

Si bien los personajes convencen, las actuaciones son correctas. No sobresalen. Arturo Maly, actor recurrente en distintos filmes argentinos de la década de 1980, es el único que está un peldaño por encima del resto. El guion está armado inteligentemente, mezclando de forma eficaz lo policial con lo documental. Los diálogos son interesantes, duros, sobre todo realistas. Como dato curioso: tuvo buena recepción en la taquilla nacional, superando en algún que otro día a la película "Nueve reinas", dirigida por Fabián Bielinsky.