The Earth Dies Screaming (1964)

En apenas un poco más de una horita de aventura postapocalíptica he tenido tiempo para todo tipo de sensaciones, desde creer estar viendo una obra maestra olvidada (al principio) hasta aburrirme y casi dormirme en el tramo final. Terence Fisher se centra inmediatamente en lo que le interesa, que son los hechos consumados y escasamente explicados de la situación dada, que no es otra que la de la muerte casi absoluta de la población. Como digo hay tiempo para todo, en esos primeros minutos creía estar viendo algo fuera de lo común, luego viene la desolación de encontrar retales de mil películas ya vistas, con gracia, eso desde luego, pero muy chapucero a menudo y bastante grotesco en algún momento. Hay robots, hay zombies, hay pocas explicaciones, unos diez minutos en los que me he despistado (por no decir que me he dormido) y un aplauso por la brevedad. Soy incapaz de suspender una película que me ha entusiasmado en su inicio, que tiene un título que me ha seducido y que contiene lo mejor y lo peor de la serie B.

"El mundo muere gritando": pocos títulos formados por un gerundio tienen ese poder de atracción, el contenido ya es otra cosa.

Ese año, que yo sepa, por lo que he visto, Fisher filmó tres películas ese mismo año, es decir, cuando algún director del actual siglo precisa a menudo un par de años para presentar su nueva película este hombre, media aritmética en la calculadora, usaba cuatro meses. No le hacía falta mucho, montar la presentación a base de algunas escenas de filmoteca, ocho actores, un par de disfraces y cortar un cruce de calles un par de horas. A eso lo llamo buena economía de medios y yo, nada menos que cincuenta años después, aquí estoy defendiendo a Fisher y hablando bien de su película.

Si se hace un estudio sobre las películas que influyeron en el denominado género zombi con el levantamiento de ese primer muerto viviente cinematográfico, tal y como conocemos al género actual, llamado “La noche de los muertos vivientes”, debería aparecer “The Earth Dies Screaming”. Esta película tiene elementos particulares propios de un género que se intuía como el survival horror aunque nadie sabía cómo llamarlo. Existe una obra post-apocalíptica de pasajes y ciudades (en este caso un pueblecito que el presupuesto no daba para más en la Serie B) vacías y asoladas por una amenaza. Mucho más si los asediados permanecen en una casa que convierten en fortín y algunos de ellos van cayendo… y levantándose de nuevo.

“The Earth Dies Screaming” puede considerarse como un anuncio de Flex pero sin las palabras mágicas: todo el mundo está dormido, todo el mundo está muerto. ¿Qué será lo que tiene el mundo? Muertos vivientes animados por robots alienígenas… Al igual que “Plan 9 del espacio exterior” lo rocambolesco nace para hacer gracia en ese eterno sello de la Serie B: actuaciones pobres, efectos pobres… ¿Película pobre? Para nada.