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La asesina (2015)

La asesina
105 min.
5,5
3.481
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Trailer HD (MANDARÍN con subtítulos en ESPAÑOL)
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Sinopsis
China, finales del siglo VIII. Nie Yinniang regresa a casa de su familia tras años de exilio. Educada por una monja que la ha convertido en una experta en artes marciales, Yinniang es una auténtica justiciera cuyo objetivo es eliminar a los tiranos. Su maestra le encarga la misión de matar a su primo Tian Ji'an, gobernador disidente de la provincia militar de Weibo, con el que tuvo gran complicidad cuando ambos eran jóvenes. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Acción Artes marciales Wuxia Siglo VIII
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Taiwán Taiwán
Título original:
Nie yin niang
Duración
105 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Taiwán-China-Hong Kong-Francia;
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Premios
2015: Festival de Cannes: Mejor director y Mejor banda sonora
2015: Premios BAFTA: Nominada a Mejor película en habla no inglesa
2015: Satellite Awards: Mejor vestuario. 2 nominaciones
2015: Critics Choice Awards: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
2015: Asociación de Críticos de Chicago: 2 nom. incluyendo mejor película extranjera
2
La delgada línea entre el arte del fraude
El cine oriental se caracteriza, bajo nuestra mirada occidental y en términos generales, por un especial cuidado de la estética que contribuye a una actitud contemplativa, incluso en el cine de artes marciales donde la acción se hace más protagonista, los silencios cuentan la historia relegando al diálogo como apoyo. Esto hace que, como buenos occidentales obsesionados con etiquetarlo todo, hayamos creado un subgénero llamado “asiático”, que no es otra cosa que una forma diferente de entender un arte. Autores como el maestro Kurosawa, Wan Kar-Wai (Deseando amar, 2000), Park Chan-Wook (Oldboy, 2003) o, en menor medida y bastante más personal, Takashi Miike, han traspasado esa frontera, sin vender su arte.

The Assassin cumple los requisitos de ese cine oriental en cuanto al cuidado preciso de la estética. Una acertada dirección y puesta en escena donde la fotografía tiene el papel de protagonista absoluto. Rodada en un atractivo formato de 4:3, cada fotograma es una delicia visual. Cada imagen por separado podría ser considerada una obra de arte. Y es aquí, en su mayor virtud, donde reside su principal problema: que es una película. Un libro de fotografía le habría salido más barato al director taiwanés Hou Hsiao-Hsien, y yo sería el primero en comprarlo. Pero si hablamos de cine, la exigencia es mayor.

No seamos hipócritas: igual que un típico blockbuster de acción no es malo por sí mismo sino porque suele carecer de sentido y argumento, una cinta con gran poder visual y pretensión de poema metafórico continúa siendo un ejercicio incompleto si no tiene más que eso. Y es que The Assassin tiene un argumento sencillo que se pierde entre las ramas de imágenes y una presencia intermitente de guión. Se trata de una sucesión de bellas fotografías en las que de vez en cuando pasa algo. Literal.

Este tipo de cine, también llamado “gafapastero” (por seguir etiquetando), sea oriental o no, porque ejemplos hay por todo el mundo, tiende más a alimentar el ego del autor, faltando al respeto al público. Unos se sentirán frustrados por creer que no han entendido una supuesta metáfora de hora cuarenta y cinco; otros se indignarán por la tomadura de pelo; y algunos pocos, infravalorando a los anteriores, dirán eso de que se trata de cine para paladares exigentes.
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7
El pájaro azul ante el espejo
Hou Hsiao-Hsien no pretende narrarnos una historia transparente, cerrada y acotada; traza itinerarios que son destellos en la luz. Compone en un formato 4:3 pinturas memorables. No desea que captemos, con escuadra y cartabón, las tramas y subtramas. Inunda cada plano de poesía.

“El sol alumbra el Incensario Perfumado. Abunda la niebla morada.
Lejos, cuelga la cascada sobre el río.
Se precipita con ímpetu mil pies hacia el abismo.
¿No será el río de plata que desciende del noveno cielo?”

[Li Bai]

Dilata el tiempo fílmico. Las palabras se funden en los cuadros de imagen y sonido. No quieras caer en el vicio cartesiano de las explicaciones milimétricas, del silogismo argumental. Aunque hay trama, sí; hay argumento. Nie Yinniang (una hermosísima Qi Shu), es desterrada de su hogar para ser instruida en el asesinato como una de las bellas artes: quirúrgica y precisa. Es adiestrada a no sentir. En ella pugnan el entrenamiento y su naturaleza, en una lucha fascinante que es, en mi opinión, el corazón mismo de la cinta.

“Viento. Nieve. Alguien vuelve de noche.” [Liu Changqing]

Nie Yinniang viste de negro. Conoce la compasión y se mueve entre cortinas. Sedas, árboles y planos generales nos hurtan su interior. Respeta y ama. Mantiene una promesa. La película refleja las luchas de poder y los manejos entre clanes. La esposa de Tian Ji'an, señor local, lucha por salvaguardar los derechos de su primogénito (‘La linterna roja’, de Zhang Yimou, despliega con maestría un tema similar). Es difícil (e inútil) atar todos los cabos. Pero las emociones se perciben, cristalinas, por vía puramente sensorial.

“No hay luna. La oca salvaje vuela muy alto.
El invasor huye de noche.
Los ágiles jinetes se aprestan a perseguirlo.
La nieve oculta arco y puñal.”

[Lu Lun]

Tras un breve prólogo en blanco y negro (que me pareció lo más flojo de la cinta) sobreviene el color y, con él, la historia principal. Nie Yinniang que, según le dice su maestra, posee una destreza inigualable pero un corazón no suficientemente frío, decide no matar a un hombre con un bebé en sus brazos. Ese instante decisivo prefigura el destino de la protagonista. A partir de ahí, la lucha en su interior es puro cine.

“Bajo la lámpara vacilante, de un lado a otro danzan las sombras.” [Yuan Zhen]

Sería imposible citar las mil y una felicidades que depara ‘The assassin’ para aquel que sepa (o logre) mantener los ojos bien abiertos: la presencia fantasmal entre las telas; la niebla en la montaña; los efectos sonoros impecables, depurados; el cuento del gorrión azul que sólo canta ante el espejo (clave poética indudable de la historia); el humo conjurado; la naturaleza y los planos generales. Recuerdo un instante, entre abedules, en que aparece la asesina en su corcel; y otro, hacia el final, en que, a lo lejos, creemos intuir una sonrisa –si no me equivoco, esa podría ser la única ocasión en que sonríe, o así ha quedado impreso en mi memoria–. Las secuencias de acción son lo de menos; en cierta medida resultan funcionales. No hay apenas saltos ni piruetas. La verdadera acción está en el alma de Yinniang.

“Se abren las flores; viento y lluvia en exceso.
Imposible vivir sin despedidas.”

[Yu Wuling]

Rodar un alma en planos generales (y no en primeros planos) es la proeza cinematográfica que acomete Hou Hsiao-Hsien. Y sale airoso de su empeño.

“Sin intención, sobre las rocas, las nubes se persiguen.” [Liu Zongyuan]

Esta es, probablemente, la cinta más hermosa de Hsiao-Hsien. No es apta, por ritmo, tempo y pretensiones, para paladares inquietos y amantes del montaje acelerado. Al concluir el recorrido, quizás no sabremos decir quién es realmente la asesina. Pero sabremos quién NO es. Y eso es más de lo que ofrecen multitud de cintas con guión de hierro y fuegos de artificio argumental.

En fin, dejemos que hable la poesía.

“¿Cómo describir el grandioso monte?
Desde Qi y Lu se aprecia su verdor infinito.
¡Qué privilegio disfrutar de tanta belleza!;
por el oeste aún es noche, la alborada ilumina el este.
Surgen capas de nubes estremeciendo mi corazón,
vuelven las aves extasiando mi vista.
Trepo la cumbre que toca el cielo
y de una mirada abarco innumerables montañas como puntos.”

[Du Fu]


[Los fragmentos y poesías que utilizo en este texto pertenecen al libro ‘La pagoda blanca; Cien poemas de la dinastía Tang’, seleccionados y traducidos por Guillermo Dañino]
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