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Disparando a Silvio (2006)

Sinopsis
“Shooting Silvio” cuenta la historia de Giovanni, un joven escritor de 28 años al que también llaman Kurtz y para el que Berlusconi es una obsesión, la encarnación del mal, y tiene que ser eliminado cueste lo que cueste. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Shooting Silvio
Duración
96 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
6
¡¡¡Pum!!!
Film modesto, con problemas de censura (será la plataforma Sky la que emita la peli, uno de los pocos canales que no es propiedad de Il Cavaliere), casi autofinanciado, independiente y en lo puramente formal muy correcto. En general, gestiona muy bien los recursos que utiliza: interpretaciones, música, alternancia de blanco/negro y color, animaciones.

La historia es mínima: Berlusconi se convierte en la obsesión de Giovanni y quiere matarlo. De ahí las críticas del PDL acerca de la incitación a la violencia de la que es acusada Shooting Silvio. Giovanni Kurtz (en alusión al Kurtz de Apocalypse Now) cree tener en sus manos el poder cambiar el destino de su país convirtiéndose en un mártir, un héroe, un partisano (según sus palabras).

Un relato ágil, tal vez novedoso en el panorama del cine italiano (como lo será Il Divo) y también valiente ¿por qué no? Titular Shooting Silvio ya es en sí, como poco, curioso.
No es la típica historia de atentado al "Presidente". No, no, aquí Shooting a Silvio directamente.

El título aún chocando, no sorprende porque viene del país donde nació la Commedia dell'arte, donde ya sólo queda un enorme escenario para pulcinellas, arlequines... (sin querer remontarme al Imperio romano con sus pulcinellas 'avant la lettre'). Ya nada sorprende en Italia. Berlusconi no es un ya un hombre, es su propia metaimagen, Berlusconi ya no es real es su propia representación, es su ficción. Por eso no sorprende el título.

Umberto Eco recomienda a Silvio que lea Lolita, o está a la espera de que haga morir a un millón de italianos como lo hiciera su alter ego menos chistoso Mussolini.

Roberto d'Agostino (El País) responde como buen romano rápido y lúcido con las apostillas del popolo tal que "Che cazzo me ne frega?" y con estas cápsulas de lucidez se explica en poquísimas palabras el estado de la cuestión. D'Agostino confiesa que no tiene miedo a Berlusconi, sino al Berlusconi que lleva dentro.

En Shooting hace un pequeño cameo, un par de minutos, el periodista Marco Travaglio, conocido por sus numerosas intervenciones 'antiBerlusca'. Una participación interesante en la que cita a dell'Utri mano derecha de il Cavaliere y condenado por asociación mafiosa, tráfico de droga a 9 años de reclusión ¿nos reímos o nos indignamos? riámonos estamos en il palcoscenico.

Travaglio comenta, con humor, como suele, que Berlusconi gana aunque pierda, como lo hizo en el 96 y que es conveniente mantenerlo en el panorama y no quitárselo de en medio como testimonio de en qué se puede convertir cuando se pierde el sentido verdadero de la democracia. Matarlo sería un "deicidio".

Travaglio, finalmente, cita la preclara frase de Giorgio Gaber (que coincidiría con la visión de d'Agostino): "Cio' che preoccupa non è Berlusconi in sé, ma Berlusconi in me".

Berlusconi no es el verdadero problema, sólo un actor (malo) más de ese gran teatro.

La pena es que las balas y la corrupción en ese gran teatro son de verdad.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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