The Golden Arrow (1936)

Bette Davis a puntito estaba de dar el salto al estrellato para proclamarse reina indiscutible del drama pero aquí todavía iba de acá para allá buscando su hueco y su personalidad aunque los directores seguro que ya la habían avistado descubriendo en ella el enorme filón oculto en su persona.
Por otra parte, Capra por su cuenta había descubierto otro filón, una veta enorme de oro que fue lo que supuso su comedia "Sucedió una noche", ganadora de las cinco estatuillas principales y que abriría la veda para un auténtico aluvión de películas similares en fondo y forma que ya no pararían de nacer inundando el mercado con fórmulas parecidas desde aquella lejana época hasta nuestros días.
Y con esa dupla, profesionales y ricachones, hombre, mujer, clase alta y proletariado, enredos y equívocos, engaños y batallas, vino a nacer un género que se convertiría en el favorito de muchos.

Capra propone y Alfred E. Green dispone.
The Golden Arrow es una de esas cintas nacidas a su vera, el encuentro de un periodista con una heredera, solo que aquí nos aguarda una pequeña sorpresa, las cosas no son como parecen y la pija rica, caprichosa sí es, pero manipuladora y sorpresiva también.
George Brent tendrá que echar mano de toda su serenidad y paciencia para no dejarse arrastrar por los tejemanejes de la impetuosa e impaciente impostora. Guerra y amor, amor y guerra, tanto monta, monta tanto.

Lástima que Green no tenga la contundencia, el brío y el nervio que sí poseían otros directores de su época, Hawks, Sturges o el mismo Capra. La cinta posee un ritmo excesivamente cadencioso para una comedia de estas características y a pesar de su corta duración, 69 minutos, muchas escenas se resienten resultando anodinas, sin chispa, de mera transición para la continuación del desarrollo, haciendo que pierda valiosos minutos de fuerza y gracia.
Por otra parte, ustedes perdonarán pero a mí, la pareja protagonista no me dice mucho en una comedia de este estilo.
La Davis fue enorme pero en papeles de frívola jovencita yo no termino de verla bien. Lo mismo me pasa con Brent, lo veo muy serio, muy sensato y algo apagado.
No he podido evitar, viendo la película, tratar de imaginar cuál sería su resultado si sus protagonistas hubiesen sido otros.
Y la conclusión a la que he llegado es que, el resultado, hubiera sido completamente diferente.
Hágan la prueba.
Imagínense la misma película sin cambiar una sola coma de ella con dos rostros diferentes.
Clark Gable en el papel de Brent y Claudette Colbert en el de Davis. ¿No habría adquirido la cinta una travesura y una picardía, haciendo que saltasen chispas alrededor de ella?.
Prueben ahora con otra pareja carismática. Cary Grant y Katherine Hepburn. !Aaahh!, la cinta comienza a enloquecer de inmediato, se vuelve más payasa y más frenética, no hace falta cambiar nada más.
Con esto lo que quiero decir, y que me perdonen sus fans, es que este registro no creo que sea el más adecuado para Davis ni para Brent, aunque eso no quiere decir que aquí no hagan un buen trabajo y la cinta se vea con agrado.
La presencia de los personajes secundarios también aportan su aquel al film aunque tampoco me parece que aprovechan en todo su esplendor el valor y el carisma que los acompaña.

Una cinta agradable, de enredo ligero, de cierto encanto, nos proporcionará algo más de una hora de grata compañía y siempre es una oportunidad para descubrir a sus actores en otro tipo de films.