Que baje Dios y lo vea (2018)

Una vez más ha vuelto a suceder; una comedia española que basa la gracia de su guión en personajes absurdos llevados al extremo de la tontería, que busca generar carcajadas con una vulgar caída o con carusas poco elaboradas. Es todo tan previsible y forzado que ni mis hijos (pequeños) se ríen. Una vez más vamos a lo fácil, facilite y facilón... al humor tontorrón. No sé qué esperaba, la verdad, pero ¡desde luego no semejante esperpento!

Pues eso, que ni con la mejor voluntad puede uno sustraerse del tedio que te produce esa sarta de gags patosos. Los actores navegan a bandazos por un guión sin pies ni cabeza y una dirección errática. Sigo con mucho interés todo intento de comedia española, que ha dado frutos del nivel de "Amanece que no es poco", "El milagro de P. Tinto", "Carmina o revienta" y un largo y venturoso etcétera. ¿Es que Curro Velázquez no tenía dónde aprender? Me ha dolido ver a Karra Elejalde haciendo el tonto dentro de un personaje falto de definición y de objetivo. La verdad es que no la aguanté más de media hora, y eso que era un sábado de puente. Menos mal que tenía libros interesantes para echar una tarde plácida.