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The Third Shadow Warrior (1963)

The Third Shadow Warrior
104 min.
7,4
25
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Sinopsis
En las regiones montañosas de Hida, los deseos de un campesino llamado Kyonosuke, que siempre ha soñado con ser un samurái, finalmente se hacen realidad cuando se convierte en uno de los tres dobles, o sombras, de Lord Yasutaka. Después de meses de entrenamiento intenso y cruel, se enfrenta a su destino, cuando el Señor de las sombras y otros dos son asesinados en la batalla y debe asumir el papel de Lord Yasutaka. (FILMAFFINITY)
Género
Acción Drama Samuráis
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Daisan no kagemusha
Duración
104 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
10
La vida de un hombre enmascarado, de una sombra
Un individuo despojado del privilegio de ser un individuo libre está condenado a seguir los pasos, los deseos y la vida de otros...a convertirse en poco menos que una sombra débil y fácil de desaparecer en las tinieblas.
Ese será el tema principal que recorra una de las novelas más emblemáticas del galardonado y controvertido autor de ideales izquierdistas Norio Nanjo, maestro del género histórico que vio varias de sus obras llevadas a la gran pantalla ("Bushido Zankoku Monogatari", "Shikonmado"...).

La adaptación de "Daisan no Kagemusha", cuyo guión firma Seiji Hoshikawa, cae en las manos del legendario Umetsugu Inoue, uno de los realizadores nipones más prolíficos y versátiles que existieron, por desgracia prácticamente desconocido para la mayoría. Aunque destacaría en el musical, registro donde se ganó una intachable reputación, abordó otros con indudable talento, desde el cine de yakuzas hasta la comedia pasando por el histórico, y el título que nos ocupa es quizás el mejor ejemplo de ello, cuyo inicio es muy significativo: unas flechas incendiarias atraviesan la oscuridad de la noche e impactan contra un escenario en el que se disponen algunos objetos de noble linaje, presagiándose un inevitable conflicto.
Un destino habitado por la muerte y la tragedia, antes de situarnos en el lugar de los hechos: el 7.º año de la era Eiroku (1.558-1.570), en las montañosas regiones de la provincia de Hida. En este periodo inestable de sangrientas guerras civiles, de señores que luchan por reunificar el territorio y acumular fortuna, los samuráis son la figura más temida, respetada y admirada, sobre todo por los jóvenes de clasa baja, quienes viven de sueños acerca de la gloria y la riqueza (sueños falsos y engañosos, los cuales se vuelven ceniza en el corazón de los hombres, como afirma el narrador), al igual que Kyonosuke, un inocente campesino que, como sus coetáneos, desea convertirse en un valiente samurái.

Oportunidad que le llega de repente cuando es llamado por uno de los hombres del poderoso Yasutaka Ikemoto. Pero no serán sus raíces familiares de samurái la causa, sino su gran parecido físico con el señor, por lo que las intenciones de la convocatoria pronto se revelan: Kyonosuke ha de convertirse en el doble de Ikemoto, quien ya cuenta con otros dos. La tan ansiada búsqueda de gloria empieza a mostrar su lado amargo, pues para hallarla el muchacho debe asumir una identidad y despojarse de la suya, representando un papel, como un actor. El conflicto y el drama surgen cuando éste se ve arrastrado poco a poco hacia los abismos de un entorno desasosegante por seres corruptos y despiadados que le manejarán a su antojo, haciendo de él una marioneta para sus propios fines.
Kyonosuke, como sus dos compañeros, se ve atrapado en una serie de confabulaciones y enfrentamientos que Ikemoto mantiene con otros daimyos. De ahí que los combates y los movimientos de infantería, filmados con crudeza y un atractivo sentido de la espectacularidad por Inoue, en la tradición del mejor cine bélico y de samuráis, se usen como subterfugio para lanzar un ataque demoledor contra la brutal tiranía de los privilegiados, su hipocresía y su dominio sobre la clase humilde, el cual puede llegar a límites insospechados, lo que se demuestra en uno de los momentos más escalofriantes del film (detallado en Zona Spoiler).

El siguiente y más importante conflicto para el protagonista llegará tras el ataque al castillo de Ikemoto y su posterior derrota, pues será el único de los tres dobles que logra escapar; este segundo acto viene determinado por la asunción total de la identidad del original, ya muerto, cuya función es la de preservar la autoridad del clan. Por desgracia Kyonosuke no ve la oportunidad de librarse de su condición de "sombra", superchería que se ve obligado a seguir perpetrando ya no sólo por la promesa de la riqueza o la gloria, sino por la difamación de la verdad, que le puede costar la vida.
La deshumanización y el desposeimiento de la identidad también vendrán dados por Teru y Kohagi, personajes más propios de un melodrama de Mizoguchi, dos mujeres marcadas por el mismo drama (que son tratadas como muñecas por los hombres que las rodean) pero opuestas en todo lo demás: la primera, como todos los de su clase, vive para la codicia y el ansia de poder, mientras que la segunda escapa de la tristeza gracias al amor de Kyonosuke, cuyo engaño ha descubierto. En su reencuentro con Kohagi, éste, por primera vez capaz de escoger qué camino seguir, sucumbirá a la ambición (en Zona Spoiler).

Mientras se sirve, cual Kurosawa, del uso de los efectos naturales (el viento, la niebla, la lluvia) para dotar de una belleza casi mágica a la atmósfera y la elegante puesta en escena, Inoue atrapa al espectador en un sinfín de intrigas perfectamente articuladas y se desenvuelve con maestría en el drama, cuyos conflictos existenciales y morales trata a través de la violencia y el cinismo en un clima de tensión creciente, apoyado en la magistral fotografía de Shozo Honda, que resalta las partes más oscuras del espacio envolviendo entre sombras casi constantemente a los actores.
De quienes cabe señalarse la preciosa Masayo Banri, Shigeru Amachi, Tatsuya Ishiguro y un Raizo Ichikawa inmenso a todos los niveles (cuyo esfuerzo interpretativo, además, es doble). Intenso, absorbente y desconcertante (por las sorpresas de su argumento) drama feudal por una parte, desgarrador, sombrío e implacable drama "kafkiano" por otra. La interpenetración psicológica de personajes se desarrolla al mismo nivel que el suspense.

Con "Daisan no Kagemusha" Inoue factura una de sus mejores obras y uno de los triunfos más incontestablemente trágicos y lúcidos del cine japonés enmarcados en el "jidai-geki", cuya influencia en la épica "Kagemusha" de Kurosawa resulta más que evidente.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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