La potra zaina (Serie de TV) (1993)

En aquella década de los noventa se transmitió esta memorable novela en la cual Soledad Ahumada hija del gamonal Melquisedec fue educada en árduos trabajos por lo cual es muy temperamental y rebelde cuya consecuencias es que los hombres salen espantados o los rechaza. Sin embargo, aparece Daniel Clemente un jugador de mesa y apuestas que se queda con la hacienda vecina de los Ahumada para conquistar a Soledad así sea a escondidas.
Lo que me ha gustado de esta historia es que se desarrolla en los llanos orientales para que sea más fresca y visible. Y ni qué decir del sofocante calor y ambientación para darle mayor credibilidad.
Así como otras lejanas y exitósas producciones como Azúcar, La casa de las dos palmas, La vorágine, Café con Aroma de Mujer se esforzaron en buscar ideales escenarios para elaborar las tramas, La potra zaina lo supera en un millón. Ni qué decir de los protagonistas y su acento llanero de la mayoría de ese mismo los supo manejar bien.
Por lo tanto, tanto la novela como la canción que lleva el mismo título compuesta por Juan Vicente Torrealba nos enseña que el amor es capaz de domar impulsos y darle una lección para que siga corriendo con libertad por todo el potrero, pero también hay límites que hay que controlar y no caer en las trampas que impone el destino. Por eso digo: qué bonito es el llano y más con estas ficciones de calidad que cada día se escasean.