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Más allá del amor (1979)

Más allá del amor
109 min.
5,7
54
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Sinopsis
Un sacerdote que se enamora de una joven monja de su parroquia se convierte en el principal sospechoso cuando ella es asesinada. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Drama romántico Crimen Religión Basado en hechos reales
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Runner Stumbles
Duración
109 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
9
“Siento tristeza al ver ponerse el sol, no por el mal que hice sino por el bien que dejé de hacer”
Cuando el dramaturgo, Milan Stitt, decidió escribir su obra, “The Runner Stumbles” (El Corredor Tropieza, 1974), se basó en un hecho judicial acaecido en Isadore, Michigan, en el año 1907, en el que el sacerdote, Andrew Bieniawski, se convirtió en el principal sospechoso del asesinato de una monja polaca llamada, Mary Janina Mezek, con quien sostuvo una aventura amorosa. Fue la esposa de Stitt -nacida y criada en Isadore-, quien recordó esa historia… y el autor la adaptó de la manera más humana y sensible que pudo, ambientándola en, Solon (La Tierra del Arco Iris), en 1911.

Dirigida por Austin Pendleton, “The Runner Stumbles”, se estrenó en el entonces llamado Little Theatre de New York, el 18 de junio de 1976 y estuvo en cartelera hasta el 30 de octubre de 1978, con un total de 396 representaciones. Fue ésta obra la que impactó al productor y director, Stanley Kramer, quien consiguió convertirla en su 15ava y última película como director, pues, desde ese momento se retiró para dedicarse a la enseñanza en la Universidad de Washington y en el Bellevue Community College. Tenía entonces 67 años… y una década después, el 19 de febrero de 2001, fallecería en Los Ángeles, California, víctima de una neumonía.

La resistencia de ciertos críticos para con esta película, siento que tuvo que ver con la decidida actitud de Kramer de mostrar el anclado dogmatismo de la iglesia católica, mediante el cual se sigue desconociendo el indefectible derecho de los sacerdotes a expresar libremente su naturaleza humana, pues, la libido y la necesidad de amar, son fuerzas innatas imposibles de reprimir… y como ya se ha dicho muchas veces: El celibato es una afrenta contra los derechos humanos.

La historia nos muestra a un cura íntegro, trasladado a un lejano pueblo por sus ideas radicales en favor de la justicia social y el papel que debe jugar la iglesia en la culturización de las comunidades. En vista de que las dos monjas que le ayudan se han hecho bastante mayorcitas y además han contraído tuberculosis, el cura Brian Rivard (Dick Van Dyke, en el único rol dramático de su carrera), solicita a monseñor Nicholson (Ray Bolger, en la que también fuera su última actuación) que le envíe a una monja joven… y para su suerte, y desgracia, la que llega es un verdadero ángel que se hace llamar, Hna Rita (Kathleen Quinlan, radiante y juvenil), con quien logrará tener una gran empatía, pues, además de hermosa, es una mujer inteligente, emprendedora y con un gran carisma.

Kramer, irá describiendo muy sutilmente que, pueblo chico puede ser igual a infierno grande… y se le abona que, el carácter teatral de la obra original, desaparece casi por completo, logrando ambientar la historia en exteriores rurales bien significativos, ya que reflejan libertad, amplitud de pensamiento y romanticismo. El tono y la manera como se va desenvolviendo aquella historia de amor secreto –que ellos no se confiesan, pero todo el mundo advierte- tiene un fuerte encanto, y como el cura, también nosotros nos vamos viendo envueltos por el poderoso encanto y coquetería que emana de aquella adorable monja.

Convertidos en “cómplices” del sacerdote, uno se pregunta; ¿Y qué hay de malo en que él se enamore de semejante muchacha? ¿Qué hay de malo en que ella se sienta atraída por un hombre al que encuentra sensible, comprometido y caballeroso?... Pero entran en ejercicio los dogmatismos de la iglesia y aquella que llaman, “la religión del amor”, resulta ser cualquier otra cosa, menos eso.

Mención especial para, Maureen Stapleton, por su magnífica caracterización del ama de llaves; y para Beau Bridges, el abogado que defenderá al sacerdote Rivard.

Stanley Kramer cierra, así, una obra cinematográfica digna del más alto reconocimiento.

Título para Latinoamérica: AMOR PROFANO
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Una monja de cuidado
Plomizo drama romántico-religioso que parte de un asesinato pero se preocupa más por la investigación del alma que por la criminal. Articulado a base de flashbacks, en cuanto te descuidas te asesta una transición de cortinilla o un debate teológico. Stanley Kramer parte de una obra de teatro, y al menos se esfuerza en airearla: los personajes hablan y hablan de paseo por el pueblo o en una montaña o en el porche de una casa o en un descapotable. Es decir, que aire le sobra, pero le falta tensión sexual, pues hay poquita química entre el cura y la monja, y demasiada metafísica (el titulo español es un acierto). Si me quedé hasta el final no fue porque la trama me arrastrara, sino porque estaba embobado con la belleza angelical de Kathleen Quinlan, fotografiada aquí por el gran László Kovács. Telefilmesca y cargante.
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