Pista de carreras (1968)

Chico, yo veo las películas de Elvis y me gustan, me entretienen. Cierto que soy un fan incondicional del Rey pero también soy un gran amante del cine y no puedo decir nada malo de, por ejemplo, esta "Speedway" de Norman Taurog. Hoy en día -aunque esta comparación es un poco ventajista dado el patetismo en el que han caído las comedias americanas- ya quisieran una gran cantidad de directores saber entretener con tan poco. Pero entre su falta de ideas y la falta de carisma de actores y actrices, una película como "Speedway" se agradece y se disfruta como una humeante taza de café en los días de frío helador. Así que damos las gracias a Elvis, al gran Norman Taurog ("Forja de hombres", "La ciudad de los muchachos") y al sempiterno simpático amigo del guaperas (en esta ocasión, nada menos que Bill Bixby, el doctor David Banner de la serie "El increíble Hulk"). Gracias por hacernos pasar un buen rato.

Sí, las películas de Elvis Presley, hoy en día, ya no se valoran bien. Es comprensible. Son hijas de su tiempo. Y exceptuando a los seguidores más acérrimos de este mito de la canción, pocos resortes le quedan a estas comedias que puedan trascender a su tiempo.
Sin embargo yo, que no soy sospechoso de caer subyugado bajo el hechizo del rey del rock, encuentro que esta comedia tiene múltiples cualidades que también pueden atraer al espectador más reticente.
Una, su frescura. Es una comedia alegre, ligera y desenfadada. Con una trama graciosa y eternamente perenne, en eso no ha perdido actualidad ( ay, las temidas inspecciones de hacienda), en un enredo amoroso clásico y siempre vigente ( pareja antagonista, enemigos encarnizados, tensión sexual que derriba las barreras, final feliz).
Dos, el gran placer que supone contemplar la excelente recreación de una época.
Si queréis regocijaros con aquella magnífica explosión de la cultura pop y regalar vuestros ojos y oídos a la contemplación de los usos y costumbres de los años 60, ésta es vuestra película.
Aquí viajaréis en el tiempo. Esos peinados, conseguidos a base de malgastar litros y litros de laca en ignorante despreocupación por la capa de ozono. Esas modas, explosión de colores a cual más chillones, rojos, verdes intensos, fucsias, amarillos...Esos maravillosos bares, decorados como garajes luminosos y donde te servían la consumición en mesas instaladas ! en coches de carreras!. Esa manera de bailar...No, en serio, no os podéis perder esa manera de bailar.
Viendo esta película, yo estoy plenamente convencido que los responsables de Grease se fijaron mucho en ella. No os digo más.
Pero es que luego está el argumento que es muy divertido también.
Elvis Presley es un auténtico campeón de las carreras de coches. El rey de la velocidad de las cuatro ruedas y ganador de todas las competiciones.
Tiene un mánager ( Bill Bixby), su mejor amigo, administrador de sus finanzas al que, por desgracia, le pirran el juego y las mujeres.
También Presley tiene una debilidad. Es una ONG andante. Los increíbles premios en metálico que obtiene en las competiciones no le duran ni un asalto en el bolsillo. No puede evitar tratar de solucionar las desgracias ajenas.
Pero su regalada vida está a punto de concluir. No saben que están siendo investigados por Hacienda de la mano de una inspectora muy guapa y muy metete ( Nancy Sinatra).
Ciertos enredos muy divertidos ( Bixby aporta una gran prestancia cómica al film), sumados a los números musicales del rey, donde también Sinatra tiene un par de alegres canciones e incluso un número muy divertido de Presley donde interactúa con sus nerviosos compañeros a punto de ser examinados en las oficinas de Hacienda más la acción y emoción que también aportan las carreras de coches y tienen su punto, convierten a esta película en una buena opción para pasar un rato alegre y distendido con el que relajarse y disfrutar. Que ustedes se lo pasen bien.