Tráiler final HD (ESPAÑOL)
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- Una casa encantada por un espíritu vengativo maldice a todos aquellos que entran en el lugar, llevándolos a tener una muerte violenta. (FILMAFFINITY)
- Género
- Terror Remake Sobrenatural Casas encantadas
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2020 / Estados Unidos
- Título original:
- The Grudge
- Duración
- 94 min.
- Guion
- Música
La maldición de los sustos
2 de enero de 2020
Cuando se trata de un remake, y más de una obra para los amantes del terror como Ju On, lo más sensato es no generar ninguna expectativa. Efectivamente, hice bien.
Lejos de recrear una atmósfera elocuente e inquietante, elemento imprescindible actualmente para la aportación de un valor añadido en cualquier película de terror, se basa en el clásico sistema del Jump Scare. Lógicamente, estos recursos, usados en el momento adecuado, pueden potenciar la fórmula previamente mencionada. Sin embargo, su uso excesivo pueden repeler a cierto público asiduo a este tipo de pelis y a aquellos con especial sensibilidad auditiva.
La narrativa de esta película y la secuenciación de los sucesos es insípida e innecesaria. Salí bastante decepcionado, sobre todo cuando comparas la obra con las más actuales de James Wan o con su original.
Lejos de recrear una atmósfera elocuente e inquietante, elemento imprescindible actualmente para la aportación de un valor añadido en cualquier película de terror, se basa en el clásico sistema del Jump Scare. Lógicamente, estos recursos, usados en el momento adecuado, pueden potenciar la fórmula previamente mencionada. Sin embargo, su uso excesivo pueden repeler a cierto público asiduo a este tipo de pelis y a aquellos con especial sensibilidad auditiva.
La narrativa de esta película y la secuenciación de los sucesos es insípida e innecesaria. Salí bastante decepcionado, sobre todo cuando comparas la obra con las más actuales de James Wan o con su original.
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21 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Caucasian Grudge
19 de marzo de 2020
A finales de los 90, el cine de terror vivió una entusiasta fiebre por el cine de género nipón, sobretodo después del éxito de "Ringu" de Hideo Nakata. Multitud de sucedáneos, más o menos inspirados, llegaron a nuestras carteleras y, una vez agotada la fórmula por saturación, llegó el momento de los remakes hollywoodenses.
Primero fue la citada cinta de 1999, y luego le llegó el turno a "Ju-On" de Takashi Shimizu, que puso tan en boga los espíritus de infantes azulados. Interpretada por Sarah Michelle Gellar y dirigida por el mismo director de la original, aquí apodada "El grito", supuso un relativo acierto al no prescindir del elemento oriental, trasladando a la protagonista y sus enfrentamientos espectrales por tierras del Sol Naciente.
Casi 15 años más tarde nos llega una nueva entrega de la saga (que la tuvo) actualizando la trama a las nuevas demandas, o esa era la intención. En un giro de originalidad apabullante, la maldición es transportada junto aquél que la padece, remitiendo al dicho "no importa donde sino con quien". Así, el pretendido blanqueamiento cultural conjuga a la perfección con esta idea, ya que la acción es trasladada a Norte América en cuestión de segundos, incluso llegando a cambiar a los mismos espectros que, aún presentado sus características largas y sucias melenas, ya no son de origen japonés.
La estructura de confusos flashbacks, con tres historias anteriores que se superponen a la actual, no ayuda al conjunto, que salta de una a otra sin que incite el mínimo interés. Esa lejanía del componente exótico (aunque desgastado) que aporta la cultura japonesa, arroja al film al más puro de los convencionalismos, siendo un retal de películas de la típica película de fantasmas sin garra ni brío, repitiendo esquemas, mal estructurados, donde ni la planificación de escenas ni el ritmo funcionan. Personajes que desaparecen, situaciones que vienen y van, todo un despropósito de estructura narrativa que ni la presencia de ("insidious woman") Lin Shaye aporta algo al desaguisado conjunto.
Totalmente obsoleta, la cinta se muestra incapaz de sorprender o incomodar (salvo algún que otro sobresalto bien colocado), quedando a mero pasatiempo para aquellas tardes en las que la pantalla requiere la mínima atención.
Lo mejor; El único momento inesperado, donde el desaparecido hijo de la protagonista tiene un papel importante.
Lo peor; Lo peor en estos casos, antes coquetea con lo absurdo que con el terror.
Primero fue la citada cinta de 1999, y luego le llegó el turno a "Ju-On" de Takashi Shimizu, que puso tan en boga los espíritus de infantes azulados. Interpretada por Sarah Michelle Gellar y dirigida por el mismo director de la original, aquí apodada "El grito", supuso un relativo acierto al no prescindir del elemento oriental, trasladando a la protagonista y sus enfrentamientos espectrales por tierras del Sol Naciente.
Casi 15 años más tarde nos llega una nueva entrega de la saga (que la tuvo) actualizando la trama a las nuevas demandas, o esa era la intención. En un giro de originalidad apabullante, la maldición es transportada junto aquél que la padece, remitiendo al dicho "no importa donde sino con quien". Así, el pretendido blanqueamiento cultural conjuga a la perfección con esta idea, ya que la acción es trasladada a Norte América en cuestión de segundos, incluso llegando a cambiar a los mismos espectros que, aún presentado sus características largas y sucias melenas, ya no son de origen japonés.
La estructura de confusos flashbacks, con tres historias anteriores que se superponen a la actual, no ayuda al conjunto, que salta de una a otra sin que incite el mínimo interés. Esa lejanía del componente exótico (aunque desgastado) que aporta la cultura japonesa, arroja al film al más puro de los convencionalismos, siendo un retal de películas de la típica película de fantasmas sin garra ni brío, repitiendo esquemas, mal estructurados, donde ni la planificación de escenas ni el ritmo funcionan. Personajes que desaparecen, situaciones que vienen y van, todo un despropósito de estructura narrativa que ni la presencia de ("insidious woman") Lin Shaye aporta algo al desaguisado conjunto.
Totalmente obsoleta, la cinta se muestra incapaz de sorprender o incomodar (salvo algún que otro sobresalto bien colocado), quedando a mero pasatiempo para aquellas tardes en las que la pantalla requiere la mínima atención.
Lo mejor; El único momento inesperado, donde el desaparecido hijo de la protagonista tiene un papel importante.
Lo peor; Lo peor en estos casos, antes coquetea con lo absurdo que con el terror.
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