La garbanza negra, que en paz descanse... (1972)

Nepo y Pio (Tip y Coll), hermanos, y dependientes de un negocio de pompas fúnebres en Segovia, hijos ilegítimos de la recientemente difunta Obdulia Pejerto Yepes, que los abandono en 1932, y que acaba de fallecer en el cabaret regentado por ella de nombre "sala de fiestas Obdulia", deja escrito en su testamento que les lega todas sus pertenencias (cabaret, chalet donde viven las artistas y demás) a no ser que en el plazo de un mes no hayan sido encontrados o hayan fallecido, en cuyo caso los herederos serian chicas y administrador del cabaret.

Premisa y trama, cuya única finalidad en la parte - supongo - escrita por Antonio Mercero y Manuel Ruiz Castillo (los diálogos de Tip y Coll están firmados por la pareja de cómicos), es servir de vehículo para unas pequeñas y cortas gotas de humor surrealista y negro, en la que ni director, ni actores que acompañan la función (buena nomina de fiables secundarios en pequeños papeles, entre los que están Goyo Lebrero, José Orjas, Venancio Muro, Luis Barbero, y Valentín Tornos), ocultan lo excelente y muy divertido de algún desopilante gag y diálogos con que nos obsequian genial pareja (especialmente en la escenas que comparten) en su primera película como protagonistas absolutos.

Para finalizar, incidir que solo las escenas (pocas se me han hecho) con Tip y Coll merecen la pena (bueno, la famosa canción "Obdulia", y José Luis Coll entonando una estrofa de "Wandering star" al estilo Lee Marvin en "La Leyenda de la Ciudad sin Nombre 1969", también tienen su punto), ya que la rotunda Esperanza Roy mostrando sus sensuales curvas, Josele Roman, el resto de sensuales chicas del cabaret y lo catrecillo de la trama, están solo de relleno (por cierto, me ha parecido reconocer en una rolliza joven que sale en biquini en una de las mas surrealistas y divertidas escenas de la película, a Tina Sainz), por lo que si te conformas y disfrutas con ver a Luis Sánchez Polack y José Luis Coll haciendo lo suyo en la película que según creo haber leído por algún lado, es la primera vez en la que lucen sus características levitas negras, y puedes llegar a obviar lo cutre/casposo de la trama, coincidirás conmigo en que merece la pena su visionado.

Disparate cómico y musical que ofrece algunos detalles graciosos pero que, en general, sólo funciona a medias.
Casi con toda certeza la película se concibió para aprovechar el tirón mediático que Tip y Coll poseían en aquellos años.
Pero eso no bastó.
Ni entonces ni ahora.
La obra flojea continuamente, le falta cohesión, sentido del ritmo y, sobre todo, esa capacidad de comunicación fresca, directa e inteligente que siempre se espera de las intervenciones de la pareja de cómicos que, a pesar de todo, es lo mejor de la película.

Curiosidad retrospectiva con decepción incluida.