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Estado de sitio (1972)

Estado de sitio
125 min.
7,5
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Disponible en:
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Escena (ESPAÑOL)
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Sinopsis
Philip M. Santore es secuestrado junto a dos personalidades: un cónsul y un agregado diplomático. ¿Quién es ese hombre, "experto en comunicaciones", que ha trabajado en varios países de Iberoamérica, en los que poco después se han producido rebeliones que han llevado al poder a militares extremistas? (FILMAFFINITY)
Género
Drama Política Dictadura uruguaya
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
État de siège
Duración
125 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Italia-Alemania;
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Premios
1974: Premios BAFTA: Nominada a Mejor música
1973: Globos de oro: Nominada Mejor película extranjera
1973: Círculo de Críticos de Nueva York: 3 nominaciones, incluyendo mejor película
7
El film de un visionario
Buena película del independiente Costa-Gavras que nos muestra cómo pintaban las cosas en la América Latina de hace treinta años. Relata dos secuestros de los llamados innombrables. Un grupo armado que rapta a dos funcionarios extranjeros que trabajan en Uruguay y que exige un cambio de presos para liberarlos.

Costa-Gravas denuncia con eficacia, explicando al detalle la situación que vive el país, la formación de los famosos escuadrones de la muerte auspiciados y entrenados por la CIA y que en distintos regímenes fascistas de iberoamérica se cepillaron a miles de ciudadanos libres con la excusa de salvaguardar al mundo libre. Y mientras, se dejaron esquilmar sus recursos por el gigante americano, llegando a la situación que viven en estos tiempos. Estado de sitio es uno de los mejores films políticamente incorrectos que ha dado el séptimo arte. Y no me importa si Costa-Gavras nos presenta lo mismo pero ambientado en la Unión Soviética, en la Cuba castrista o en la España del que llevaba bigote.

La película viene marcada por un montaje bastante peculiar. Creo que peca de experimental y no convence al trabar la historia en partes que debiera acelerar, y quizá con otra post-producción hubiera mejorado notablemente. De estética setentera clásica, Estado de sitio es una película diseñada para revolver la conciencia del ciudadano con independencia de su ideología.

La democracia sólo funciona cuando la gente vota lo que tiene que votar. Si no, al día siguiente, los tanques están en la calle. Txarly dixit.
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67 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Otra interesantísima denuncia de Gavras (7.9)
Cinematográficamente hablando, creo que empezar por el final es un fallo, pues se está contando una historia poco conocida y de esta manera no se aprovecha nada la angustiosa incertidumbre del "sí" o "no" en la finalmente aburrida escena del autobús. En el loable empeño por analizar documentalmente los recovecos del suceso, se hacen aceleradas referencias a personajes implicados y situaciones que podrían haberse ahorrado.

Por otra parte, sigo viendo que una gran parte de vosotros prefiere radicalizar sus tendencias políticas y justificar según qué terrorismos.
Jamás fue la intención de Gavras en ninguna de sus películas defender idea política alguna, aunque como recurso cinematográfico sea inevitable tomar partido por algún bando. El hecho de que la Grecia monárquica de posguerra le negara el acceso a la Universidad debido a la acusación que pesaba sobre su padre comunista por haber participado en el EAM, unido a la indudable manipulación periodística de sus entrevistas, ayudan a que muchos confundan aún más sus mensajes.
Lo que él denuncia son INJUSTICIAS, vengan de donde vengan (en este caso, yanquis). Según sus propias palabras (que está harto de repetir), lo que realmente él defiende es la dignidad del hombre: "Porque todos, alguna vez, se han sentido maniatados, privados de su libertad y castigados. Y todo hombre, para vivir, necesita justicia y libertad. Ésas son cosas que no se pueden exigir, ni pedir, ni mendigar; deberían existir automáticamente, naturalmente". Por eso Kostas nunca defenderá a los terroristas, porque también ellos privan de ellas a sus víctimas, y a sus familias. Ya dejó claro en su película "La confesión" que no defiende las injusticias también cometidas por los regímenes comunistas; y eso molestó a muchos de los que le habían convertido, por propio interés, en una especie de defensor rojo.
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41 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
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