El secreto de vivir (1936)

Parece increíble y admirable que en 1936 pudieran filmarse películas como esta, aunque el secreto está en la bondad del guión, en la magistral dirección del mítico Capra, y en la gran interpretación de Gary Cooper como héroe sencillo y noble, bien secundado por una inteligente y simpática Jean Arthur. Como suele suceder en muchas películas americanas de todas las épocas, a Gary le toca hacer el papel de hombre idealista y de aparente simpleza (papel que borda mejor que nadie, para mi gusto, otro gigante: James Stewart), frente a todos los "malos" (que hay bastantes en la película), y de quien se burla hasta su "partenaire"... pero solo hasta que descubre la grandeza moral del personaje y, como es lógico, se enamora de él perdidamente. Al final, y como epílogo a un interesante juicio (otro recurso habitual para mantener la emoción) triunfan el amor y la bondad. Alguien podría achacar a la historia la poca verosimilitud de parte del argumento, porque ¿qué hombre de este mundo podría renunciar a una herencia de veinte millones de dólares, de los de entonces?. Pero el cine es así, y así le gusta a mucha gente. En resumen: película digna de figurar en cualquier cineteca exigente.

Frank Capra es el único tipo que consigue que las tramas, diálogos y actores se parezcan más a las películas de dibujos animados que a las de cualquier otro género. Es algo que habrá a quien no le guste pero que, a un servidor, le encanta.

La fórmula de ese secreto de rodar de una manera aparantemente intrascendente debe ser muy complicado. Hay que tener una especial mirada de la vida, una percepción muy determinada del mundo y de los seres que lo conformamos...

La diferencia de los cineatas de hoy y los ayer es que, los primeros, tienen un objetivo en la cámara mientras que los segundos tenían una mirada en la vida.

"El secreto de vivir" no es, para mí, una de las grandes de su filmografía. Pero ya les gustaría a muchos que su mejor largo se pareciera a esta...El ritmo empieza frenético y, la primera mitad de la película, es muy entretenida y divetida. Posteriormente decae y esa magia creíble, esa fantasía que te crees, ese universo tan capriano no llega a envolverte en la misma medida que en "Vive como quieras", "Juan Nadie" o "¡Qué bello es vivir!"....

La Gran Depresión (la película es de 1936) y sus consecuencias está muy presente. Esta
ymuchas otras películas de la época nos aproximan a aquella catástrofe económico - social.

A lo largo de la hora y pico de película rezuma la idea capriana de salir todos juntos del atolladero de la crisis. De ahí que ese hombre bueno, modesto y angelical que representa Gary Cooper tenga como unos de sus objetivos la visita a la tumba del General Grant; uno de los artífices de la Unión de EE.UU y presidente de aquel país de 1869 a 1877.

Gary Cooper y su alter ego, Jean Athur, están bastante bien. Especialmente ella quien, con sus sonrisas y lágrimas, consigue levantaros o deprimirnos. Una gran actriz y una preciosa mujer. Ya quisiéramos muchos toparnos con una Jean Arthur que nos descubriera el "secreto de vivir..".

LLama la atención la escasa relevancia de los actores secundarios en la película. Con el paso del tiempo se convertiría en uno de los puntos fuertes de Capra.