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Juegos de amor esquivo (2003)

Juegos de amor esquivo
117 min.
6,2
720
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Sinopsis
En un suburbio de París con viviendas de protección oficial, la cámara de Kechiche sigue a un grupo de chicos que viven las batallas típicas de la edad. Se trata de una mirada nueva y fresca de los suburbios franceses que han protagonizado recientemente unas violentas revueltas que han puesto en jaque a la sociedad francesa. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama Drama romántico Adolescencia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
L'esquive (Games of Love and Chance)
Duración
117 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2004: 4 Cesar: Mejor película, director, guión, actriz revelación (Forestier). 6 nom.
7
De lo general, a lo particular
Cuando se celebró la última entrega de los premios César franceses dos nombres sonaron meses antes como posibles ganadores: Los chicos del coro ( peliculón, ya tardáis en verla) y Largo domingo de noviazgo (del director y la protagonista de Amelie). Pero sorprendentemente el metraje que se hizo con los principales galardones (mejor película, dirección, guión y actriz revelación) fue esta gran película del director y guionista Abdellatif Kechiche (Nadie tiene la culpa).

La protagonista Sara Forestier comentó en la rueda de prensa que el realizador tardó 14 años en poder llevar a cabo el proyecto, ya que a ninguna productora le interesaba la vida de un grupo de adolescentes barriobajeros.

La escurridiza o cómo esquivar el amor cuenta la intención de varios jóvenes que habitan en los suburbios de París de realizar una obra teatral en su colegio. Lydia es la promotora del proyecto y Krimo, un marroquí tímido y con una reputación que mantener, quiere participar en la función para poder acercarse a ella y conquistarla.

Es increíble que una premisa tan sosa pueda desembocar en un producto tan óptimo. Las juveniles interpretaciones de los protagonistas (sin contar con casi ningún actor profesional) muestran con gran realismo el estilo de vida del extrarradio parisino, con sus discusiones quinceañeras típicas y sin necesidad de caer en el dramatismo extremo y las ilusiones frustradas (algo típico de este género).

La realización con cámara en mano, el uso de pocos escenarios y la falta de banda sonora nos acerca aún más a ese pequeño mundo tan próximo que la sociedad se empeña en ignorar y evitar. El filme refleja la cara b de la quema de coches “sin sentido” que intentan hacernos ver los medios de comunicación. Una de las mejores películas de estas navidades, ideal para ver acompañado de tu novio/a. No te defraudará (espero).
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16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Rien, par tout le monde
Ni la primera ni la última, las películas que toman como mayor eje la puesta en escena teatral se reproducen al infinito. Por suerte, se puede afirmar que existen excelentes propuestas de este tipo: allí donde se cala la emoción contenida de cada actor, un primer plano, incluso un plano detalle puede transmitirle al espectador una empatía que durará días y, porque no, toda una vida en la memoria. Al margen de ésto, La escurridiza no es uno de esos casos.

Existen numerosas formas, variables, maneras narrativas para comunicarnos un estado de ánimo, una atmósfera, una situación determinada. Tanto en el cine como el teatro, los registros están, y esperan ser utilizados. La escurridiza se presenta ante el espectador como una película viciada de "tics": dilata las situaciones durante lapsos de tiempo que pueden llegar al hartazgo y transforma esta característica en una falencia crónica que atenta directamente contra el mensaje tan interesante que se propone transmitir.
La profesora de teatro decía: "el amor está condicionado por el origen social"; y esta premisa es el eje sobre el cual da vueltas la obra. Da vueltas utilizando el choque, el enfrentamiento y el griterío. Parece no cansarse, una situación lleva a la otra en una sucesión de causas y efectos gemelos entre sí; todo es igual, una escena imita a las otras.
Historia de amores contrariados que sin aviso y gratuitamente nos expone la violencia policial (¿A qué venía en este asunto?), que solo se proyecta hacia tantas otras violencias que pueblan el argumento: la violencia del amigo de Krimo; la violencia entre las adolescentes; la violencia de una profesora de teatro decididamente anti-profesional que estalla como gaseosa batida cuando falta el talento. El problema surge cuando se pretende marcar un contexto real francés pero utilizando un objetivo completamente distinto, la escena de la policia puede ser muy legítima desde un punto de vista real, pero esta desfazada dentro de una trama que se dirige hacia otro lado.
Sin silencios, esos que saben utilizarse tan bien tanto en el cine como en el teatro, de pronto La escurridiza se distrae y deja en primer plano a una Magalí sufriendo en silencio al descubrir que Krimo ya no gusta de ella. Su desengaño silencioso vale mucho más que cinco, seis y hasta ocho escenas que me dejaron los oídos perjudicados.
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11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
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