arrow

Traición (1983)

Traición
95 min.
6,2
112
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Sinopsis
La obra de Harold Pinter sobre el lento desgaste del matrimonio fue llevado a la gran pantalla con gran éxito de crítica. Excelentes interpretaciones de Jeremy Irons y Patricia Hodges. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Betrayal
Duración
95 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1983: Oscar: Nominada a Mejor guión adaptado
1983: Premios BAFTA: Nominada a mejor guión adaptado
1983: National Board of Review: Mejor película (ex-aequo)
5
TRES ERAN TRES Y NINGUNO ERA BUENO
Adaptación de una obra teatral del propio guionista en la que se limita a exponer los avatares de un triángulo amoroso.
La originalidad reside en la estructura narrativa, que invierte su orden arrancando en el desenlace y finalizando con el inicio de la historia.
La operación se resuelve con una precisión admirable, llegando a tocar la fibra de los sentimientos. Cuando entre dos colegas se cruza la mujer de uno y todos saben lo que ocurre, entran en juego aspectos como la decepción y el sarcasmo, todo sin llegar a la violencia, eso lo hace genial un Ben Kingsley que, ya por entonces apuntaba a ser un gran actor. El drama es capeado por éste con una astucia y una elegancia impropia, pero resulta poco creíble y la historia se antoja aburrida por momentos. La he visto en versión original, subtitulada, y no me ha calado. Un 5.
[Leer más +]
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Pinter de terapia.
407/18(22/12/22) Decepcionante drama en el que había depositado esperanzas en los mimbres que a priori ofrecía, pues me aytrajo leer sobre su estructura de contar una historia hacia atrás, desde el final al principio, cuando entro más en el film veo que está guionizado por el Premio Nobel de Literatura en 2005 Harold Pinter, dramaturgo, guionista, poeta, actor, director y activista político inglés, con obras llevadas al cine como “El sirviente”, “La Huella” o “La mujer del teniente francés”, basándose en este caso una obra teatral de 1978 inspirada en una experiencia propia, sobre su relación clandestina de siete años (1962-1969) con la presentadora de televisión Joan Bakewel , quien estaba casada con el productor y director Michael Bakewell, en ese momento, Pinter estaba casado con la actriz Vivien Merchant. Teniendo de protagonistas a los Totémicos Jeremy Irons (post- “Retorno a Brideshead”) y Ben Kingsley (Post-“Gandhi”), acompañándolos como vértice de este triángulo amoroso la poco conocida Patricia Hodge. Pero todas mis esperanzas se fueron deshaciendo a medida que avanzaba una historia plana, sin chispa, sin nada que contar original, donde el recurso de narración ‘rewind’ resulta artificioso que parece estar ahí para tener algo con que atrapar al espectador con algún aliciente, ya que el relato es de lo más inane.

Pinter seguramente pretendía exhortar sus fantasmas con la terapia de contar su infidelidad, pero el espectador no tiene por qué asistir a esta sesión de psicólogo sin gracia alguna. Una historia de adulterio de lo más lisa, sucede entre gente acomodada (llegan a comprarse los amantes un apartamento como picadero), flemática, que todo se lo toma con la rigidez propia de si tuvieran metido un palo por donde la espalda pierde su santo nombre. Nueve secuencias que se me han hecho lánguidas, pesadas, en medio de diálogos manidos, con personajes con lo que no se conecta, seres nada empáticos, escenas casi todas entre la Hodge e Irons, quedando un poco en segundo plano Kingsley, marcando su origen teatral en los ententes dobles cuasi-permanentes, esto no tiene por qué ser un defecto, véase si no la maravillosa “La Huella” de Pinter con solo dos personajes durante más de dos horas.

Aquí como nada de lo que ocurre resulta atractivo, más bien ajado, dónde termina importándome entre zero y nada lo que ocurra, no me atrapa el ir sabiendo como se llegó a esto o lo otro, acaba y me quedo vacío y esperando sacudirme la modorra que me ha producido esta película que no es más que un telefilm pesaroso en su calidad inerte. Lo que más me interesaría es la traición del rol encarnado por Irons a su amigo al que da vida Kingsley, por aquello de que eran los mejores amigos, pero esto solo se roza, nunca se entra, no hay dilemas morales, todo me resulta superficial y sin garra alguna. Por no haber, no hay ni química alguna entre los amantes, no hay sensación de pasión, la que había por ejemplo en la película posterior con Irons, “Herida”.

A Pinter le diría que debió contratar a un buen terapeuta (que dinero no le faltaba), y no nos la haga pagar al espectador con nuestro tiempo. Gloria Ucrania!!!
[Leer más +]
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Traición
Fichas más visitadas