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La semilla del silencio (2015)

La semilla del silencio
105 min.
5,7
38
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Disponible en:
Suscripción
Trailer (ESPAÑOL)
Sinopsis
Una fiscal que investiga la complicidad de un alto militar en la desaparición de un grupo de jóvenes campesinos cae en una intrincada red de corrupción, donde nadie está a salvo de ser la próxima víctima o de convertirse en victimario. (FILMAFFINITY)
Género
Thriller Drama Crimen
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Colombia Colombia
Título original:
La semilla del silencio
Duración
105 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2017: Premios Platino: Nominada a mejor actriz (Angie Cepeda)
2016: Premios Macondo: Actriz de rep. (Restrepo), banda sonora y Premio del público
7
Héroes contra el silencio
Desvelada por el temor a ser asesinada, María hace esta pregunta a Jorge, quien ve en plena madrugada una repetición de un partido de fútbol:
– “¿Y usted para qué se ve un partido si sabe cómo va a acabar?”
Este, solo responde:
– “Mañas, mañas de uno”.

Estas dos líneas de diálogo parecerían intrascendentes, pero en ellas se oculta todo un aparato discursivo que La semilla del silencio, la ópera prima de Juan Felipe Cano, escrita por el también primerizo en el mundo del largometraje Camilo de la Cruz, construye inteligentemente para mirar la realidad colombiana desde la perspectiva de un cine vibrante, lleno de peripecia e intriga, y que se construye, siguiendo los modelos clásicos del género negro, mediante una narrativa con temporalidad dislocada que lleva al espectador a la confusión y la inseguridad buscando despertar en él una crisis ética que lo saque de las salas de cine con una chispa de ese heroísmo tercamente necesario que tienen los protagonistas.
En un país marcado por el crimen y la impunidad, la protagonista de esta película, la fiscal María del Rosario Durán (una Angie Cepeda madura y atractiva) representa a aquellos héroes que se juegan la vida contra todo un sistema envenenado en el que la vida se cuenta con monedas a través de la transaccionalización de la muerte. Pequeños Davides en una pelea injusta, comprada y pactada desde el principio, en contra del gigantesco Goliat del Estado de la mordaza y del crimen disfrazado de política democrática. María está dedicada con valiente obstinación a la tarea de hacer justicia en el caso de una masacre en la que trece adolescentes fueron asesinados para engrosar las listas de los “falsos positivos”. Bueno, en realidad ni eso, porque sabremos que a quien había encargado su muerte para sumar víctimas a su cuota en busca de los “aguinaldos de sangre” no le sirven y los desecha como basura para ser enterrados en cualquier parte.
María del Rosario es la encarnación del tipo de héroe por el que clama esta nación desangrada y estertorosa de cansancio, y a su lado se encuentra otro héroe en una lucha igualmente trágica, agotadora y frustrante. El otro protagonista de La semilla del silencio, el Sargento Jorge Salcedo (un Andrés Parra que, como de costumbre, hace un trabajo impecable), se obstina por resolver el crimen de la fiscal Durán, quien, como es de esperarse en el triste universo que esta película retrata, es asesinada para silenciar su voz enérgica que busca justicia.
También en esas palabras entre los dos protagonistas reposa el discurso mismo de buena parte del cine negro, especialmente del de detección policiaca, en el que esta película se inscribe abiertamente: el relato del héroe trágico quien, como el pobre Laocoonte en Troya, se enfrenta a fuerzas monumentales y, aún a sabiendas de que no las podrá vencer por sí solo y de que su lucha seguramente le costará la vida, se entrega con cuerpo y alma para hacerles frente y defender aquello en lo que cree y aquellos a los que ama. Esa es María en su combate contra la injusticia, y también es Salcedo, entregado a la digna y necesaria labor de resolución de un acertijo que no dará paz, que no reestablecerá orden alguno sino que, en cambio, hundirá al investigador dentro del infierno de una sociedad enferma en la que no se puede confiar siquiera en los supuestos garantes del orden y la justicia, una sociedad que La semilla del silencio retrata críticamente con gran tino, exponiendo las lacras de la corrupción y la impunidad, verdaderas semillas de la violencia nacional.
Este largometraje no solo merece nuestro tiempo y nuestros ojos por la responsable y acertada mirada que hace a una terrible realidad, sin ñoñería ni exotismo; también los merece porque es una demostración de cómo en Colombia el trabajo disciplinado y constante rinde frutos y permite hacer cine: Camilo de la Cruz, el guionista de esta película, y Juan Felipe cano, su director, lo saben bien, pues con ella han recorrido un camino de éxito creativo que empezó con el incentivo para desarrollo de guión del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico en 2008 y terminó con el incentivo de la misma entidad para la producción del largometraje en 2012; ahora con su estreno en el FICCI, dentro de la categoría de Competencia Oficial de Cine Colombiano, empieza la enorme tarea de atrapar al público y a la crítica y sembrar en ellos su semilla heroica en contra del silencio.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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