Trailer (INGLÉS)
- Sinopsis
- En 1917, en Ypres, Bélgica, 50.000 canadienses lucharon heroicamente contra las tropas alemanas. Filme bélico de corte épico que inauguró el Festival de Toronto de 2008. (FILMAFFINITY)
- Género
- Bélico I Guerra Mundial
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2008 / Canadá
- Título original:
- Passchendaele
- Duración
- 114 min.
- Guion
- Música
Premios
2008: Premios Genie: Mejor película canadiense
Menudo engendro
15 de febrero de 2010
Cuando uno se dispone a ver una producción televisiva con trasfondo histórico ya sabe de antemano que lo que se va a encontrar, en general, va a ser bastante limitado. Sin embargo, suelen tratarse de películas interesantes que muchas veces muestran más respeto por la historia que muchas superproducciones de Hollywood. Con esa idea en la cabeza me puse a ver “La Batalla de Passchendaele”, pensando que ya era hora de que le dedicasen una película a una de las batallas más terribles de la historia. Desconocía en aquel momento que minutos después estaría ciscándome en todo.
“La Batalla de Passchendaele”, que se llama así como se podría llamar Little Big Horn porque de guerra tiene muy poco, cuenta la rocambolesca historia de amor entre una enfermera morfinómana y un veterano que se quedó retrasado mental en acto de servicio. Esto último no se dice en la película pero se puede deducir de la misma. Todo es tan horrible en ella que parece que el director la filmó borracho. Muchas veces ni se entiende qué está pasando, no hay por dónde coger nada, el guión es infame y las interpretaciones son dignas de un pelotón de fusilamiento. Lo peor de todo es que encima la película es pretenciosa, y es que cuando intenta ser poética, por medio de unos rimbombantes diálogos sobre lo absurdo de la guerra y la condición humana, más que la reflexión, “La Batalla de Passchendaele” provoca el descojono.
Las pocas escenas de guerra parecen filmadas por un gilipollas, con soldados yendo y viniendo en todas las direcciones sin ningún sentido. Uno sospecha mientras ve semejante esperpento que detrás de las cámaras se encuentra el Woody Allen ciego de “Un final Made in Hollywood”. El asalto alemán final es con méritos la peor escena bélica que he visto en mi vida, pero la película aún guarda un as en la manga, con una estrafalaria metáfora que recuerda a la crucifixión de Cristo que es sencillamente delirante.
En fin, los muertos de la primera guerra mundial no se merecían semejante engendro. Es para meter en la cárcel a los responsables. Una mierda. Una puta mierda.
“La Batalla de Passchendaele”, que se llama así como se podría llamar Little Big Horn porque de guerra tiene muy poco, cuenta la rocambolesca historia de amor entre una enfermera morfinómana y un veterano que se quedó retrasado mental en acto de servicio. Esto último no se dice en la película pero se puede deducir de la misma. Todo es tan horrible en ella que parece que el director la filmó borracho. Muchas veces ni se entiende qué está pasando, no hay por dónde coger nada, el guión es infame y las interpretaciones son dignas de un pelotón de fusilamiento. Lo peor de todo es que encima la película es pretenciosa, y es que cuando intenta ser poética, por medio de unos rimbombantes diálogos sobre lo absurdo de la guerra y la condición humana, más que la reflexión, “La Batalla de Passchendaele” provoca el descojono.
Las pocas escenas de guerra parecen filmadas por un gilipollas, con soldados yendo y viniendo en todas las direcciones sin ningún sentido. Uno sospecha mientras ve semejante esperpento que detrás de las cámaras se encuentra el Woody Allen ciego de “Un final Made in Hollywood”. El asalto alemán final es con méritos la peor escena bélica que he visto en mi vida, pero la película aún guarda un as en la manga, con una estrafalaria metáfora que recuerda a la crucifixión de Cristo que es sencillamente delirante.
En fin, los muertos de la primera guerra mundial no se merecían semejante engendro. Es para meter en la cárcel a los responsables. Una mierda. Una puta mierda.
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31 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Iª GM filmada por un descerebrado con el guión de un lobotomizado
19 de febrero de 2010
¿Realmente era necesario filmar esta cosa?
Comprendo que los canadienses quieran filmar una película sobre su participación en la Iª GM y, ya puestos a ello, qué mejor que tomar el papel de héroes, y puesto que además hay que venderla en los cines canadienses, metamos una historia romántica, y puesto que estamos en el siglo XXI, metamos un rollito ¿filosófico?, y ya puestos, ya puestos, ... al final les ha salido un bodrio infumable que, la verdad, poco honra a los soldados que lucharon en esa guerra.
Los diálogos son insufribles, pretenciosos, cargantes, repetitivos y previsibles.
Los personajes son de un buenismo-malismo que tumba de espaldas.
Las interpretaciones son mejorables, pero la verdad es que los protagonistas salvan la cara.
Las escenas iniciales recrean una manera de luchar que no veremos hasta decenios después y las escenas de la batalla de Passchendaele son simplementa caóticas, anodinas, repetitivas (ya, ya sé que me repito), e inciden en el dualismo simple y bobalicón del cine actual.
La escena del crucificado, es de los más lamentable y prescindible que he visto nunca.
¿Y alguien sabe que demonios pintan los cernícalos revoloteando alrededor del protagonista?
Lamentable espectáculo fílmico. Otra oportunidad perdida.
Comprendo que los canadienses quieran filmar una película sobre su participación en la Iª GM y, ya puestos a ello, qué mejor que tomar el papel de héroes, y puesto que además hay que venderla en los cines canadienses, metamos una historia romántica, y puesto que estamos en el siglo XXI, metamos un rollito ¿filosófico?, y ya puestos, ya puestos, ... al final les ha salido un bodrio infumable que, la verdad, poco honra a los soldados que lucharon en esa guerra.
Los diálogos son insufribles, pretenciosos, cargantes, repetitivos y previsibles.
Los personajes son de un buenismo-malismo que tumba de espaldas.
Las interpretaciones son mejorables, pero la verdad es que los protagonistas salvan la cara.
Las escenas iniciales recrean una manera de luchar que no veremos hasta decenios después y las escenas de la batalla de Passchendaele son simplementa caóticas, anodinas, repetitivas (ya, ya sé que me repito), e inciden en el dualismo simple y bobalicón del cine actual.
La escena del crucificado, es de los más lamentable y prescindible que he visto nunca.
¿Y alguien sabe que demonios pintan los cernícalos revoloteando alrededor del protagonista?
Lamentable espectáculo fílmico. Otra oportunidad perdida.
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14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
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