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El vals del emperador (1948)

El vals del emperador
116 min.
5,5
750
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Escena (Español)
Sinopsis
En la Viena de principios del siglo XX se cruzan las vidas de un americano, vendedor de fonógrafos, que ansía abrirse un hueco en el mercado europeo; una condesa cuya familia no atraviesa su momento más glorioso, y un emperador, obsesionado por la cría de perros con pedigrí, que pretende aparear a su más preciado animal con el perro de la condesa. Los esfuerzos de todos ellos se ven recompensados con el nacimiento de una estupenda camada de cachorros para el emperador, un negocio de fonógrafos que marcha viento en popa y una romántica historia de amor entre la condesa y el desenvuelto americano. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Musical Romance Perros/Lobos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Emperor Waltz
Duración
116 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1948: 2 Nominaciones al Oscar: Mejor banda sonora (musical), vestuario (color)
1948: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión musical
6
Un americano en Viena
Film realizado por Billy Wilder por encargo de la Paramount. Se basa en un guión original escrito con la colaboración de Charles Brackett. Se rodó en exteriores del National Park Jasper (Canadá) y en decorados levantados en los Paramount Studios, con un presupuesto de 4 M dólares. Fue nominado a 2 Oscar (vestuario y música). Producido por Charles Brackett, se estrenó en "première" el 30-IV-1948 (Londres).

La acción tiene lugar en Viena y El Tirol en torno a 1908, unos 10 años antes de la desaparición del Imperio Austrohúngaro al final de la IGM. El tiempo cinematográfico comprende unas 3 semanas, seguidas de un breve epílogo situado unos 3 meses después. Virgil Smith (Bing Crosby) es un agente de ventas norteamericano que quiere introducir el fonógrafo, o gramófono, en Europa a partir de la venta de una unidad al soberano austríaco Francisco José I. Para llegar al soberano pide ayuda a la condesa Johanna Stoltzenberg (Joan Fontaine).

La Paramount puso al servicio de la obra a su actor más preciado (Crosby), una Joan Fontaine deseosa de desprenderse de su imagen ingenua, un presupuesto que cuadruplicaba el importe promedio del cine americano de Posguerra, un equipo técnico acreditado y una dirección de prestigio. El resultado fue una película de época, de ambientación lujosa, música romántica, canciones del ídolo popular B. Crosby y una comicidad que ironizaba sobre los prejuicios antiamericanos y los valores contrarios a los de la sociedad americana. La obra obtuvo un notable éxito de público, crítica y taquilla, pese a su escasa solidez cinematográfica, la ausencia de buena química entre Crosby y Fontaine y la artificiosidad de algunos pasajes del relato. Considerada por algunos como la peor película de Wilder, contiene elementos que revelan su impronta personal y su ironía característica. Ésta sirve de vehículo para criticar la vanidad, la indolencia, la mala administración económica, los gastos suntuarios, los prejuicios clasistas, la utilización interesada del engaño, la mentira y las falsas promesas, la infravaloración del trabajo, la preferencia del negocio sobre el amor, etc. Son blanco de mordacidad la aristocracia, los clérigos a su servicio, el personal de ceremonias de Palacio, el monarca y sus asistentes. Como en otras obras, son fuente de hilaridad las confusiones, malentendidos, falsas suposiciones, enredos, la mayor fortaleza y habilidad de la mujer sobre el hombre, etc. Wilder muestra su afición por los coches y sus carreras (persecución de una perra en celo). La pasión por la aventura se hace presente a través de la misión comercial de Virgil.

La música se basa en el "Vals del Emperador", de Johann Strauss, melodías vienesas de continuidad y dos bonitas canciones de Crosby: "The Kiss In Your Eyes" y "Friendly Mountains". La fotografía, de George Barnes ("Rebeca", 1940), hace uso de colores saturados y en ocasiones deliberadamente distorsionados o exagerados, que envuelven el relato en un ambiente de fantasía.
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19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Patinazo de Wilder
A buen seguro que al revisar la filmografía del genial director pocos centren su atención en este título, y es que hasta los genios se equivocan de vez en cuando.
Wilder sigue dirigiendo su género predilecto, aunque en este caso el resultado es un film almibarado, muy lejano al ácido y trepidante humor al que nos tiene acostumbrados.
La película apenas aporta nada más allá, que un buen vestuario, recreando el imperio austrohúngaro, y unos buenos exteriores de los alpes austríacos.
La pareja protagonista, pese a contar con la excelente Joan Fontaine, no consigue en ningún momento complicidad con el espectador y Crosby demuestra que su enorme fama, por aquel entonces, fue adquirida con su voz, no con sus dotes interpretativas, algo que a leguas se observa que le viene grande.
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
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