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La carne (1991)

La carne
90 min.
4,5
228
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Sinopsis
Comedia de amor, sexo y antropofagia. Paolo y Fancesca deciden alejarse de la neurosis que domina la vida urbana y se refugian en una pequeña casa cerca de una playa para practicar el sexo sin ningún tipo de límites. Exuberante y posesiva, la mujer utiliza técnicas aprendidas de un gurú del sexo para convertir a su amante (casado y padre de dos hijos) en un esclavo...(FILMAFFINITY)
Género
Comedia Erótico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
La carne
Duración
90 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Premios
1991: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
"El film propone una síntesis más que actualización de lo elementos, temas y obsesiones de un Ferreri tan persistente como reiterativo, que continúa poniendo en solfa al macho contemporáneo"
[Imágenes de actualidad]
9
FRANCESCA DELLERA, ME FASCINA, ME QUEMA LOS OJOS. ES DEMASIADO BELLA, CASI OFENSIVA.
Con 'La carne' el italiano Marco Ferreri recuperó en la parte final de su carrera el interés por la comida como concepto antropológico después de haber hecho muchos años atrás 'La gran comilona' (1973). Una vez más, el placer sensorial de la alimentación deviene en símbolo de la abundancia sexual, representada por el cuerpo voluptuoso y casi siempre semidesnudo de Francesca Dellera (no cuesta sospechar que contratada más por el exuberante magnetismo físico que irradia, muy apropiado para la finalidad de la historia, que por sus dotes interpretativas). La actriz interpreta a una chica que conquista al infantilizado Paolo (Sergio Castellitto), quien, pese a estar casado y con dos hijos, decide irse con ella a pasar una noche de sexo a una casa aislada en la playa.

Esta mujer sobre la arena eclipsa al personaje de conducta física simiesca de su protagonista, en manifestación de las pulsiones primitivas del hombre y de la decadencia del macho. Al contrario que este personaje, el personaje representado por Francesca Dellera no presenta su misma sagacidad despótica. Ella es en cierta forma tan ingenua como él y ambos están condenados a un deseo carnal que no pueden ninguno de los dos controlar, como los personajes de la Divina Comedia que dan nombre a nuestra pareja protagonista de La carne. podrémos diferenciar ambos roles bien marcados, por un lado a los hombres ferrerianos a los que su virilidad les pesa y les duele, y por el otro a la mujer fuerte y portentosa como la naturaleza misma, libidinosa hasta el mismísimo milagro más obsoleto.En el que el rol de la mujer dominante se encarna en la figura de la ex esposa y madre de los dos hijos de Paolo, más cercana ideológicamente al repudiado padre del protagonista y antítesis sustancial del carácter religioso de este. Paolo es un artista y un idealista, mientras que aquella se desempeña como funcionaria y se opone al bautismo de sus hijos debido a su ateísmo.La voracidad sexual se desplaza o se combina con la comida, aditamento habitual en el cine italiano. Francesca es un pedazo de carne tentador. En el supermercado, Paolo la utiliza como modelo para explicarle al carnicero el corte que quiere comprar. Ella se ofende, pero él, obsesionado con el hinduismo, se excusa diciéndole que en la India la vaca es la madre sagrada. (Cosas de la vida...)

La escena parece ser más una provocación de Ferreri hacia quienes han cuestionado el papel que las mujeres desempeñan en sus películas, pero por las características concedidas a Paolo no se puede dudar de la honestidad del comentario en boca de ese personaje. Para él la carne es un vehículo espiritual, alimento primario, paraíso materno, que a un nivel estrictamente sexual se convierte en un mecanismo fatigoso y despiadado en donde el sexo resulta tan abrumador como real y en donde la concreción se anula por si misma hasta la mismisima posibilidad del idealismo.

En donde el Pamplinas de Paolo (Sergio Castellitto) se desespera por Francesca (Francesca Dellera), y enloquece por completo, y la única manera que encuentra de librarse de tal penitencia es que ella misma desaparezca. Paolo busca o se inventa un dogma glorificando a una mujer que es más carne que espíritu, y que su propio cuerpo voluptuoso se convierte en un mecanismo subyugado y defensivo al estimulante capricho de Francesca, esta de una lucidez sexual superior.

Después de joder juntos por primera vez, Paolo, vestido con una túnica blanca, se corta las venas frente al mar mientras clama a los gritos que a Dios se lo ve una sola vez, pero su muerte es impedida por la propia Francesca, que bebe de su sangre y, que con este gesto, hace converger la escena al vampirismo y cristianismo como desenlaze ante el inminente abandono de Francesca que se va a ir tras una cigüeña, el personaje de Castellitto decide quitarle la vida clavándole un cuchillo en el vientre para luego cortarle uno de los brazos y servírselo, en un final típicamente ferreriano (vale decir drástico). De esta forma logra cumplir su sueño de infancia de comerse a Dios entero frente al mar.

Soy consciente de que la valoración que he dado de esta película dista mucho de la realidad y cualquiera pensará que soy un loco pero, ¡chico! no sé que ostias le habré visto a esta puta película que me tiene loco, simplemente me encanta.

(En ella encuentro momentos y escenas que sería capaz de ver en un repetitivo bucle, una y otra vez hasta la jodida extenuación... el agotamiento o la genuína locura.)
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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