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Patrick vive todavía (1980)

Patrick vive todavía
95 min.
3,7
75
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Tráiler (ITALIANO)
Sinopsis
Un grupo de personas se reúnen para pasar un fin de semana en una gran mansión propiedad de un doctor que también utiliza el lugar como Balneario para sus invitados. En realidad este grupo de personas no están ahí por casualidad todas han sido invitadas mediante una misteriosa carta anónima que desvela sus turbias vidas, lo que provoca que todos sospechen de todos. Pronto empezaran a morir uno tras otros de forma misteriosa por los ataque telepáticos del hijo del Doctor que se encuentra en una de las habitaciones de la casa en estado vegetal. (FILMAFFITY)
Género
Terror Fantástico Sobrenatural Erótico Gore
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Patrick vive ancora
Duración
95 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Patrick
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2
Gran Marrano: Paranormal Deluxe
¡¡¿Qué milagro convertido en película acaban de presenciar mis ojos?!!
Cuenta la leyenda que la palabra inenarrable tiene sus orígenes simultáneos a los del fin del rodaje de "Patrick vive todavía". Y de tal manera es como lo siento yo en este preciso instante, algo comparable a un mal efecto secundario.

Justo es reconocer que he soltado un par de estruendosas carcajadas a la par que me he sentido culpable por ello. La he seguido ojiplático desde la primera ocasión en que esas pupilas sobre fondo verde han flotado por los pasillos de esa mansión, que no era la de Playboy pero quién osaría a negarlo.

Si alguien me confiara la existencia de una película gore a la par que erótica le espetaría que eso es imposible, que son dos géneros que no maridan ni por asomo. Y ahora soy yo, pobre de mí, quién puede dar buena fé de ello.

Podría apuntar infinidad de spoilers y me perdería en esa misión, sin embargo, creo que lo indicado es que ustedes mismos experimenten este viaje al reino del subproducto hecho celuloide. Si acaso se atreven, después no me echen nada en cara. Ya se lo advertí.

Esto es como si al prolífico reality del chalet en la serranía y las cámaras hasta en la sopa le añadiéramos gore al por mayor, machirulos de bigote robusto bien rancios y macarras como no podían ser de otra manera y... las estrellas de la función... tipejas completamente despelotadas a cada minuto. Alguna de ellas, a modo de aperitivo de lo que vendrá después, lo logra incluso con su minúscula lencería. Increíble pero verídico.
Las peleas de ellos con ellas copan buena parte del primer tramo. Hasta dos de ellas, en pelota picada, llegan a las manos -y caen por los suelos- gritándole una a la otra: "Sí, he sido puta" mientras tiene lugar un almuerzo que resulta de todo menos armonioso.
Y llega el gore en la segunda mitad, desaforado y desagradable, sustentado en vísceras de pollo, gato o mejor no saber qué, a modo de guinda a una obra maestra de lo bizarro y la astracanada, para una recta final equiparable en lo épico a la final de Champions League que le remontó el Manchester United al Bayern München.
Sangre para donar a diez batallones. Todo se va definitivamente de las manos. No en vano es una magna joya de la inmundicia.

Los efectos especiales son de obra teatral de primaria. Más allá de la temática telequinésica, las puertas se abren sorpresivamente dando toda la impresión que alguien oculto ha tirado de algún hilo. Una de las protagonistas es la enemiga pública de los vasos de cristal. No se le resiste ninguno a su alrededor.

Los diálogos y actuaciones son de vergüenza ajena. La música, en justicia debo llamarlo ruido, es el archiconocido sonido sideral de peli de los años 50, tan desfasada y psicotrónica como el resto del conjunto.
La cara del Patrick spaghetti es todo un poema. A diferencia de la original, aquí no está sólo, hay otros a su lado que se contorsionan como si estuvieran en pleno síndrome de abstinencia. Aportan a la trama la misma relevancia que el pedo de un mosquito.

El "Patrick" australiano no era nada del otro jueves pero siempre puede venir alguien que te supere, y no siempre para mejor.

Ideal para vivirla, puestos a tono, entre amigotes que gusten del terror casposo. Eso sí, se puede vomitar con ella, bien de la risa bien del asco.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
PATRICK VIVE PARA SIEMPRE
Infame subproducto de la de por sí infame industria del cine de explotación italiano de los 80, esta obra maestra de la caradura vampiriza sin pudor el relativo éxito de una película de por sí modesta ("Patrick", una especie de terror psicológico "made in Australia" sobre un comatoso con poderes telequinésicos) y lo hace sirviéndose para ello de un guión sin pies ni cabeza, una fotografía chillona y aparatosa, una puesta en escena de andar por casa, unos efectos especiales de peseta y media, y un reparto en el que conviven diversas macizas destinadas al sacrificio, un buen actor (Sacha Pitoeff) en horas bastante bajas, y un puñado de garrulos con menos talento interpretativo que yo. Y yo no tengo de eso.

¿Hay, entonces, algún motivo para ver esta película? ¿Hay algo que pueda salvar de la quema tamaño desastre?

¡SÍÍÍÍÍÍ! ¡Por dios y por la virgen, sí!

"Patrick vive ancora" será una película mala como la tiña, no digo que no, pero es especial. Muy especial.

Es especial porque es probablemente la película ajena al porno y similares con más planos de tías desnudas que se haya hecho nunca. Todas las por otra parte bastante hermosas actrices de la película aparecen en algún momento (o en unos cuantos) en pelotas. Haga falta o no. Tetas, culos, muslámenes, chuminos peludos...en cantidad suficiente no ya para saciarse, sino hasta para empacharse.

Es especial porque no se conforma con la música psicodélica típica de este tipo de italianadas, y le añade una auténtica batería de efectos de sonido "espaciales" que conforman un apartado sonoro realmente único. Ojo, que no he dicho que sea único para bien, avisados estáis.

Es especial porque tiene una de las escenas sexuales más surrealistas de la historia del cine de terror (o de cualquier otro género), protagonizada por la rubia inocente, que resulta ser no tan inocente. Y no tan rubia.

Es especial porque tiene algunas de las escenas gore más retorcidas, rebuscadas y pasadas de rosca nunca vistas. Decapitaciones con ventanillas de coche, mordiscos de perros cabreados, garfios que se clavan en barbillas, y lo que podríamos denominar un empalamiento vaginal con espetón de los de asar el cordero. El cutrerío de los efectos especiales quizá les quite algo de impacto, pero vaya tela con la imaginación del tal Landi.

Y es especial porque esa cortinilla verde con los ojos sobreimpresos que toma la pantalla cuando Patrick va a atacar ha pasado por derecho propio a los anales de la historia de la comedia involuntaria.

Los cinéfilos y derivados mejor que huyan. Los amantes de la serie B más casposa y desprejuiciada no se la pueden perder.

¡Patrick vive...para siempre!
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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