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El camino de la venganza (1968)

El camino de la venganza
102 min.
6,1
913
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Joe Bass (Burt Lancaster) es un experto trampero al que los indios kiowas arrebatan las pieles que ha conseguido tras un invierno de duro trabajo. A cambio, los indios le entregan un esclavo negro. Pero Bass no se resigna e intentará recuperar las pieles por todos los medios. (FILMAFFINITY)
Género
Western
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Scalphunters
Duración
102 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1968: Globos de Oro: Nominada Mejor actor secundario (Ossie Davis)
Burt Lancaster es un trampero al que los indios le quitan todas las pieles que cazó durante el invierno. Luego unos "cazadores de cabelleras" -scalphunters- matan a los indios y se quedan con ellas. Ayudado de la complicidad de un negro comanche la mar de culto, nuestro protagonista no cejará en su intento de recuperar lo que es suyo. Un simpático western con toques de comedia que ya muestra la debilidad de Pollack por la naturaleza y sus ideas progresistas.
[FilmAffinity]
"Entretenida historia de tramperos, indios y mercenarios. Burt Lancaster encabeza un reparto tan eficaz como conocido, que eleva la calidad de esta curiosa cinta. Interesante"
[Diario El País]
7
Uno de los primeros westerns naturalistas de la historia
En repetidas ocasiones el magnífico director Sydney Pollack ha dicho que en esto del cine tiene especialmente que agradecer a dos personas. Una es Robert Redford, con el que debutó y con el que posteriormente mantuvo lazos fílmicos y a pesar de que ya era una estrella, siempre guardó a Pollack un trato preferencial. Y el segundo a Burt Lancaster, que fue el que a finales de los años sesenta cuando Pollack era un don nadie, le ayudó poniéndole al frente de este western- del cuál Lancaster es productor- y también aunque de forma oficiosa de la célebre “El nadador”–ya que oficialmente fue Frank Perry el director, aunque realmente fue más productor y supervisor de las escenas de las que se encargaba de rodar en la mayor parte Pollack-.

El caso es que el empujón de Burt Lancaster le sirvió al director de Indiana para realizar posteriormente “Danzad, danzad, malditos”, que fue su primer gran aldabonazo.

En lo que respecta a esta película, debo decir que nunca he sido un partidario ni seguidor de los western en clave de comedia, que empezaron a abundar en la segunda mitad de los sesenta y setenta cuando el género agonizaba y se buscaban nuevas fórmulas.

Sin embargo, uno de los pocos que recomiendo vivamente es este de Sydney Pollack que lleva el magnífico título en inglés de “The Scalphunters” y el menos afortunado de “Camino de la venganza” en castellano.

Me gusta su sofisticación, la forma en que trata la acción con tanta elegancia, la manera en que se cruzan las historias y la chispa de todos sus diálogos.

Ayuda mucho tener un reparto del nivel del propio Burt Lancaster, al que ya me he referido en varias ocasiones como uno de mis diez actores norteamericanos favoritos, el siempre previsible pero a la vez constante Telly Savales, que vuelve una vez más a demostrar que no por uno dejar de repetirse deja de ser buen actor. La elegancia dentro de la decrepitud de una Shelley Duvall que la viene que ni pintado el papel, y un sorpresivo Ossie Davis –en un papel completamente diferente a lo habitual- que muchos conocerán quizá por su papel en “Haz lo que debas” de Spike Lee.


Fantástica también la partitura de Elmer Bernstein, llena de vida y que aporta la misma vitalidad que toda la película ofrece.

Por supuesto no puedo olvidarme de ese color amarillento de las localizaciones en Durango fotografiadas espléndidamente por Duke Callaghan (“Conan el bárbaro” o “Las aventuras de Jeremiah Johnson”.

Pero sobre todo lo que llamará la atención es su mensaje ecológico –que no ecologista- de aprovechar todas y cada una de las hermosas y útiles cosas que la naturaleza ofrece y que hombre desarrollado que vive entre hormigón ya no entiende ni comprende. Sólo ve matorrales, cuando tiene medicinas y alimentos.

Un western diferente y bien hecho, que dentro de la etapa postFord del cine norteamericano es de lo más recomendable.

Animasen y súbanle la nota que se lo merece.

Nota: 6,8.
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31 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
No es para echar cohetes pero menos aún un desperdicio
Se sabe que Lancaster ayudó a Pollack en sus inicios con este western, no sólo por protagonizarla, que ya fue mucho, sino también en tareas de producción. Un pequeño y necesario empujón, no todos han tenido esa suerte, para dirigir la historia de un hombre que vive al mergen de todos como cazador y el camino que sigue tras la huella de aquellos que le roban sus mercancías. Ciertamente pasan muchas cosas desde que aparecen las letras por primera vez hasta el punto y final, la comedia está por encima de todo, desde el esclavo negro al calvorota Savalas, posiblemente mejor que ningún otro, las situaciones entretenidas se suceden una tras otra. Hay quien se quejará de la estúpìda aparición del esclavo, hay quienes se quejan de la rara aparición de Savalas, yo me quejo de todo eso y de más cosas, principalmente de la lamentable traducción del original "The Scalphunters" por un incomprensible "Camino de la venganza", de verdad que aquellos que tomaban decisiones así se merecen un descanso por un trabajo tan eficiente. A mí lo que me parece es que no está mal, sobre todo para los que gustamos del género, hay muchas cosas, unas más acertadas que otras, pero entretiene si se mira bien.
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
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