Trailer (inglés)
- Sinopsis
- En compañía de su perra Lucy, Wendy se traslada a Alaska para desempeñar un nuevo y lucrativo trabajo en una fábrica de conservas de pescado. Todo va bien hasta que, al cruzar el estado de Oregón, su modesto Honda Accord de los 80 se avería y tiene que llevarlo a un taller. Sus recursos económicos son tan limitados que acaba robando en un supermercado una lata de comida para perros, pero es descubierta y llevada a comisaría. Cuando, a las pocas horas, es puesta en libertad, resulta que Lucy ha desaparecido. Wendy tendrá entonces que recuperar a su perra y pagar la factura del taller. Así las cosas, tanto su dinero como su autoestima irán disminuyendo cada vez más. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Amistad Perros/Lobos Cine independiente USA
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2008 / Estados Unidos
- Título original:
- Wendy and Lucy
- Duración
- 80 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Links
Premios
Una luchadora sin gloria
8 de junio de 2009
En las cosas sencillas se suele encontrar más belleza y sinceridad que en lo enrevesado. "Wendy y Lucy" es una de las películas más sencillas que he tenido el placer de contemplar.
Wendy hace un largo viaje hacia Alaska es su coche acompañada de su perra Lucy. Wendy pretende trabajar en Alaska, y se para a dormir en un pueblo a mitad de camino de su destino. Con unos pocos ahorros Wendy intenta sobrevivir con lo justo, pero la mala suerte se ceba con ella, en el mismo día se le rompe el coche, la detiene la policía por robar en una tienda y además pierde a su perra Lucy. Mientras espera que le arreglen el coche, Wendy buscará a Lucy por todo el pueblo.
Kelly Reichardt dirige un drama sencillo sobre una joven que intenta superar todas las adversidades que le vienen. Michelle Williams interpreta a esta joven luchadora de forma magistral y sufrimos con ella cada minuto que vive alejada de su perro, cada infortunio que le sucede, cada segundo que la suerte no le acompaña. Wendy es una luchadora sin gloria, una superviviente sin recompensa.
Wendy hace un largo viaje hacia Alaska es su coche acompañada de su perra Lucy. Wendy pretende trabajar en Alaska, y se para a dormir en un pueblo a mitad de camino de su destino. Con unos pocos ahorros Wendy intenta sobrevivir con lo justo, pero la mala suerte se ceba con ella, en el mismo día se le rompe el coche, la detiene la policía por robar en una tienda y además pierde a su perra Lucy. Mientras espera que le arreglen el coche, Wendy buscará a Lucy por todo el pueblo.
Kelly Reichardt dirige un drama sencillo sobre una joven que intenta superar todas las adversidades que le vienen. Michelle Williams interpreta a esta joven luchadora de forma magistral y sufrimos con ella cada minuto que vive alejada de su perro, cada infortunio que le sucede, cada segundo que la suerte no le acompaña. Wendy es una luchadora sin gloria, una superviviente sin recompensa.
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26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perros, trenes y soledad
22 de abril de 2011
“Wendy y Lucy” llega como una extraña estrella fugaz en el panorama independiente americano y la firma Kelly Reichardt que ya había sorprendido con la interesante “Old Joy”. Pero lo sumamente interesante es el drama que construye la directora con elementos tan aparentemente insustanciales fuera de su contexto. Una avería de un coche, robar una lata de comida para perros, la desaparición de su perro, sentirse extraña y alienígena en un mundo que es monótono y sumamente simplista. Esos elementos dramáticos, al igual que alcanzaba Vittorio de Sica en “Ladrón de bicicletas”, son aparentemente inocuos pero Reichardt consigue convertirlos en un arma aterradora y espeluznante, tan cercana como un mismísimo puñal en nuestro cuello.
Esta es una película de sacrificios y separación y así lo demuestra su arranque con dos personajes que se separan y buscan nuevas compañías. Una canción tarareada de fondo que se evapora. Lucy, la perra de Wendy, se esfuma y desaparece para unirse con unos indigentes apostillados alrededor en una gran hoguera cerca las vías de un tren. El sonido de los trenes anula sus voces porque no la tienen en nuestra sociedad civilizada. Lucy los observa en la distancia como si temiese el siguiente paso que debe dar. Ese terrible paso hacía un mundo tangible pero alejado por los sueños a los que aspira: el viejo drama caduco de ser estrella de Hollywood ha quedado relegado a trabajar en Alaska en una fábrica de conservas. Las fórmulas pasadas han dejado de funcionar porque tal vez ya nadie se cree esos sueños. “Wendy y Lucy” nos recuerda que a través de los elementos minimalistas también se puede construir grandes historias dramáticas.
Un destino y un sueño pero con demasiadas losas que la acercan a una realidad básica y alejada de la nuestra. Un simple llamada con un móvil de un tercero es considerado como un gesto de gratitud inconmensurable, cada dólar parecen mil y cada traba en el camino una nueva piedra a nuestro cuello como en el de Michelle Williams. Corte de pelo a lo garçon y nana introductoria y final. Nuevas siglas de las heroínas alejadas de Lara Croft y Juana de Arco. Aquí la supervivencia es el día al día en un viaje desconocido para evitar vagar sin techo ni ley.
Esta es una película de sacrificios y separación y así lo demuestra su arranque con dos personajes que se separan y buscan nuevas compañías. Una canción tarareada de fondo que se evapora. Lucy, la perra de Wendy, se esfuma y desaparece para unirse con unos indigentes apostillados alrededor en una gran hoguera cerca las vías de un tren. El sonido de los trenes anula sus voces porque no la tienen en nuestra sociedad civilizada. Lucy los observa en la distancia como si temiese el siguiente paso que debe dar. Ese terrible paso hacía un mundo tangible pero alejado por los sueños a los que aspira: el viejo drama caduco de ser estrella de Hollywood ha quedado relegado a trabajar en Alaska en una fábrica de conservas. Las fórmulas pasadas han dejado de funcionar porque tal vez ya nadie se cree esos sueños. “Wendy y Lucy” nos recuerda que a través de los elementos minimalistas también se puede construir grandes historias dramáticas.
Un destino y un sueño pero con demasiadas losas que la acercan a una realidad básica y alejada de la nuestra. Un simple llamada con un móvil de un tercero es considerado como un gesto de gratitud inconmensurable, cada dólar parecen mil y cada traba en el camino una nueva piedra a nuestro cuello como en el de Michelle Williams. Corte de pelo a lo garçon y nana introductoria y final. Nuevas siglas de las heroínas alejadas de Lara Croft y Juana de Arco. Aquí la supervivencia es el día al día en un viaje desconocido para evitar vagar sin techo ni ley.
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20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
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