El vigilante de la diligencia (1954)

Larry Delong, el vigilante armado de la diligencia, es atado y abandonado en el monte. Cualquiera sabe que Delong (siendo Randolph Scott), no tardará mucho en liberarse de sus ligaduras y más cuando esto le ha pasado al principio de la película.

A pesar de la inmovilidad del escenario, la acción no cesa. Los personajes del pueblo poseen peculiares rasgos que te hacen mantener la atención sobre lo que pasará. Se han creído que Delong es de la banda de atracadores.
El niño, un cabrón con la honda.
Hay un enano psicótico de tendencias sádicas con la soga en la mano todo el rato, que causa estupor, esperando con un ansia tremenda para colgar a Delong; no dice nada en toda la película, ni falta que hace.
El sheriff tiene malas digestiones, lógico: no hace más que comer.
El dueño de la cantina es un mal bicho con familia numerosa. Tiene fijación por el espejo de la pared hasta el punto de la comicidad. Dicho espejo dará un buen plano.
Hay mujeres arpías, caciques y además está Charles Bronson sembrando cizaña.

Los malos han robado la diligencia y quieren limpiar también el banco. Mientras, el pueblo rodeando a Delong que no puede salir de la cantina. Creo que al vigilante de la diligencia se lo han puesto muy difícil; por eso, junto la dirección ágil que consigue André de Toth, muy atenta a los detalles de tantos personajes, convierte el film en un rato entretenido.

Pues realmente tiene su punto este western de De Toth, realizado con muy pocos medios, no hay que olvidarlo, pero que consigue que el espectador lo olvide por completo en cuanto nos introducen en la trama y nos presentan al variopinto grupo de personajes que la pueblan, cuyos marcados caracteres y singulares personalidades, atrapan totalmente la atención del espectador, por lo menos en mi caso, consiguiendo que, lo ilógico de su premisa ( spoiler), se desvanezca por completo en nuestras mentes, para quedar totalmente prendados por lo que ocurre en ese poblacho con esos habitantes tan curiosos.
! Ahh, háganme caso!. Estos personajes bien valen el visionado de la peli. Son de traca.

Además de eso, De Toth, confiere gran dinamismo al film. Me parece curiosísimo que, al final, sea el personaje de Scott, casi, casi, el que menos quehacer tenga en la película excepto en su final, donde se pasa gran parte del metraje apostado en el interior de una cantina, sitiado por los demás personajes que, a mí ciertamente, me han resultado divertidísimos.
No falta tampoco el humor en determinadas escenas.ni ciertos aciertos ingeniosos de guion que, qué puedo decirles, a mí me han ganado para la causa.
Es una peli pequeña, bastante pequeña en realidad, pero me he descubierto a mí mismo siguiéndola con notable interés. Así que, notable, sí señor.
! Ah! Y sale un jovencísimo Charles Bronson por si tienen interés. Tiene poco papel pero destaca, cómo no.