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Fènix 11·23 (2011)

Fènix 11·23
91 min.
5,8
1.356
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Sinopsis
Durante el otoño del año 2004, Èric Bertrán, un chaval de 14 años, crea una web inspirada en 'Harry Potter y la Orden del Fénix' con el fin de defender la lengua catalana. Una noche, treinta miembros de la brigada antiterrorista irrumpen en su casa y lo acusan de terrorismo informático. Su delito: enviar un e-mail a una cadena de supermercados pidiendo el etiquetaje en catalán. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Basado en hechos reales
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Fènix 11·23
Duración
91 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2012: Premios Gaudí: 7 nominaciones incluyendo Mejor película
3
En manos de quiénes estamos
A pesar de que ya gozaba de cierta notoriedad gracias a su aparición en un folletín de TV3 y a su fugaz paso por alguna que otra producción española, la auténtica popularidad le llegó a Joel Joan en 1999, gracias a la serie humorística “Plats bruts”, en la que compartía protagonismo con Jordi Sánchez, el hoy celebérrimo Antonio Recio Matamoros de “La que se avecina”.

Lo que muchos de nosotros no podíamos sospechar por entonces era que Joel Joan acabaría convertido en una caricatura infinitamente más exagerada que el pijo egocéntrico y cortito de luces, eterno y mediocre aspirante a actor, al que daba vida en aquella serie y que, en un extraño e inesperado bucle, le veríamos un día interpretando, día tras día y en la vida real, a un personaje acartonado, risible e histriónico, de modo no muy diferente a como lo interpretaría el personaje que lo había hecho popular.

Revestido de una solemnidad involuntariamente hilarante, ataviado con la parafernalia pret-a-porter al uso (gorra guerrillera con estrellita, puño prieto en ristre, consignas escupidas a toda mandíbula), Joan lleva años consagrado a la noble y heroica tarea de convencer al mundo de que “España es la aberración más grande de la Europa central, oriental y del Este” (léase de nuevo por si no ha quedado claro): tan pronto monta pollos en restaurantes supuestamente catalanófobos cuyo nombre es después incapaz de recordar como compara la situación lingüística catalana con la de los judíos en la Noche de los Cristales Rotos o señala con el dedo a los no independentistas para advertirles de que, en el futuro, podrían ser considerados traidores a su patria. Dicho en plata: ojito, que sabemos dónde vivís y a quiénes votáis. Al loro.

Ese, y no otro, es el contexto en que hay que encuadrar una película a cuyos responsables el cine les importa bien poco, si no es como arma de agitación y propaganda, por mucho que su director, sin duda en recompensa a las altas virtudes que atesora, haya presidido durante cinco años la Academia del Cine Catalán. De ahí que, en sus manos, la historia de la desproporcionada -y a la postre ridícula- respuesta del aparato estatal a la estúpida -pero en el fondo inocua- ocurrencia de un adolescente de amenazar por internet a diversas cadenas de supermercados por no etiquetar sus productos en catalán no sea sino un panfleto esquemático, torpe y plagado de ridículos e innecesarios subrayados, destinado a inflamar las ascuas sobre las cuales, por culpa de unos y de otros, muchos llevamos bailando, de un tiempo a esta parte, sin tener ni putas ganas de hacerlo.

Lejos de conmover o indignar por el evidente atropello que padeció Éric Bertrán, lo que acaba logrando “Fénix 11-23” es, paradójicamente, que uno se pregunte si esas ascuas que necesitan mártires en la edad del pavo y villanos de tebeo para seguir vivas se enfriarán por fin algún día y qué clase de criatura surgirá de entre sus cenizas. Y quién estará allí para montarla. Y quién para contarnos su historia.
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45 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Interesante y necesaria.
Antes de comenzar con el análisis de la película en si, desearía comentar dos aspectos para mi fundamentales. En primer lugar, me gustaría destacar a una actriz en concreto. Su nombre es Ana Wagener. Posiblemente se me tachará de exagerado, pero bajo mi humilde punto de vista creo haber asistido durante escasos cinco minutos (interrogatorio de Èric) a una de las mejores actuaciones que recuerde dentro del panorama cinematográfico. Mi opinión respecto a los actores es muy clara. Existirán actuaciones mejores y peores, pero realmente las buenas son aquellas que no te dejan indiferente, es decir, aquellas que te provocan algún tipo de sentimiento. Mi sentimiento de rabia fue creciendo a medida que avanzaba el interrogatorio. Sublime, simplemente.

El segundo aspecto corresponde con mi ideología. En este tipo de películas, tu ideología es fundamental. El ojo humano es subjetivo. Personalmente, me doy cuenta de ello y por eso me gustaría compartilo con los lectores de mi crítica (si es que hay alguno). Soy valenciano y me considero independentista. Las razones creo que no vienen al caso en una página cinematográfica, pero me gustaría que supieráis con que ojos he visto la película.

Ahora ya, me voy a centrar en la película (que ya es hora, estaréis pensando). El tema de la película para mi es un tema necesario que se ha de tratar. La película se ha comercializado poco. No sé si es porque no interesa que se comercialice. Muchos de vosotros podréis en este caso contestarme deciéndome que no se ha comercializado porque es de baja calidad. Si os digo la cartelera del cine de mi pueblo veréis lo que es calidad. Ninguna pasa de un 2. En fin, el debate sobre estos temas siempre es de utillidad. Menos Gran Hermano y más cine.

Por otro lado, personalmente no tengo mucha experiencia en el mundo del cine debido a mi corta edad y tampoco soy quién para valorar con exhaustividad la dirección de la película, las interpretaciones, etc. Sinceramente, a mi la película no se me ha hecho aburrida pero tampoco he estado vibrando durante toda ella. Con esto quiero decir que quizás le haya faltado un poco de ritmo. Las interpretaciones bajo mi punto de vista son correctas. El protagonista no lo hace nada mal.

Concluyendo. Sea cual sea tu ideología recomiendo la película. Quizás no sea una obra de arte pero es muy interesante conocer la historia. Uno debe tener la mente abierta e informarse. Es una película que abre los ojos del espectador.

Finalmente, me vais a permitir unas líneas en que deje de ser menos correcto y me entrometa en otros temas que quizás no vienen al caso. Realmente, lo que hizo Èric me parece una chiquillada. No por pedir el etiquitaje en catalán (yo también lo hubiera hecho) si no toda la historia de la "orden del fènix". Se ha de tener en cuenta la edad de las personas y en ocasiones hay adultos que con sus actitudes parece que no hayan pasado de los diez años.
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43 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
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