Fuerte perdido (1964)

Personajes de foto novela que rozan el ridículo y una india que parece una "top model". Cine de consumo de serie B que se hacía como churros. Lo único salvable son las escenas en exteriores con profusión de especialistas y extras. Todo lo demás, perfectamente olvidable.

Para tener dos ríos Aranjuez con los caudales del Tajo y del Jarama, el "Fuerte perdido" es una sucesión de cabalgadas de indios, colonos y soldados que llenan la pantalla de polvo. No sé como lo pudieron resistir en el rodaje sin mascarillas. Es la primera cosa que te llama la atención de la cinta. Luego algunos fallos groseros como coser el emblema de la Caballería de la Unión con los sables mirando hacia abajo, o colocar en manos del portaestandarte semejante pedazo de bandera que ni la que hay encima del Empire State. Diálogos muy poco cuidados del estilo: "Tú, Johnny, a la torreta", o el supermaquillaje de los rostros de las protagonistas donde no falta lápiz de ojos, de labios, colorete, rimel ..., en fin, de todo.
Y es que la cinta está rodada en Aranjuez, si, la del concierto del maestro Rodrigo y, aunque no suena su música, algunas piezas son pegadizas y no es de lo peor. Por encima de la trama que va de indios que asaltan la caravana de colonos que marcha al Este, se plantea un cruce de bellas mujeres que compiten por el protagonista Paul Driscol (Cobos). Se trata de la corista reconvertida Mary (May) con la que se casa, y de la india minifaldera Tabaly (Rojo) que se enamora al primer flechazo de Paul al que, finalmente, salva la vida a costa de la suya: "Tabaly te esperará siempre en las verdes praderas".
En resumen, una película con un planteamiento original e interesante pero pésimamente desarrollado, sin convicción y con bastante desinterés. Las interpretaciones son asimismo mediocres, con alguna excepción como la de Cobos y algún otro. Lo demás, polvo, mucho polvo.