Un ruiseñor cantó en Berkeley Square (1979)

La breve contemplación del agraciado físico de Sommer en la ducha puede ser para algunos el principal aliciente para su visionado. Como ya he dicho, es breve ¿3 segundos? Esté pendiente si le interesa. Es hacia mitad de la película. Con esto, trato de explicar lo que podemos esperar del resto.

No es mala, pero no destaca en su personajes que, fuera de Jordan y Niven, van y vienen. Tampoco los dos protagonistas merecen mención especial, cumplen lo justo y también se van. Se trata de una película discretamente irónica sobre el mayor atraco hasta aquella fecha a una entidad bancaria en Inglaterra. La ejecución del golpe está contada como un paseo y nos obligará a hacer numerosas concesiones para seguir viéndola. Por lo menos es dinámica, empatizaremos con el joven Pinky y en algunos momentos nos sentiremos intrigados.
La fotografía presenta colores ya desvaídos y el guión, para abaratar su coste, no aporta ingenio. Desde luego, como cinta de atracos bancarios, no pasa de mediocre y eso que me encanta el género.