Apóyate en mí (1989)

Al profesor, Joe Clark, sus colegas le dieron la espalda un día de 1967, y para lograr un aumento salarial, aceptaron que él fuera trasladado. Pero, 20 años después, aquella, Eastside High School de Paterson, New Jersey, que antes fuera una escuela representativa e impecable, luce convertida en un pequeño infierno… y en el último año, solo el 38% de los alumnos aprobó las pruebas del Estado.

El alcalde está desesperado, pues, urge conseguir a un nuevo rector que recupere la imagen de la institución. El rector, Frank Napier, se atreve entonces a recomendar un nombre… ¡Joe Clark! Por muchos conocido como “Crazy” Clark… y aquí comienza una nueva historia donde, un hombre, las verá duro para recuperar la autoridad, el compromiso de los maestros y la autoestima de los estudiantes.

Siguiendo la línea de, “Stand and Deliver” (Ramón Menéndez,1988), muy bien acogida por el público y la crítica, ésta es otra historia -basada en hechos reales-, en la que se cuentan los principales sucesos que rodearon al profesor, Joe Clark (Joe Louis Clark), para salvar del hundimiento total, aquel colegio de New Jersey que él llevaba en el alma y donde debió hacer uso de un método restrictivo que, en principio, le mereció pocas simpatías, pues, en un día expulsó a cerca de 300 estudiantes a quienes los profesores señalaron como vándalos, expendedores de drogas, matones y abusadores. Luego, centró todos sus esfuerzos en imponer una autocracia que lo llevó a cometer algunos excesos de los que sabría resarcirse cuando hubo lugar, y convencido de que, “todos los días, hay que fortalecer el orgullo por uno mismo y por la escuela”, con el apoyo decidido del cuerpo docente, renovó cuanto pudo para sembrar autoestima y sentido de pertenencia a la institución.

Mostrando a un ser humano en sus más claras contradicciones y en sus inevitables desaciertos, cometidos, en parte, por la premura del tiempo (tenía desde septiembre hasta el fin del año en curso para cambiar las cosas), el director John G. Avildsen, también nos permite apreciar esa inmensa capacidad que tiene el nuevo director, para sentirse como un alumno en medio de sus firmes propósitos de cambiar a los demás… y así, él mismo resulta renovado y quizás llegue a comprender definitivamente que, nunca es un solo hombre, sino el esfuerzo mancomunado de todo un equipo, el que hace posible los cambios relevantes.

Escrito por Michael Schiffer, el guion resulta bastante plausible, pues, tiene personajes como la asistente Levins; el asesor Frank Napier o la señora Powers, que resultan muy estimulantes, al lado de ese arriesgado y muy especial director, interpretado muy convincentemente por el gran actor, Morgan Freeman.

También, la trama consigue desarrollar un proceso de cambio, con los suficientes y precisos matices, para entender cómo, todos y cada uno de los miembros de ese plantel educativo, resultan gratamente permeados; y sobre todo, deja bien sentado que, el error tiene siempre cabida en los grandes esfuerzos, pero, si los resultados son relevantes y positivos, lo demás se perdona porque son seres humanos los que estaban proponiéndose un cambio significativo.

Título para Latinoamérica: <<APÓYATE EN MÍ>>

Me ha sorprendido que el director de Rocky haya ido más allá del boxeador y de Karate Kid y haya realizado cintas bastante solventes aunque tristemente olvidadas como La fuerza de uno y Escuela de rebeldes, y eso que ambas tienen actores conocidos y competentes.
En esta ocasión tenemos a Morgan Freeman en un papel sorprendente para lo benévolo y tranquilo que suele ser en la mayoría de sus personajes. Un personaje cruel, sinvergüenza y desatado que no le teme a nada ni a nadie y que se enfrenta a quien sea con tal de llevar la razón. Al ser una historia real no sé si la persona sería así en su momento, solo sé que me ganó por completo al ser un justiciero con una moral muy fuerte. De eso trata esta cinta con temática aparentemente quemada, vista en tantas otras aunque las pioneras fueran Semilla de maldad y Rebelión en las aulas, cada una con un lenguaje y época diferente pero en un contexto similar.
Freeman lucha contra la delincuencia, la violencia, las drogas y el racismo, todo por encima de la ley cueste lo que cueste y aunque use unos métodos poco ortodoxos logras conectar con él y los alumnos también. La verdad es que haría falta actualmente esa mano dura y disciplina que se impartía antaño pero desgraciadamente la ley del menor es un arma de doble filo. La música no destaca mucho pese a ser de Bill Conti pero abre con Welcome to the jungle, la cual es bastante acertada a la jungla de monos delincuentes que hay.
En definitiva, una cinta con muchos tópicos y llena de discursos y gritos por parte de Freeman pero que en su temática y delicadeza dentro de la necesidad de los jóvenes por encontrar su futuro logra resultar una cinta bastante solvente, emocionante y a la vez divertida debido a las frases lapidarias y momentos de lucidez de un Freeman que pocas veces vais a ver así, como mucho en El reportero de la calle 42. Échenle un vistazo porque más allá de Robin Williams y su club de los poetas muertos está nuestro Freeman y su escuela de rebeldes, nuestro L.Jackson y su 187, nuestro Edward James Olmos y sus lecciones inolvidables y el justiciero Belushi haciendo de El rector. No os las perdáis porque aunque carezca de complejidad narrativa, os vais a reir y disfrutar de ver como se hace justicia en entornos hostiles como institutos.