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Fados (2007)

Fados
90 min.
6,6
491
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Sinopsis
Después de "Flamenco" (1995) y "Tango" (1998) -nominada al Oscar a la mejor película extranjera-, Carlos Saura completa en 2005 la trilogía de la canción urbana moderna con "Fados". Tras más de dos años de investigación sobre el fado, Saura da un salto importante en su aproximación al musical. Si en los musicales anteriores, "Iberia", "Flamenco", "Tango" se apoyaba en la danza, en Fados refleja el nacimiento de la música arrabalera, portuaria, que es en sí misma una síntesis de todas las músicas nacidas a fines del XIX. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Musical
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Portugal Portugal
Título original:
Fados
Duración
90 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Portugal-España;
Links
Premios
2007: Premios Goya: Mejor canción original "Fado da saudade". 2 nominaciones
2008: Premios del Cine Europeo: Nominado a Mejor documental
2009: Premios Sur: Nominada a mejor película extranjera
8
FADOS, EN PLURAL
Cuando le ofrecieron a Carlos Saura el proyecto de cerrar su trilogía sobre músicas étnicas, no se lo pensó demasiado. Toda su vida había estado oyendo a Amália Rodrigues. Cuenta el cineasta que, antes de confirmar el sí, desempolvó viejos casetes y discos para volver a oír fado pero fue tanta la información que recibió de sus productores que algunos de sus viejos vinilos siguieron envueltos de polvo. Saura dijo que sí porque sentía que tenía que pasar por el fado para culminar esa trilogía de la canción urbana moderna que se inició con Flamenco (1995) y que continuó con Tango (1998). El esquema se repite: escenas musicales rodadas con mucho primor desde el amor absoluto por esas músicas en decorados interiores. Documental mezclado con performances de danza y música. Como en las películas previas, luz (esta vez bajo el control de José Luis López-Linares para lo rodado en interior y Eduardo Serra para las imágenes de Lisboa) y música tienen la misma importancia. La complejidad técnica combina con la aparente sencillez para cantar un fado.

Silencio, se canta fado reza el dicho portugués. En Fados el espectador asiste en silencio a los versos cantados con gargantas rotas. Cuando se canta fados no se puede o no se suele hablar porque el nudo en la garganta que te crea oír esta música no te lo permite.

Es Fados una película que intenta lo imposible: describir en que consiste el sentimiento de saudade tan característico de la cultura portuguesa, ese sentimiento que todo lo impregna y que, según dicen muchos, hace que los portugueses sean como son. Fados no da respuestas claras pero deja claro en que consiste esta forma de ser, da las pistas suficientes para descubrir esa manera de ser. Pero no es éste un viaje de ida hacia los fados. Carlos Saura en su labor de investigación cree que la cinta es un trayecto de ida y vuelta, un viaje que pasa por Brasil y África y que, incluso, se puede unir sin ningún problema al flamenco para crear un intenso fado flamenco cantado por Miguel Poveda y Mariza. Aquí las figuras indiscutibles como Carlos do Carmo (también supervisor musical del filme) dejan paso a las nuevas generaciones del hip hop. Todo tiene su lugar, todo se puede fusionar de la misma forma que el fado es consecuencia de otras músicas anteriores. Es éste uno de los logros del filme: transmitir que la virtud está en la mezcla.

Todo es un pequeño gran regalo a los intérpretes clásicos de fados, a Portugal y a su gente. Aunque se intenta realizar un esfuerzo de armazón argumental, la película carece de narración como en anteriores musicales de Saura. No la necesita. Aquí lo que importa es el sentir, no el contar.
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19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un precioso regalo para los sentidos.
Era de esperar tal como estaría filmada esta película, sigue los pasos de Tango, Iberia y Flamenco una serie de películas que terminan el ciclo con Fados, esta vez dedicadas al canto que tanto caracteriza a Portugal un canto único, canto y espíritu captado por Saura de una manera genial y brillante tal como había hecho anteriormente.
Si hay algo que caracteriza a este tipo de cine de Saura es la sobriedad y austeridad en su rodaje, montaje y fotografía, no le interesa la narración de una historia, quiere mostrar el auténtico espíritu de un pueblo por medio de su cante y su baile y esta vez ha sido el afortunado de Portugal.
Enfoque de caras en primer plano, una variedad de colores sencillos sirven para ser el fondo de estos enfoques, cantantes, músicos y bailes, son los protagonistas de esta peculiar cinta de Saura aunque era de esperar tal como he dicho anteriormente si uno ya había visto las otras dos películas.
Saura es un director muy maduro y con muchos años de experiencia para ser consciente de lo que quiere hacer, arriesga contra la crítica una vez más y quiere mostrar una película sobria en apariencia pero poética y lírica en cada escena, saber captar el espíritu del cantante y de cada músico sabiendo hipnotizar al público pues sabe en que momento ha de centrar y parar la cámara para conseguir lo que busca y resultado es lo que es, lirismo y poesía.
En otra crítica que he leído se dice que Saura deja al lado la poesía para grabar al estilo más academicista, bastante lejos de la realidad está, está claro que si quiere hacer una trilogía que una la obra, ésta ha de ser grabada con el mismo estilo que las otras, además de ello sabe porque lo hace así, a Saura le interesa la pureza del artista que está interpretando, cantando o bailando, no quiere elementos externos que distraigan al espectador, y esa es la dificultada de esta obra.
Tal como dijo Saura en su otra obra también dedicada al baile, Salomé, él quiere ser con su cámara el ojo del espectador y por eso la dificultad de captar y darnos en cada momento lo que interesa sin perder la esencia de lo demás.
Además de ello Saura une tres culturas diferentes, algunos países de África, Brasil y Portugal, aquellos lugares unidos por un mismo idioma, mostrar los diferentes tipos de Fado, además de rendir homenaje a esas figuras clásicas, a este cante al mismo tiempo que repasa algunos momentos importantes de la historia de Portugal, que más se puede pedir…
Cinta muy particular para un espectador convencional, es verdad que Saura no busca dirigirse a un público corriente, quiere dedicarse a aquel público sensible, paciente y amante del canto Fado, un cante que por pena parece caer en el olvido.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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