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52 martes (2013)

52 martes
109 min.
6,0
406
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Tráiler (INGLÉS con subtítulos en ESPAÑOL)
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Sinopsis
Billie es una chica de 16 años cuya madre va a someterse a una operación de cambio de sexo. Durante el tiempo que dure el proceso, su madre le pide que sólo se vean los martes por la tarde. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Familia Transexualidad / transgénero
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Australia Australia
Título original:
52 Tuesdays
Duración
109 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2014: Festival de Sundance: Mejor director (World Cinema)
2014: Premios de Cine Australiano: Nominada a mejor guion original y mejor montaje
6
En martes, ni te pases ni te emborraches
El otro día —en El intermedio (La sexta)— entrevistaban a varios menores transgénero, término que sirve para hablar de las personas que están encerradas en un género sexual en el que no están nada cómodos y, sobre todo, al que sienten y piensan no pertenecer; una situación que termina derivando en el cambio de género, mediante la correspondiente transición global y personal. Un tema delicado por todo lo que implica, tanto psicológica como socialmente, según el entorno. De hecho, uno de los jóvenes decía en la entrevista que una socióloga con la que habló le dijo que si con el tiempo se arrepentía del cambio, sólo le quedaba tirarse por un puente. 52 martes habla de menores de edad, pero en este caso el término transexual se ha de aplicar a la madre de la protagonista, que está decidida a dar el paso definitivo para convertirse en hombre.

Me han llamado la atención las transiciones e imágenes que aparecen para dar paso a cada martes. ¿Problemas del primer mundo? Los hay de muchos tipos, claro. Todo depende de en qué jerarquía de la pirámide de Maslow nos encontremos. La perspectiva vital cambia una vez hemos cubierto ciertas necesidades básicas; en un momento dado de la pirámide, estas también dependen de la profundidad mental de cada persona, de su género, de su sexualidad, de las personas a su cargo, etc. Más allá de en qué lugar se encuentre cada ser humano, este siempre tendrá unas prioridades; si las cubre, intentará priorizar otras carencias o resurgirán otras que creía haber dejado atrás. Eso no significa que seamos unos superficiales, necesariamente. A veces, cómo afrontamos nuestros problemas es lo que diferenciaría a una persona (más) madura de una que no lo es tanto (al ejemplo de los chicos entrevistados me remito); mientras la primera, la madre, tiene problemas reales de sexualidad, la segunda, la hija, se los inventa en base a los de la anterior. Es lo que en esta película se denominaría como “relación materno-filial”; la madre, pensando que lleva toda la vida sintiendo ser lo que no es, mientras la hija, que idolatra a su madre desde recién nacida, se pregunta si su madre alguna vez la quiso tener. ¿Qué más da esto último? Cuando naces ya no puedes esconderte; al menos tu madre está intentando ser feliz, ahora, y contigo…

Oigo un eco, creo que nadie me está escuchando.

Leo en algunos sitios que la estructura y el enfoque de la película es lo que da el plus de calidad a este producto australiano. Bien entonces, espero impaciente a que alguien realice la película de los miércoles; coincidiría, además, con el día que usaba yo para reunirme con mi progenitor a la edad de la protagonista. ¿Cuánto he conectado con 52 martes? 15 martes, aproximadamente (se hace un poco larga, casi dos horas de duración). No me interesa casi nada de la historia de la hija (la protagonista, al fin y al cabo), siendo más interesante, bastante más, lo que le ocurre a la madre, al padre accesorio o incluso el espacio dedicado al buenrollismo sensato del tío materno. En cualquier caso, se trata de un producto aceptable, con carácter y con ese toque intimista y delicado que tanto se lleva últimamente. Recomiendo verla, es un tema interesante y está tratado con sinceridad, creo, aunque —obviamente— remite con frecuencia a otra película de similares características y temática, la alemana Romeos (Sabine Bernardi, 2011).

En ciertos momentos, sobre todo al principio, la cinta juega con una idea que no es tal; eso es trampa, aunque te lo vas suponiendo pronto. La propia atmósfera del filme te lleva a ello. No deja de ser una obra estéticamente más destinada al público joven y adolescente, el cual debe sentirse atraído por lo que ve y, quizá, salir de la sala de cine un poco más sereno y ubicado, en relación a sus padres, sean del género que sean, sean adoptados, deseados o accidentales.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Que te compre quien te entienda
La película está dividida por carteles que hacen referencia al día en que nos encontramos y al día, en orden, de los 52 días que se supone que madre e hija se van a encontrar mientras dure el tratamiento del cambio de sexo. Hasta ahí muy bien, pero resulta que lo que serían 52 secuencias, o escenas, de la estructura fílmica están a su vez divididas en otras partes, o secuencias, que a veces son un conjunto de planos sin demasiada significación. Muy original, muy moderno, ¿pero contribuyen a contar la historia? ¿Sabemos en cada momento donde nos encontramos y con quien? En cuanto a los diálogos son totalmente sincopados, como corresponde a una planificación sincopada también, y por lo tanto no hay razonamientos coherentes entre los personajes y parecen tontos soltando ideas sueltas. ¡Y mira que el tema es para hablarlo en profundidad! Sobre todo entre madre-padre e hija. Han sido dos horas de mi vida desperdiciadas. Aunque pensándolo bien, no han sido tan desperdiciadas si con esta crítica consigo que otras personas no pierdan el tiempo que he perdido yo.
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6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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