Trailer
- Sinopsis
- Barcelona años 30, con su maquillaje extremado y su ropa estrafalaria, La Moños (Julieta Serrano) es un misterioso personaje de las ramblas. Pepi, una niña de 9 años, se siente fascinada por tan extraordinaria mujer. Valiéndose de su fantasía, y recogiendo las historias que sobre ella ha oido contar a la gente, Pepi reconstruye la apasionada vida de La Moños. Se adentra en un mundo mágico, hecho de sueños y pesadillas, de intrigas, mentiras y traiciones, para tejer una hermosa y estremecedora historia de amor. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Años 30 Realismo mágico
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1997 / España
- Título original:
- La moños
- Duración
- 109 min.
- Guion
- Música
Premios
"Relato costumbrista, bien ambientado, correctamente realizado que va ganando en intensidad emotiva y dramatismo hasta su desenlace"
Javier Angulo
[Cinemanía]
"Con encanto"
Fernando Morales
[Diario El País]
Un drama con chispa.
11 de octubre de 2005
Una película mucho mejor de lo que se cree y realmente muy estimable que cuenta, a través de acertados "flash-backs" encadenados al momento concreto de la acción, la vida de "La Moños", un entrañable personaje que caminaba por las Ramblas barcelonesas, pintorrojeada de harina y pimienta, herida y muerta el alma de su soledad por su trágico pasado.
Un drama que, paradójicamente, desprende chisposos momentos, dotado de buen ritmo y agradables instantes, dónde Mireia Ros demuestra su estilo de dirección y equilibrio, en la primera producción del modisto Adolfo Domínguez.
Un drama que, paradójicamente, desprende chisposos momentos, dotado de buen ritmo y agradables instantes, dónde Mireia Ros demuestra su estilo de dirección y equilibrio, en la primera producción del modisto Adolfo Domínguez.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
EL ENCANTO DEL PASADO ANDA POR LAS RAMBLAS
28 de julio de 2021
Es un cuento para mayores contado por unas niñas imaginativas, pero cabría también calificarlo de poema en el recuerdo. El personaje real es La Moños, una mujer muy popular de los años 30 y 40 en la Rambla de Barcelona y alrededores.
El caso es que La Moños (Julieta Serrano, magnífica), maquillada como una pepona, emperifollada de cintas y dijes, flores y ropas chillonas de guardarropía de revista, recorre las calles sonriente y amable, cantando cancioncillas con su quebrada voz y recibiendo de todos compasión y ternura, cariño, y unas monedas, una baratija, o una flor para su moño. Unas niñas del barrio (la Pepi y su amiga Asuncioneta) la siguen admiradas, atraídas por su señorío y su encanto extravagante, por el halo del misterioso pasado que la envuelve; hasta reciben una vez de ella el regalo de un diamante de bisutería para cada una.
E inventan, la Pepi inventa para su amiga Asun, y reconstruye a su aire, la trágica historia de amor de aquellos jóvenes, narración que se interrumpe con la dura y alegre vida de cada día, la tenebrosa presencia del aristocrático palacio abandonado, la mísera vivienda de La Moños y sus patéticos y alegres paseos de ahora, que dejan en las gentes un algo de nostalgia y poesía.
Sobre esta estructura narrativa, nada fácil de sostener -pues se juega con el pasado y el presente, la realidad pasada y la invención infantil sobre ella-, consigue esta directora, una insólita, por momentos, valiosa opera prima, con alguno detalles enriquecedores y de sugerencias, brillante a veces, siempre verdadera y los combina con otros momentos verdaderamente aburridos, que si no te has metido en la historia, te deja ko. Resulta evidente la falta de medios y alguna pequeña torpeza, fruto del que está empezando.
El hilo de la madeja está en manos de unas pobres niñas que la interpretan con encantadora naturalidad. Recomendable, pero no le pierdas el compás, sino se te hará larga. Un 6.
El caso es que La Moños (Julieta Serrano, magnífica), maquillada como una pepona, emperifollada de cintas y dijes, flores y ropas chillonas de guardarropía de revista, recorre las calles sonriente y amable, cantando cancioncillas con su quebrada voz y recibiendo de todos compasión y ternura, cariño, y unas monedas, una baratija, o una flor para su moño. Unas niñas del barrio (la Pepi y su amiga Asuncioneta) la siguen admiradas, atraídas por su señorío y su encanto extravagante, por el halo del misterioso pasado que la envuelve; hasta reciben una vez de ella el regalo de un diamante de bisutería para cada una.
E inventan, la Pepi inventa para su amiga Asun, y reconstruye a su aire, la trágica historia de amor de aquellos jóvenes, narración que se interrumpe con la dura y alegre vida de cada día, la tenebrosa presencia del aristocrático palacio abandonado, la mísera vivienda de La Moños y sus patéticos y alegres paseos de ahora, que dejan en las gentes un algo de nostalgia y poesía.
Sobre esta estructura narrativa, nada fácil de sostener -pues se juega con el pasado y el presente, la realidad pasada y la invención infantil sobre ella-, consigue esta directora, una insólita, por momentos, valiosa opera prima, con alguno detalles enriquecedores y de sugerencias, brillante a veces, siempre verdadera y los combina con otros momentos verdaderamente aburridos, que si no te has metido en la historia, te deja ko. Resulta evidente la falta de medios y alguna pequeña torpeza, fruto del que está empezando.
El hilo de la madeja está en manos de unas pobres niñas que la interpretan con encantadora naturalidad. Recomendable, pero no le pierdas el compás, sino se te hará larga. Un 6.
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