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Her Granddaughter (2015)

Trailer (JAPONÉS con subtítulos en INGLÉS)
Sinopsis
Tsugumi Dozono trabaja en una gran empresa de electrónica en Tokio. Le gusta pasar sus vacaciones con su abuela en el campo. Cuando la anciana muere, Tsugumi decide trasladarse a vivir a la casa de ésta y trabajar desde allí, pero cuando lo hace se encuentra con Jun Kaieda, un hombre de mediana edad un poco extraño, que le cuenta que es un antiguo alumno de la abuela, quien le dio una llave de la casa. Sin saber a ciencia cierta la relación entre Jun y la fallecida, Tsugumi decide aceptarle y comienzan a compartir la vivienda (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Otoko no isshô
Duración
119 min.
Guion
Fotografía
Compañías
6
Her granddaughter
Una herencia de la abuela.

El cine japonés tiene un enorme atractivo, tanto en su estilo como en su formato, ese cultivador atrape, seductor e interesante de su quehacer costumbrista, de sus pacientes maneras, de su macerado tiempo, de su educado enamorarse y enfadarse; todo es ceremonioso, todo lleva su compás madurado, la precipitación no tiene cabida en ese sosegado y pausado proceder por conocerse y hallarse.
Ella introvertida, callada y formal, él extrovertido, descarado e insolente, ella no ha aprendido a quererse, él no sabe lo que es ser querido, ninguno a saboreado la felicidad, ambos han abandonado toda pretensión, pero el azar juega a su capricho y a través de un delicado irónico humor, de la hiriente verdad dicha, de la lentitud de ver más allá del pasado, del talento de apreciar el presente, este romance entre dos seres indispuestos emerge y se erige, con el aprecio de la compañía, con la fuerza del día a día, con la alegría del habla, con el permiso de los silencios, con la sorpresa indagadora de quien aún no lo sabe, pero ya posee dicho sentimiento.
Es sencilla, tranquila, reposada, la diferencia de edad y el pariente en común les cohíbe, el amor no correspondido es su estigma, su agotadora bandera el sufrimiento que éste otorga, pero la vida les coloca en un compartimento de casa que, con tropezada suavidad y resistencia perecedera, se convierte en hogar de convivencia, intimidad, confianza y entendimiento, ese fuerte tronco sobre el que apoyarse cuando la debilidad achaca y la existencia golpea.
Historia florida, de romance creciente, que se respira con la incertidumbre, con el atropello, con las dudas, con el recelo de la propia protagonista, ese desencajada nieta que añora a su abuela, para recibir el mejor inesperado regalo de ella, una entregada herencia que, se acepte o no, ya no permite volver a ser como se era.
Aprender a quererse para amar y ser amado, valorarse en el cuidado, preocupación, miramiento y simpatía que se desplega hacia quienes nos rodean, saber leer más allá de lo dicho, saber entender cuando no se comunican, saber escuchar cuando se permite el arrope entre esas experiencias, de amargas emociones.
El valor de la mano tendida, la aceptación de la ayuda, la sabiduría de elegir, la seguridad de la descubierta estima, es un relato modesto, de envuelta fotografía lugareña, de absorbente deleite sensible, de arrancada agudeza sutil; la pasión se intuye/no se manifiesta, las sensaciones se perciben con recatamiento/la soltura no existe, toda ella es un amasar para configurar la interior pasta, para hornear el alma, para oler, palpar y catar el sabroso postre, de corazón realizado.
No tiene prisa, narra lo ya visto, su destino es conocido, es sociable a su manera nipona, de crianza comedida, inofensiva, dietética, se observan las costumbres de la región, el talante de la familia, el desarreglo de la soledad, el encaje de las conexas esencias.
No es comercial, no es fortuita, no es para todo público, ni para pasatiempo llevadero; si no aprecias sus humildes dones te aburrirás/si te enamoras de su apocado caminar te encantará, pues no tiene más que ese extraño verano, pasado en casa de la abuela, con un inesperado invitado y lo que la convivencia trajo entre medias.
“Otoko no isshô”, “Her granddaughter”, su nieta, quien por fin sonríe, para abrazar a quien nunca fue abrazado, ahora aquietado y complacido, por el afecto manifiesto de una abierta sonrisa.

Lo mejor; su pausada captada evolución.
Lo peor; no apreciar su recato y modestia.
Nota 6,2
interpretación 6,5 fotografía 6,5 música 5,5 guión 6,5 realización 6,5 montaje 6

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
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